No Debo Amarte

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LUZ

-¡no eres más que una perdida!- su Palma aterriza en mi mejilla, siendo este el tercer golpe de día.

El primero lo recibí frente a unos desconocidos en el parque, ciertamente sentí pena, no por mi, sino por ellos, qué culpa tenían esas personas para ver aquella horrible escena.

El segundo golpe fue frente a mi madrasta ,Sonia, que ni siquiera se inmutó en detenerlo; ¿que puedo esperar de la mujer que me odia?, ciertamente no me interesa porque el sentimiento es mutuo.

Y el tercero…

Lo recibo frente a mi hermanastra Linda, que de solo tiene el rostro porque sí lo admito es bonita.

-padre la vi con el hombre de la biblioteca conversando, incluso noté como ese hombre le tomaba la mano y de le daba algo- parte de la historia es verdad, con todo y el agarre de mano, pero a esa historia le falta un final. ¿Cuál es ese?, que aquel chico que conozco desde que aprendí a leer me entregó una pulsera por mi cumpleaños, fecha que al parecer mi propio progenitor ha olvidado.

-¡¡atrévete a negármelo frente a Linda!!- tomo un respiro; el ardor de la cachetada duele pero no tanto, no es la primera que recibo ni la ultima que recibiré por parte de este hombre.

Solo hay una palabra que podría describir sus sentimientos hacia mi…

“perfecta palabra para describirla”

-no, no voy a negarlo- levanta su mano para abofetearme nuevamente

- me entregó una pulsera para felicitarme por mi cumpleaños- levanto mi mano y la muestro, aquel accesorio es simple pero especial; para algunos puede ser una simple pulsera de piola con un dijen en forma de elefante, pero para mi es perfecta. No Recibo regalos desde que tengo uso de razón. Extraño a mamá.

Vuelvo a observar a mi padre.

Su rostro refleja algo de confusión.

-si el problema esta resuelto creo…- deseo ir a mi habitación a encerrarme. Deseo que este día acabe rápido.

Pero las intenciones de mi padre son otras por que me toma de la mano y me arrastra a la puerta. Estando ya en el umbral me mira con ira y repudio.

-¡lárgate de mi vista!, no quiero verte por ahora- escucho el sonido fuerte de la madera al cerrarse.

Tomo mi dignidad al hombre y decido salir de lugar.

Ha oscurecido muy rápido. No tengo a donde ir es por eso que deambulo por la orilla de la playa

-feliz cumpleaños a ti.. feliz cumpleaños a ti… feliz cumpleaños mi preciosa luz… feliz cumpleaños a ti..- termino de tararear la canción que me cantaba mi madre en mi día.

Quito la vergonzosa lagrima que quiere escapar de mi rostro.

No más llanto. Que podría ir peor en este día.

-vamos luz, se fuerte. No es la primera vez que recibe simplemente odio por parte de tu padre- me doy ánimo. Pateo una lata de cola y me dijo que a lo lejos hay una silueta en la parte alta de unas rocas, aquellas donde rompen las olas.

Trato de dirigirme a ese lugar solo para comprobar de que no suceda nada.

Escalo y el frío me hace temblar un par de veces.

El viento mece mi cabello y este aterriza en mi rostro cegándome por un momento, en el momento en que me acerco mis ojos observan a una mujer con un vestido rojo que observa el horizonte como perdida en sus pensamientos.

Abraza sus brazos como reconfortándose a ella misma.

El cabello rubio lo trae desordenado y por sus mejillas rueda una lagrima negra.

“Es bonita” aun en su agonía interna no puedo negar su belleza.

No es de por aquí, lo noto por su forma de vestir.

-¿se encuentra bien señorita?- parece notar mi presencia por qué una débil sonrisa amarga escapa de sus labios.

-¿bien?- repite aquella palabra- estoy de todo menos bien- un fuerte viento hace que su cabello desordenado de desacomode mas. Pero no pierde su belleza. Somos dos mujeres melancólicas en este lugar.

-soy Luz Adams- no se si eso sirva de algo.

-Ava Morgan- responde.

-Bonito nombre- sonrío un poco. Vaya que lo es.

-¿que le pasó a su rostro?- espero no incomodarla con mi pregunta.

-un pequeño accidente- noto que con cada palabra que sale de su boca da un pequeño paso al frente. Aquella acción me hace poner en alerta.

-ese pequeño accidente también lo tuve antes de venir aquí, común no crees- trato de hacerla sonreír pero nada ocurre, aun así un paso mas que ella da, es un paso más que yo doy.

Sus intenciones de saltar son claras. “lo hizo”

-no, es algo que nos pasa, a mi me pasa todo el tiempo y créeme aun sigo aquí- trato de platicarle sobre mi vida y que note que la suya es color de rosa.

-el accidente lo sentí de mi padre- muerde su labio.

-ya somos dos pero seguro tu padre te am..-

-me odia- reafirma sin dejarme terminar. un paso mas que da pone mi cuerpo a temblar.

-por mi culpa él…- se detiene.

-Ava, dame la mano. si-

-ya no quiero estar aquí Luz, me siento asfixiada en este mundo, siento que sobro. ¿alguna vez lo has sentido así?- sí, a veces lo he pensado. Pero quito esas ideas de mi mente.

Da otro paso

-lo ves, también lo has sentido- toma una pulsera y tiene la intensión de entregármela

-tal vez la que debería darme la mano eres tú, Luz- sus meras palabras hacen mover algo dentro de mi y el impulso de tomar esa mano es grande.

-Ava no hagas eso- quito mis ideas tontas.

-¿hacer qué?... esto- da un paso más largo.

-Ava-

-Luz- corro hacia ella tratando de tomar aquella mano pero mis esfuerzos son en vano, inclino mi cuerpo y la yema de nuestros dedos se rozan. Su rostro se muestra feliz mientras que el mío es de terror absoluto.

Siento algo helado recorrer mi cuerpo.

TODO SUCEDE MUY RAPIDO…