Con la puerta cerrada Gia se quitó el saco de los hombros y se deslizo por la madera hasta el suelo, no sabía qué hacer en una situación como esa, paso de estar prisionera de su propia madre a ser prisionera del hombre al que una vez le salvo la vida al encontrarlo tirado en un basurero maltratado, paso la mano por su cabello y soltó su cabello de la ajustada coleta que se hizo en la mañana porque estaba comenzando a dolerle la cabeza, tras eso se levantó y entro a la ducha para que el agua caliente se llevara una buena parte de sus malestares emocionales, además no quería que Viktor entrara a apresurarla y la encontrara desnuda. Cuando termino de ducharse se puso una de las batas cuidadosamente dobladas en el mueble al lado del lavamanos, asomo la cabeza por la hendidura de la puerta cuid