No Debo Amarte

Capítulo 3

ALEX

Acomodo mi traje, me encamino a la salida no sin antes revisar la agenda que tengo programada para el día de mañana. Me dirijo a mi hogar.

Cruzo la puerta y al primero que me encuentro es a mi padre.

-al fin llegas- anuncia mi padre. Su rostro sumido por la culpa es lo que siempre capto en él.

-tuve asuntos importantes que atender- asunto mas que importantes.

-mas importante que nuestra hermana- lo dice Will acercándose a nosotros con cierta amargura en su tono de voz.

Decido ignorarlo.

-donde está nuestra madre- pregunto.

-en su habitación, sabes que estos días son los que ella no tolera, se encierra en si misma- no repongo por qué decido alejarme de ese ambiente negativo. Me dirijo a la habitación de mi madre; toco levemente la puerta.

-eres tu Will-

-soy Alex madre- cruzo la puerta encontrándome con el rostro pálido de mamá.

Su mirada ha perdido ese brillo muy característico en ella. Los colores vibrantes que siempre portaba son opacados por tonos más oscuros.

la muerte de mi hermana hundió a mi madre en el dolor y peor aún en la depresión.

-pasa- la encuentro en su cama recostada con el peluche favorito de Av.

-debes salir Ma, hazlo por Av- niega recostándose de lado.

-no puedo hijo, simplemente mi cuerpo no responde- acaricio su rostro, cierro mis ojos y mi mente se concentra en la bastara que está recostada ahora en la cama de un hospital como si nada. Sin culpas.

Como un infeliz cuerpo sin vida.

Destruyó a mi familia, hundió a mi madre en la depresión, hundió a mi padre en la bebida, a mi hermano lo enterró en vida y a mi me toca cargar con la responsabilidad de una familia y a la vez de la empresa.

Odio a Luz Adams por el simple hecho de respira.

-entiendo, por favor quiero que duermas un poco madre- asiente pero se que miente.

Salgo de su habitación no sin antes dejar un beso en su mejilla, en el pasillo me encuentro a mi hermano.

-padre está en su despacho, ya sabrás haciendo qué- con un trago en la mano. No hace falta ser un genio para adivinarlo.

Mi hermano me sigue a la sala.

-como van las cosas en la empresa- toma asiento.

-como deben de ir, bien- poco le importa el estado de la empresa.

le toma poco importismo.

-debemos cuidar de la empresa Will, por nuestros padres por su bienestar- cubre su rostro con sus manos. Una vez más tenemos esta conversación.

-me importa una mierda la empresa Alex, me importa una mierda si esta bien o si se funde en la bancarrota. A mi solo me importaba nuestra hermana, fue mi culpa. Por mi culpa ella ya no está con nosotros- Una vez más diciendo estupideces, me acerco a su lado y coloco la mano en su hombro.

-no fue tu culpa, fue de…- me muerdo la lengua antes de mencionar a esa asquerosa mujer.

-yo le dije a mi padre sobre ese noviazgo, yo me metí en donde nunca me llamaron- me aleja.

-Will tu solo la estabas protegiendo, velando por su bienestar, velando…-

-¿y a donde llevó todo eso? a velarla en una sala hace ya un año- sus ojos se ponen rojos de pronto.

-hermano ya no se que mas decir para que dejes de culparte por su muer..- me toma de la camisa, esta se arruga por su agarre. Me encara y me mira con rabia.

-¡NO LO DIGAS!, jamás lo digas en mi presencia Alex Morgan- me suelta.

Solo escucho el sonido de la puerta. Camino por el pasillo de la casa, me detengo frente al despacho de mi padre, pero decido no entrar, necesito descansar y pensar.

Pensar en lo que voy a hacer con esa bastarda. Pensar en lo que voy hacer para que sufra lo que mi familia soporta hoy por mi hermana.

Me encierro en mi habitación, quito mi camisa y ropa y me recuesto en cama.

¿Qué aspecto tendrá? Será alguien desaliñada y poco atractiva. Igual de horrible que su hermanastra.

Recapacito.

Poco importa su aspecto me repito una y otra vez.

A los pocos minutos alguien toca la puerta.

-señor- Estela ingresa a la recamara y trae en sus manos una charola. Asumo que mamá dio órdenes de mi alimentación. La bebida no es algo bueno después de todo.

Pero las intensiones de la sirvienta son otras.

-desnúdate- deja lo que trae en la mesa de noche, sus ojos recorren mi cuerpo y en un intento por mostrase sensual comienza a quitar sus prendas quedando así como el diablo la trajo al mundo.

