Capítulo VII La tarea de hallar un trabajo para André, resultó ser la más difícil del mundo. Prácticamente carecía de toda preparación profesional, además de jugarle en contra su mala reputación en aquel pueblo donde todos le conocían, francamente, esto último era lo peor que pudiera haberle sucedido ya que aquí es donde comprobó el poco afecto que sentían por él los habitantes que conocen a su esposa desde siempre. Esta puñalada al centro de su ego provocó todo tipo de reacciones negativas que le fueron completamente desfavorables a la hora de intentar que alguna empresa le contratara. Cuando ya su depresión había alcanzado su máximo nivel y cayó rendido ante la idea de que jamás podría hallar un empleo, se tumbó a llorar como un niño al que le quitan su juguete nuevo, en el sillón