Mi corazón no palpitó con normalidad , él realmente me amenazó a muerte, y tiene pensado hacerlo. Cerré los ojos cuando sentí la cuchilla filosa tocar mi cuello de una manera dolorosamente suave, no estaba hiriéndome, pero se sentía como tal. —Abal no tarda en llegar... —Susurré pero él pareció ignorarlo observándome. —Es tan corto el amor y tan largo el olvido. —Se burló burdamente citando las palabras de un poema. —¿Por qué no me preguntas si escuché algo de la conversación que tuviste ? Pude... Pude no haber oído nada... —Lo oíste todo, callate ahora. Tengo que pensarme que haré contigo después de que te mate. —¡Dejame! —Comencé a luchar contra él consiguiendo tirar su arma blanca, lo abofeteé un par de veces sintiéndome histérica. —¡Ven aquí! —Me gritó después de que comencé a
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