Al día siguiente. Helios, se levantó temprano. Mientras desayunaba; cereal, y algo de fruta. Encendió el televisor; con algo de interés. Quería saber, como había terminado las cosas en el bloque F.
En las noticias, apareció la imagen de los destrozos; causado por el incidente. Esta vez, las criaturas que habían escapado del laberinto. Fueron poderoso ogros guerreros; de 3 a 5 metros de altura. Salvajes monstruos humanoides, capaces de utilizar armas; como escudos, hachas, y garrotes con pinchos. Su grupo; compuesto por 35 unidades de ogros comunes, y 5 ogros de alto rango. Destrozaron, todo lo que encontraban a su paso. Poniendo especial énfasis, en devorar civiles. Un dato, que perturbo a helio. Provocando que un escalofrió, recorriera el largo de su espalda; al solo pensar, en aquella terrible escena.
Las bajas civiles, antes de que llegara el ejército. Era las de 179 clase D, 33 clase C, 11 clase B y 2 clase A. La lista de heridos, aun no estaba clara. Por lo que habría un segundo informe mas tarde. Aunque los datos preliminares, apuntaba a unos 300; en su mayoría clase C, y D.
De la nada, la imagen cambio en la pantalla. Mostrando, la figura metálica de Mech. Esta era una armadura mágica utilizada por el ejército, y algunas organizaciones poderosas. Etas habían sido creadas, debido a la disparidad de poder mágico en la población mundial. Siendo 35% de las personas clase D, el 30% clase C, el 20 clase B, y el 15% restante; la clase A. Por tal motivo. El ejercito estaba compuesto en su mayoría por clase C, y D. No teniendo el poder suficiente, para erradicar a las criaturas; que escapaban de los laberintos. Lo que origino, que se crearan armas; de gran poder. Capaces de hacer frente, a esta clase de situaciones. Siendo, la aradura magia el arma por excelencia. Para dicha tarea.
La armadura magia, estaba hecha de una aleación especial; ligera, pero muy resistente. Consumía cristales de mana, como su combustible principal. Y tenia hechizos precargados, a través de runas. Facilitando al usuario, hechizos poderosos para el combate. No tan poderosos, como los de clase A. Pero si lo suficiente, para erradicar a las criaturas. Siempre y cuando. Se utilizará estrategia, y se atacará en conjunto. De lo contrario, no importaba cuando armaduras se utilizarán. Las criaturas las superarían fácilmente con su intelecto, habilidades, y fuerza física superior.
Cuando Helios, termino de desayunar. Apago el televiso, tomo una ducha, y se colocó un uniforme limpio. Aunque ese día, no había clases. Él quería ir a su escuela. Ya que necesitaba algo de información. Al salir del examen, nadie le dijo nada sobre la segunda etapa. Desconociendo, cual era el paso que seguía ahora. La noche anterior, trato de investigar en internet. Información, entorne a la segunda etapa del examen en ciudad Nithril. Lamentablemente, su búsqueda no dio ningún fruto. Al parecer, el lugar del examen práctico; era aleatorio. Tendría que esperar. Y en el transcurso del día, recibirá instrucciones. No obstante, había la posibilidad. De que, en su escuela supieran algo. Por lo que no estaba de más, hacerle una visita al director. Después de todo, como uno de los cadetes con la mejor calificación. Podía solicitar una audiencia.
Sin embargo. Antes de que Helios, pudiera salir de su departamento. Su brazalete, se ilumino; señalando una notificación. Verificando, su brazalete. Descubrió, que tenia un mensaje de la oficina postal. Al parecer, un paquetea había sido entregado a su buzón del edificio. Lo que le pareció muy extraño. Si bien el edificio, le proporcionaba el servicio postal. Desde que se había mudado, nunca había recibido nada. Y como huérfano. Él tampoco tenía a nadie, a quien mandar correspondencia. Sin pensarlo mucho, decidió actuar con precaución. Cambiando sus planes. Primero verificaría, de que se trataba el paquete. Si no era nada importante, iría a la escuela; tal como lo había decido antes. En cambio, si el paquete era algo peligroso. Como algún mensaje de los protagonistas. Estaba listo para dejarlo todo, y pedir acilo en las barracas de la secundaria militar. Para posteriormente, unirse al ejército. Por medio de una carta de recomendación. Que se le había otorgado, por su desempeño escolar.
