Capítulo XIX Los cuatro amigos se hallaban sentados a la orilla del río rodeando una fogata que habían encendido los dos hombres. Se sentían como adolescentes, disfrutando de las cosas simples de la vida, faltaba solo que en aquella inmensa oscuridad comenzaran a relatar historias de miedo, pero no, no deseaban eso, solo se limitaron a observar el fuego y pensar cuanto habían vivido hasta ese momento. Corina y Gustavo abrazados y envueltos en una manta abrigada y Delia recostada de lado con su cabeza apoyada en el regazo de Sergio que la sostenía tiernamente y también envueltos en abrigos. Era hermoso hacer cosas de adolescentes, solo que ellos bebían café en vez de alcohol como suele hacer la juventud. Era una noche clara y fría. La luna llena reflejada en el río se veía como una eno