capítulo 10

1126 Words
Hace 1 hora y media que Sam duerme. No puedo imaginar por todo lo que ha pasado en su vida. Pobre chico. Me rompe el corazón todo lo que ha sufrido. He pensado en las razones por las que el jodido de Marcus lo tomó y abandonó hasta casi la muerte así y no se me ocurre nada lo suficientemente bueno. Si era por la fortuna de Amelia en algún momento Sam tendría que haber firmado algún papel. O le robaban papeles y llaves. Pero según las noticias en el lugar del secuestro quedaron todos los efectos personales de Sam. En la próxima ciudad voy a meternos en otro motel así se alimenta y duerme bien. Y voy a hacer que Nick revise las cuentas bancarias de Sam. Nick es un buen amigo de casi toda mi vida, fuimos cercanos en el instituto, y nuestras carreras se cruzaron constantemente durante mis casi 10 años de servicio. Yo soy un veterano, ex seal y él es Ex seal y el más hijo de puta nerd que tuvieron las fuerzas especiales, el término hacker le queda pequeño. Ahora es abogado y está retirado, tiene contacto con muy pocas personas y nuestro pequeño grupo de raros. "-Cuando los chicos sepan que me metí con el famoso Marcus van a querer patearme el culo." pienso como idiota Los chicos son Kevin, también retirado, veterano de Irak y Pedro, lo conocimos en una misión de reconocimiento en Cuba, como todo referido al gobierno ni nosotros sabíamos que estábamos buscando, pero todo salió mal. Resultó que Pedro tenía como su propia misión mandar a la mierda lejos de su tierra al ejército estadounidense porque querían apropiarse para sentar una base militar. Automáticamente echamos todo a perder, a propósito y lo adoptamos en el grupo. Después de esa misión estamos los 4 retirados y trabajamos juntos en nuestras propias cagadas personales y si llega a nuestros oídos alguna crisis intervenimos y cobramos por solucionar cualquiera sea el problema. Nadie sabe quienes somos ni cómo trabajamos, hace 5 años que tuvimos nuestro primer trabajo por encargo y de ahí la voz se fue corriendo, los pedidos fueron llegando, el dinero venía a montones y todavía estamos todos vivos. Un negocio perfecto. -¿Cuántos años tienes John? La voz de Sam me sacó de mis pensamientos. -tengo 32 Sam. Pensé que dormías. Estamos a 5 minutos de llegar a recoger las provisiones y ya me mandaron la ubicación de un motel para que descanses. -pareces más joven. Debe ser tu pelo, tan rubio -me lo tiño, en realidad tengo la cabeza llena de canas, casi gris completamente. -¡No jodas! Me dijo con su boca abierta con asombro Yo solo me reí, porque si realmente tuviera canas y tuviera que teñirme periódicamente no se lo diría a nadie. JAMÁS. Sus ojos me miraban sospechosos, -estás mintiendo. No tienes ni un pelo blanco verdad? -no te lo diré, nunca lo sabrás La idea de teñirme de distintos colores cada mes para molestarlo cruzó volando por mi mente y me sacudió. "Pienso seguir viéndolo tanto como para que algo así suceda? " mi cabeza funcionando a mil. -Yo nunca tuve el pelo tan largo en toda mi vida. No veo la hora de cortarlo. Amelia quería que lo deje crecer hasta la cintura y ponerme flores. La extraño tanto -imagino que fue una buena amiga -lo fue, era solo 15 años mayor que yo. Vivir con ella fue hermoso. Todos los días se le ocurría una locura nueva y divertida. Cocinaba asquerosamente y me obligaba a probar todo. -¿Tú sabes cocinar? Yo amo cocinar, los chicos siempre se burlan de mí porque siempre tengo que comprar alimentos frescos y cocinar. -¿Tus amigos? -En realidad son como mi familia. Nick el nerd y abogado. Pedro el cubano liberal. Y Kevin veterano cascarrabias. Todos tienen casi mi edad y son expertos en armas, táctica y planeamiento de rescate. -igual que tu? -sip, cuando llegue a pagarle el dinero a Marcus me quitaron mis armas por eso Pedro dejó aquí un poco para que nos cuidemos hasta que nos reunamos en la casa. -¿Viven juntos? -casi, tenemos algo así como una casa de seguridad y escondite que usamos más que nuestros propios lugares. Cuando no estamos trabajando no pasamos mucho tiempo separados por que solemos meternos en problemas -como lo que te paso con Marcus? -exacto. Somos como 4 adolescentes estúpidos cuando no estamos trabajando Sam, los vas a conocer porque confío en ti, pero nadie nos conoce ni se sabe a qué nos dedicamos ni cómo. Somos como fantasmas. Hacemos trabajos que nos encargan anónimamente, cobramos y desaparecemos. -guau, parece emocionante. Mi vida hippie no te llega a los talones. Se ríe como tonto. -¿Tienen familias? -no no, somos 4 lobos solitarios que formamos una manada. -una manada peligrosa. Me dice sonriendo -sip. Le contesto. Mientras charlabamos conduje la camioneta alrededor del lugar donde están nuestras bolsas en la tienda de perfumes de la esquina. Susi una eterna enamorada de Pedro hace cualquier cosa por él desde el primer día que lo vio. -Vamos por las bolsas Sam. Digo tendiendole la mano una vez que estamos de pie frente a la tienda mirando la vidriera Sostiene mi mano fuertemente con miedo, lo tranquilizo guiñandole un ojo. Suena la campanilla de la puerta y susi se asoma con su cabello rizado detrás de la computadora -Susi mi amor, cómo has estado? Pregunto en español. -pero que linda vista hermoso John. Siempre misterioso y enorme. Me dice en un acento caribeño y dulce. Me abraza y me besa con cariño -Esta dulzura es Tom. Le digo a propósito otro nombre Lo saluda con el mismo cariño y nos lleva disimuladamente al departamento pequeño del fondo. Sam mira todo con desconfianza, susi nos deja solos y enseguida lo atraigo hacia a mi y lo abrazo. Me devuelve el abrazo y respira con dificultad. -Voy a tener que hacer terapia en algún momento. No se si podría superar lo que me pasa en la calle o cuando veo gente. Estoy dañado. Dice lloriqueando. -está bien cariño. Deben ser reacciones normales. Trato de calmarlo y confortarlo. Lo dejo en el sofá rojo de la esquina y comienzo a revisar los bolsos, completos y super ordenados, esto es un trabajo impecablemente obsesivo de Kevin. Una pequeña bolsa contiene ropa y calzado del tamaño de Sam. Gorra y anteojos de sol. Lo ayudo a ponerse todo y tiramos lo usado en la bolsa nuevamente. -¿listo para ir a descansar y comer algo? Le tiendo la mano Salimos despidiéndonos de susi y partimos en la camioneta hasta el motel a 45 minutos de la ciudad.
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