Helios, dejo su departamento; algo preocupado, e intranquilo. No le gustaba para nada, esta clase de situaciones. Donde no podía predecir, que le depararía. Y mucho menos, mantener algún control sobre el resultado. Esa era la razón principal, para aquel sentimiento de intranquilidad; que se apoderaba cade vez mas de él. Conforme avanza por un pasillo, del edificio de departamentos. Para después bajar por las escaleras, hacia la planta baja. Si bien, tuvo la opción de utilizar el elevador. Decidió, no hacerlo. La razón, era bastante sencilla. El espacio del elevador, era muy pequeño. Restándole movilidad estratégica, en caso de una emergencia. La mejor opción, eran las escaleras. Dado a que conocía la estructura del edificio, podría moverse con mayor facilidad; e incluso saltar entre pisos, si era necesario.
En la planta baja. No bajo ni por un segundo, su sentido de alerta. Dirigiendo al área de buzones. Cuando, de la nada. Una voz, llamo su atención.
-Valla, valla ¿No es ese, el guapo de Helios? – La voz era femenina; con un ligero tono insincero de seducción.
Al escuchar, estas palabras. Helios, giro la mirada. Solo para encontrar con la presencia, de una chica regordeta; quien se relamió los labios, ante el encuentro. El nombre de la chica, era Kirana. Una vecina poco agradable, de Helios. Ella era una chica regordeta, de 1.68 de alto. Su cabello era castaños oscuros; rizado, sus ojos eran cafés, utilizaba líneas pintadas como cejas, tenía una nariz chata, pecas en las mejillas; que realmente eran marcas de acné, y un enorme lunar; que sobresalía, en la parte inferior de su mejilla izquierda.
Por si esta combinación de genes heredados, fuera poco. Utilizaba un maquilla en extremo cargado, uñas largas pintadas, y un fuerte perfume dulce; que después de un largo tiempo, irritaba la nariz. Como último detalle. Su vestimenta estaba compuesta, por una blusa de botones blanca, saco azul; con el escudo de una secundaria local, falta corta negra; sobre la rodilla, medias blancas, y zapatos negros. Un atuendo, que a cualquier señorita con un atractivo 3 de 10; mejoraría su apariencia, un par de punto. Sin embargo, para ella era todo lo contrario. Haciendo más evidentes sus defectos. Cuando te dabas cuenta. Que un uniforme tan lindo, era utilizado por ella.
-Bueno días, señorita Kirana- expreso Helios, por educación; solamente. Realmente, habría preferido no encontrarse con ella.
-Cariño, dime a donde vas con tanta urgencia- soltó con una voz; que trataba de ser seductora. Mientras sus labios brillaban; con un pintalabios, rojo caramelo intenso.
Escuchar la palabra cariño, salir de la boca de la chica. Hiso que se le revolviera el estómago. Cabe aclara, que a pesar de su apariencia. Kirana, tenía demasiado confianza en su propia belleza; pero en un exceso, demasiado insano. La razón principal de esto. Es que mucha clase D, en su escuela. La perseguían, y le decían palabras dulces al oído. Malcriándola, con el tiempo. Y provocando, que en su cabeza. Se hiciera una imagen de sí misma, superior a lo que ella era. Por cierto, si te lo estabas preguntando. Los chicos que la perseguían. No lo hacían, debido a su belleza. Lo hacían por su riqueza.
El padre de Kirana. Era un pequeño empresario. Dueño de una compañía, que se encargaba de la fabricación de reactivos. Los reactivos, eran compuestos alquímicos. Que eran necesarios, para la creación de pociones. Regularmente, estos eran hechos por los alquimistas. Pero su fabricación, desperdiciaba mucho tiempo. Además, que era ineficiente fabricar algunos gramos de reactivo; cada vez que se quería realizar una pasión. Por lo que empresas, como la del padre de Kirana. Fabricaban algunos reactivos en masa. Vendiendo a tiendas de alquimia, por tonelada. Lo que generaba grandes ingresos. Aunque solo fueran los reactivos mas comunes. Pocos fabricantes, hacían reactivos de alto nivel.
Como Kirana, era rica; para ser de una familia de clases D. Los jóvenes la perseguían, para obtener regalos de ella. Como pociones para aumentar atributo, y hojas de habilidades. Sin embargo, obtener esos regalos conllevaba un precio. Por lo regular. Cuando Helios, veía a Kirana. Ella solía estar acompañada, de algún joven de su escuela. Cabe recalcar, que nunca era el mismo; siempre eran chicos diferentes. Ella los llevaba a un departamento, en ese edificio. Donde ambos entraban, durante algunos minutos. Para que luego el chico, abandonara el lugar. Pálido; como un fantasma, y sujetándose la entrepierna. Era como si ellas, les succionara el alma; o algo parecido ¡Su estado, era demasiado anormal!