Me levanto de la cama.

-Voltéate- Tomo su mano y volteo su cuerpo, dejándola así con las manos en la cama.

-señor debe comer algo- dice con coquetería, tomo su cabello en mis manos.

-a mi una sirvienta no me va a decir lo que tengo que hacer- ajusto mas su cabello. Provocando que suelte un gemido. Un cuerpo tan bueno debe ser corrompido.

-inclínate- tomo mi m*embro y comienzo a masturbarlo.

-no logras excitarme- digo en su oído.

-señor- hundo su cabeza en la cama.

-si, eso es lo que soy. TU SEÑOR- ingreso en ella sin una pizca de dulzura. Llevo mis manos a sus caderas, me muevo a mi completa libertad.

Escucho los jadeos de esta mujer que en un intento de satisfacción se empieza a mover a mi ritmo.

Sus alaridos son más fuertes de lo que estas paredes pueden soportar.

-ni se te ocurra gemir fuerte, tendrás que soportarlo- levanto mi mano y esta aterriza en su trasero. Asiente feliz.

Estela lleva más de 5 años trabajando para nosotros, desde el momento que la vi supe que no era santa de nada. Las miradas que me dedicaba siempre, no eran las que una sirvienta debía dar.

Y ahora la tengo así, al borde del éxtasis. Suplicando por mi atención. No somos nada. Tan si quiera un par de cuerpo que necesitan desfogarse.

-si mi señor- lleva la palma de su mano a la boca, tratando de callar sus gemidos.

-¿te gusta?- incremento mas mis movimiento.

-si..- comienza a moverse ella también buscado su excitación.

-te gusta mas que cuando lo haces con mi hermanos- tomo su cuerpo y la llevo al suelo.

Recuesto su cuerpo al suelo y continúo con las embestidas que la hacen chillar.

-señor…- tomo su cabellera y levanto su cabeza.

-te he escuchado gemir en su recamara, toda una zorrita resultaste ser- presiono fuerte.

-mi señor, me encanta usted- meras mentiras de una sirviente fácil.

-claro, lo mismo le haz de decir a mi hermano- choco mas fuerte mi pelvis en su trasero. Con sus uñas trata de soportar el dolor, la excitación.

-no eres mas que una cualquiera- salgo de ella y me libero en su espalda.

Me coloco de pie buscando el baño.

-vístete y déjame solo- como puede se levanta y comienza a arreglarse.

-señor lo que sucede con su hermano es..-

-no pido explicaciones, si atiendes a mi hermano por las noches no es mi problema- termina de arreglarse.

-algo para la madrugada señor- me dirijo a la ducha.

-si- ella se queda en la puerta esperando mi respuesta.

-te quiero en la noche en tu recamara, si me place voy tomarte en ella nuevamente- noto una sonrisa en sus labios.

-como ordene señor- se retira y comienzo a lavar mi cuerpo tratando de quitar el perfume barato de la empleada.

Recostado en la tina mis pensamientos vienen a esa mujer. Un enigma en este momento.

-Luz- ese nombre lo saboreo en mi boca.

LUZ

-donde estoy-siento mucho cuerpo rígido. Observo los alrededores y desconozco el lugar en el que estoy.

Siento un ligero dolor en la cabeza.

-qué bueno que despertó señorita, debe estar muy preparada muy pronto su prometido vendrá a buscarla- ¿prometido?. Tengo un novio…

Cierro mis ojos tratando de recordar su aspecto u algún indicio pero nada, ni un recuerdo, ningún rasgo viene a mi mente.

-por que estoy aquí- y por qué siento que algo pesado no me deja moverme.

-tuvo un accidente, estuvo en coma por mucho tiempo- el rostro de la mujer está algo borroso.

-qué tipo de accidente-

-uno tan fuerte que hizo que sus recuerdos se perdieran, lo bueno es que su prometido ha estado día y noche con usted. Debe estar contenta por eso-

-y como se llama- siento una laguna en mi mente y las palabras de esta mujer no ayudan en nada.

-Alex señorita. Alexander Morgan-

Ningún sentimiento surge en mi al escuchar el nombre.

Entonces tengo un novio, no lo recuerdo pero algo dentro de mí se estremece de pronto y una sensación amarga inunda mi garganta.

-sabes como me llamo- ella acaricia mi rostro.

-Luz señorita, Luz Adams- mi nombre es muy hermoso.

-Luz Adams de Morgan- suena bien.