Al regresar a su departamento. Helio, aseguro la puerta; con tres cerrojos. No sabía de los que Kirana, era capaz. Y sinceramente, no quería comprobarlo. Sin pensarlo, ni un segundo. Se concentro, en su brazalete. Abrió una aplicación de renta de departamentos. Y solicito un cambió. La renta en ese sitio, era económica. Por eso había vivido ahí, durante los últimos tres años. No obstante. La actitud de la chica, le dijo que era momento de irse. Por surte, no tenía muchas cosas de valor. Los muebles básicos como refrigerador, estufa, micro ondas, aire acondicionado, y televisor; estaban adheridos a los muros. Lo único que tenía era ropa, libros, equipo militar, una lira, y algo de comida; que podía desechar, si era inconveniente.
Firmado el contrato del nuevo departamento, que se encontraba en el bloque C. Suspiro derrotado. Él no quería gastar mucho dinero, en su nuevo departamento. Sin embargo, tuvo que hacerlo. No se sentía seguro en el bloque D. Había vivido en ese lugar, durante un largo tiempo. Y conocía de primera mano, lo inseguro que podía ser. Si bien, era un cadete militar. Eso no significaba, que nadie fuera a hacerle daño. Al igual que la habilidad de Kirana. Había otras, que requerían el sacrifico de terceros; para ser activadas. Y aunque no eran muchas, y la mayoría estaban prohibidas. Las personas seguían utilizándolas, gracias a los veneficios que estas otorgaban. Centrando su atención en los clase D, como objetos de sacrificio. Debido a su debilidad, y poco poder de combate. Por tal motivo. Cambiar a un bloque más seguro, era la mejor opción. Aunque eso redujera un poco sus ahorros.
Pronto. A su brazalete, llego un mensaje. El equipo de mudanza, llegaría en la tarde. Así que sin más por el momento. Decidido revisar el cilindro de metal, que recibió por correo. Aun no sabía que era, ni tampoco lo que contenía. Por lo que antes de abrirlo, fue a su habitación. Y de un baúl, saco una máscara de gases; un equipo, comprado en la armería de su escuela. Luego, con la máscara colocada. Procedió a inspeccionar el cilindro. Este era, completamente color cromo. Sus dimensiones, por otro lado; eran de 30 centímetros de largo, por 10 de ancho. Como último detalle. En el costado derecho del cilindro, tenía una cerradura electrónica; parecida a la del buzón, pero mucho más pequeña.
Notando, que no había nada más por revisar. Coloco su brazalete, a la altura de la cerradura. Frente a él. Una pantalla espiritual, se materializo. Preguntándole ¿Si quería abrir el paquete? A lo que afirmo dicha propuesta, con el pensamiento. Provocando, que la cerradura se abriera. Develando, el interior del cilindro. Para su suerte. Ningún gas o polvo venoso; fue despedido. Permitiéndole, quitarse la máscara. Y dándole mas seguridad, sobre la situación. El cilindro, no era peligro. Se dijo, dándole un vistazo a su contenido.
En el interior del cilindro había dos sobres, una tarjeta metálica, y un contenedor pequeño. Al revisar con más detenimiento los sobres. Noto, que tenían el sello educativo; de la organización, que organizaba el examen académico internacional. Un sobre era blanco, y el otro era dorado. Pensando, un momento. Decidió abrir el sobre blanco primero. El contenido de este. Era lo que estaba buscando; desde la noche anterior. Se trataba de información, acerca de la segunda etapa del examen; así como el lugar, donde debía presentarse.
Al abrir el sobre, dorado. Sintió gran sorpresa. El sobre era un reconocimiento, a la mejor calificación del examen escrito; tanto por el tiempo dedicado, como por el número total de aciertos; siendo 1000 de 1000. A su vez. La carta explicaba que la tarjeta metálica, y el contenedor. Eran premios a su esfuerzo, y dedicación. La tarjeta, contenía un monto de 250000 créditos; transferibles. Mientras que, en el contenedor. Había en su interior, tres lágrimas de habilidad. Objetos mágicos. Que, al ser consumidos por una persona. Le permitían desbloquear, una habilidad aleatoria en su grimorio.
Helios, no pudo evitar sonreír; con mucha felicidad. No solo por el dinero, sino por las lágrimas de habilidad. Eran un objeto costoso, y difícil de conseguir. Era más fácil, conseguir hojas de habilidad en los laberintos; que las lágrimas. Estas se obtenían, por medios especiales. Atreves de cofres de tesoros. Pero su índice de caída, era algo bajo. Lo que las convertía, en objetos especiales; por su rareza. Quienes podían darse el lujo de conseguirlas. Solían ser personas adineradas o, con trasfondos poderosos. Una clase D, jamás lograría tener una de estas; en sus manos. Al menos, hasta ese momento; que él había recibido tres.
De manera inmediata. Coloco la tarjeta metálica, sobre su brazalete. Y transfirió, todo el dinero a su monedero electrónico. Luego cerro sus ojos. Y concentrándose. Energía comenzó a reunirse, a la altura de su pecho. Segundo después, sucedió un extraño fenómeno. Una bola de energía; color cobre. Salió despedida; desde su pecho. Flotando, a unos centímetros de distancia. Transformándose lentamente en un libro; color café, mientras el abría ojos. Este era el libro espiritual o grimorio; de helios. En sus hojas, guardaba información de él, y las habilidades mágicas que podía utilizar.
