Estoy emocionado por conocer a los amigos de john
Llegamos a una casa de 3 pisos que parece abandonada. Y al cruzar la puerta todo tiene sentido. Es limpia, grande y cool.
Hay una gran sala de estar con un televisor grande, consolas, equipo de audio y más.
John me lleva de la mano a la cocina donde se escuchan voces. Ahí están, son grandotes y a simple vista, están buenisimos los 3. Dios mío, ¿cómo se juntan tantos tipos sexis?
-hola
digo a los 3 pares de ojos que nos miran.
Uno de anteojos se levanta de su lugar en la isla, camina lentamente hacia nosotros, para frente mío y me abraza
-Bienvenido Sam. Siento mucho lo que te sucedió
Me dice con tonada latina
-gracias le digo
Me suelta con una palmadita en la espalda y gira en su lugar para darle un golpe en la mandíbula a John, lo toma por sorpresa y cae al suelo pero rápidamente se recupera y busca devolverle el gesto a, Pedro supongo.
A juzgar por el inglés que utilizó.
Los otros dos miraban con sonrisas,
-pasamos horas planeando cómo recibirte y con un muy apretado resultado de piedra papel o tijera, vamos a darte un golpe cada uno.
Comenta uno mientras come cereal
-si lo divertido es que vamos a hacerlo sorpresa. Dice el otro mientras le guiña un ojo y da vuelta tiritas de tocino en una sartén
Ya no se que hacen, no se la reacción de John o si está lastimado. Lo único que me interesa es el hambre de tocino que tengo.
Me acerco decidido hasta el que está cocinando
-puedo comer un poco?
Pasa el brazo que tiene la espátula por mis hombros y me besa el pelo,
-Sam mi querido amigo esto es para ti
El gruñido que se escuchó al fondo hizo que el brazo sobre mí se tensara y poco a poco fue desapareciendo. Al girar nos encontramos con la cara de John frente a nosotros. Furioso con su mandíbula roja por el golpe y sus ojos fijos en el tipo del tocino
-es mío
-que sucede john? Pregunto sospechando
-le vuelves a dar un beso y te voy a golpear Kevin.
-Pero solo le pedí tocino. Tengo hambre
-lo sé cariño. Ahora comemos. Aléjate Kevin
-estoy cocinando yo, para nuestro invitado
-y ahora le voy a cocinar yo
-pero yo quiero tocino
Digo lloriqueando
El tipo que comía cereales me guiña y siento una mano tocar la mía y hace que tome una tira de tocino. Me aferro como a un salva vidas.
John estaba como acelerado, nos corrió y empezó a preparar alimentos en la mesada y se escuchaban ruidos y yo lo más lento posible y disimulando me alejé hasta un taburete y con la mirada atenta de los 3 comí tranquilamente mi preciado tocino.
-dios, oh dios
Las palabras se escapan de mi boca antes de darme cuenta. Esto está tan rico. Tanto tiempo sin probarlo.
Los tres pares de ojos estan gigantes mirándome fijamente. Mientras unos brazos me rodearon desde atrás.
Estoy llorando. De nuevo. Por dios que me pasa?
-Tranquilo cariño. Kevin te traerá todo el plato.
Una bandeja con tiras de tocino doradas y crujientes se desliza frente a mi y no puedo parar de llorar. Entierro mi cara en el cuello de John. Sus manos me acarician la espalda
-lo siento. Lo siento. No quería llorar por algo tan estúpido
-pasó lo mismo con el café esta mañana. Explica john
-y con el pasto y con el cielo y con la gente en la calle. No dejo de llorar como idiota
-no te preocupes amigo, casi mueres encerrado. Es normal que todo sea un shock.
Come tranquilo cualquier cosa que necesites nosotros te vamos a ayudar.
-además es normal que llores por mi tocino, es espectacular y solo lo comemos cuando el general saludable no está presente por que lo arroja a la basura.
Me hace reir y John me guiña.
-pero si te hace feliz puedes comer cariño.
-ahh John John tanto amor en el aire me quitan las ganas de darte mi recibimiento especial sorpresa.
Nick lo dijo pensativo como si al verlo feliz le diera lástima golpearlo.
-¿Por qué lo quieren golpear? Pregunto chupandome los dedos
John vuelve a gruñir como un maldito perro enojado y los chicos miran para otro lado, Pedro comienza a hacer café y Nick sigue comiendo el cereal.
-a ti qué te pasa que no dejas de gruñir como un perro?
Pregunto mirándolo por encima del hombro y vuelvo a comer.
Tomó la taza caliente de dulce café y con un suspiro de placer tomo un trago
-suficiente!!
El grito de John me sorprende y me quemo la lengua.
-Se van, los tres, fuera de la cocina. Después de que Sam termine de comer y se instale podemos hablar.
Los chicos se levantaron y salieron de la cocina sin decir nada. Kevin se reía, antes de salir por la puerta gira y me tira un beso. Yo le sonrío y le hago chau con la mano.
John pone una mano en la base de mi cabeza y me besa con fuerza, su lengua invade mi boca.
Mi cuerpo está muy caliente y apretado cuando le devuelvo el beso con todo mi ser.
Por dios, ¿qué pasó? Me quedo sin aire, no puedo respirar y no quiero que deje de besarme. Le acaricio la espalda con mis manos, necesito más. Levanto su camisa y se la quito, me paro frente a él y comienza a quitar mi ropa. Empujo desesperado lo que sea que hay arriba de la mesa y me sube, sin tiempo a acomodarme comienza a besar todo mi cuerpo, sus manos recorren cada rincón y deja un rastro caliente que me vuelve loco.
-john por dios. ¿Qué me haces? No pares por favor
- Sam, me vuelves loco. Eres mio. Mio para besar y tocar. Nadie más
-nadie más john. Solo tu. Tócame por favor. Te necesito ahora.
-te voy a hacer el amor cariño. Aquí mismo. Eres mio. Dilo
-tuyo, john tuyo. Por favor