Sintiendo, que algo no estaba bien. Helios, investigo un poco. Y verifico, que la chica llevaba a un chico diferente todos los días. Si repetía a un chico, este salió aún más pálido del departamento; e incluso se les veía mucho mas delgados. Cuando por alguna razón, ya no podía llevar chicos de su escuela. Simplemente se transfería a otra, y el ciclo comenzaba nuevamente. En un principio. La deducción mas fácil. Era decir que Kirana, era promiscua. Sin embargó, después de llegar a un mundo donde existía la magia. Tuvo que cambiar su enfoque. Y pensándolo con detenimiento. Pensó que se trataba de una habilidad.
Teniendo en mente una habilidad. Helios, realizo una publicación en algunos foros de internet; dedicados a la recolección de información, sobre habilidades. Explicando lo que había visto, así como el estado de los jóvenes; después de visitar a Kirana. La respuesta que obtuvo de los foros, lo dejo helado. Existía una habilidad tipo ritual, llamada sanguijuela de vitalidad. Permitía a una persona mejorar su talento mágico. A través de la ingesta de vitalidad, del sexo opuesto; vía oral. No obstante. El requisito era obtener 10000 ingestas de vitalidad, para activarla. Si la habilidad, se activaba correctamente. Un talento mágico clase D, podía subir a clase C. Y así sucesivamente. El problema era, que después de un año. Las personas, que perdieron demasiada vitalidad; mediante este método. Comenzarían a sufrir efectos secundarios; tales como la perdida de plaquetas, falta de sueños, disfunción eréctil, y calvicie.
Si bien, era una habilidad terrible. No había ninguna ley, que prohibiera usarla. Y si algún afectado, intentaba demandar. No podía hacerlo. Debido a que el funcionamiento de la habilidad, requería que la ingesta fuera algo consensuado. Aunque el afecta no supiera qué a la larga, esto le traería efectos secundarios. Al final, el único responsable de su cuerpo. No es otro, que uno mismo. Si acabas en un estado tan grabe. Solo podías culpar a tu codicia, o a tus propias decisiones. Lo bueno, para Helios. Es que no era como los otros chicos, que ella había conocido. Él nunca había tenido la intención de vender su cuerpo. Incluso antes de saber la verdad. Y ahora que lo sabía. Esto reforzaba aún más su postura.
-Como se lo dije la última vez, señorita Kirana- cuando pronunciaba la palabra señorita, trataba de utilizar un sarcasmo muy forzado. para que ella se diera cuenta, y se fuera. -Lo que haga, no es de su incumbencia- se alejó, caminando hacia la sección de buzones
-Eso es, me gusta cuando se hacen los difíciles- un efecto secundario, de la habilidad. Era que aumentaba, la libido del usuario. Por lo que jadeo, mirando el trasero de Helios. Ella sabia que el chico, no era muy atractivo. Sin embargo, se preguntaba cuál sería su sabor. -Iré al centro comercial. Si gustas acompañarte, puedo comprarte alguna habilidad de alto nivel para ti. Sin embargo, deveras devolverme el favor-
-No estoy interesado, gracias- acelero el paso, y llego a su buzón. Coloco su brazalete, en la puerta de este. He instantáneamente, se abrió. En su interior, se encontraba un cilindro de metal; que tomo a gran velocidad, cerrando la puerta de golpe.
- ¿Que tal, un nuevo brazalete de intercomunicación? Veo que tienes un modelo básico. Y si te sientes mal, por que no puedes pagarlo. No te preocupes, podríamos arreglarnos con algo más- babeaba de solo pensar en el cuerpo de Helios, desnudo.
-Ayer presente el examen internacional académico. Me informaron, que pase a la segunda ronda. Si me llega a pasar algo, que afecte mi desempeño. Sabes que iras a prisión. Y tu padre, no podrá hacer nada para ayudarte- arto de la situación. Helios, la amenazo; mintiendo un poco.
-Bien- la chica, inflo las mejillas molestas. Sabia, que el chico tenia razón. Así que tubo que controlarse un poco. Sin mención, que si hacia algo. Y esto, no era consensuado. Ella iría a prisión. O peor, su nombre saldría en las noticias. He incluso alguien podía atar cavos, y descubrir su habilidad. Algo que ella no quería. Ya que si las personas, se enteraban de ello. Se volvería muy difícil, la tarea de pescar hombres. Ninguno se acercaría a ella, sin importar los regalos que diera. Por temor a sufrir los efectos secundarios de su habilidad. Así que se contuvo. -Esta vez, te dejare ir cariño. Pero te puedo asegurar. Que lo que quiero, siempre lo consigo. Y eventualmente, tu serás mío-
Sintiendo escalofríos, por la advertencia. Helio, dio media vuelta. Regresando a su departamento; a gran velocidad.