Capítulo XII Esa mañana Delia despertó con algo de temperatura en lo que parecía ser un cuadro gripal un tanto leve pero que sin embargo la hacía sentirse caída, sin fuerzas ni ganas de estar de pie. Llamó al hospital para avisar a su jefe lo que sucedía y que no se encontraba en condiciones de asistir a los pacientes. La recomendación fue que reposara en cama hasta que se complete el proceso gripal, que si no había complicaciones se iría, así como vino sin necesidad de antibióticos. Aunque si notaba alguna anomalía, se presentara en la guardia para que algún colega la asistiera. Las corrientes de viento fresco de fines de otoño suelen traer estas sorpresas si nos encuentra desprevenidos y con escaso abrigo, y tal fue el caso de Delia en la noche anterior, cuando volvían con Corina del