Dependiendo el talento mágico, sería el color del grimorio. Un talento de clase D. Daría como resultado, un grimorio café. Una clase C, sería un grimorio verde. Una clase B, azul oscuro. Y el clase A, seria de un color rojo sangre. Y mediante este método de colores, era la forma en la que se identificaba el talento mágico; cuando se invocaba el libro por primera vez, a los diez años.
Las habilidades por otro lado. Se conseguían de cinco maneras diferentes:
El primer método, era la herencia. Si un antepasado había tenido una habilidad mágica, de la misma clase; en el pasado. Vestigios de esta. Quedaban latentes, en la sangre de sus descendientes. Quienes podía despertarlas, de manera aleatoria.
El segundo método, eran las hojas de habilitad. Hojas que eran dropeadas, al matar monstruos poderosos. Dicho objeto, ya tenía un hechizo grabado; de la A hasta la D. Por lo que solo debería colocarse, en una hoja blanca del grimorio; para adquirirlo.
El tercer método, era la lagrima de habilidad. Su funcionamiento, era similar al de las hojas. Solo que, al consumirlo. Otorgaría una habilidad aleatoria, de la misma clase del talento mágico.
El cuarto método, era habilidades a través de contrato. Esto se hacía, realizando un contrato de servidumbre con una criatura poderosa. Esta criatura podía ser un dragón, espectros, seres feéricos, seres de otros planos, seres estelares, y hasta demonio. En estos casos. El contratante otorgaba habilidades, a cambió de que el contratado realizara misiones o tareas; para él. Además, el contratante. Era quien definía los términos del acuerdo. Por lo que, si uno era tonto. Podría vender su alma por error, o firmar un acuerdo para toda la vida. Lo mejor, era revisar el contrato antes de firmarlo. Y verificar, cuáles eran los límites del acuerdo. En contraste. Si el contratado, era más fuerte que el contratante. Podía obligar al contratante, a otorgarle habilidades. Al hacerlo firmar, un contrato de obediencia.
Otro punto, importante del método de contrato. Era que las personas, odiaban a quienes hacían contratos con demonios. Ya que los demonios, y la r**a humana; se encontraban en constante conflicto. Viendo a los que firmaban contratos con ellos, como traidores a la r**a humana. Y no era para menos. Las misiones, que otorgaban los demonios a sus contratados. Era los de asesinar, y cuásar toda clase de atrocidades en el mundo; como el canibalismo. Esto a cambio de poder, y riquezas.
El ultimo método, estaba ligado a la fe. En ese mundo, existía un sistema de dioses. Y cada uno, tenía su propia religión e iglesias. Estos dioses, otorgaban habilidades a sus fieles. A cambio de esparcir su palabra, realizar encomiendas, embarcarse en cruzada, y dar tributo.
Cabe aclarar, que el talento mágico. No impedía que una persona, tuviera un hechizo de nivel superior en su grimorio. Por ejemplo. Un clase D, podía tener hechizos de las otras clases; en su libro. Esto, mediante la adquisición externa; como las hojas de habilidad, o el contrato. No obstante, naturalmente. Su libro solo daría a luz, habilidades clase D. A través de la herencia o, mediante el consumo de lágrimas de habilidad; aunque esto último, era un método que no podría se costeado por un clase D. Por eso los clase A, y B. Eran tan idolatrados, y se les daban grandes veneficios. Ya que ellos adquirían habilidades poderosas, de manera natural.
El grimorio de helios, de color café. Era un libro sencillo, y nada llamativo. Se decía, que dependiendo las habilidades. Las características, material, y el diseño del libro; podrían cambiar. En el caso de helios. Su libro, tenía el diseño más común. Estaba recubierto de cuero, y en el centro de su portada; había una runa amarilla, con forma de estrella. El libro contaba con 40 hojas. De las cuales 10, ya se encontraban en uso. Otra característica del talento mágico. Era que los grimorios clase D, tenían 40 hojas. Los C, 60. Los B, 80. Y los A, 100. Lo que definía el límite de habilidades, que una persona podía tener; en toda su vida.
Concentrándose en el libro. Helios, lo manipulo con la menta. De la misma manera, en la que utilizaba su brazalete. El libro se abrió, en la primera página. En esta se encontraba la primera habilidad. Que todas las personas adquirían, cuando invocaban por primera vez su grimorio. Era una habilidad, que no tenía clase como tal. Y su nombre era “Estado”. A través de esta. El usuario podía ver su información, y atributos. Que era plasmada, en la hoja de la habilidad. En este caso, era la información de Helios.
Estado:
Nombre: Helios
Raza: Humano.
Edad: 15 años
HP: 40+10=50
MP: 25+9=34
Ataque: [4] - Fuerza: [5+8]
Defensa: [5] - Resistencia: [5+8]
Velocidad: [3+8] - Inteligencia: [4+10]
Constitución: [5] - Espíritu: [3]
Sabiduría: [1183] - Suerte: [1]
Habilidades: 10