Huele a peligro

1451 Words
El mismo día Lanci Me duele saber que no puedo evitar el sufrimiento de mi hermana Emma, me resta apoyarla en lo que pueda, por lo mismo la acompañare al almuerzo en la casa de Zhamir, es una lástima, quería escabullirme a ver la mujer que me tiene hechizado solo con sus ojos. Ahora solo recuerdo esa mirada intensa que me desnuda el alma, estoy consciente que ella puede llegar a convertirse en algo inalcanzable para mí por sus costumbres, por venir de mundos diferentes, aunque no me importa quiero apostar todo ella. Termino de vestir mientras mis pensamientos solo me llevan a ella, hasta que mi hermana me indica que han llegado por nosotros, bajamos y en la entrada del hotel esta una limosina esperándonos. Todo el trayecto intento escuchar a Zhamir que comenta sobre su ciudad, sus costumbres, aunque lo único que quiero es escaparme de aquí para ir a buscar a la mujer que me tiene deslumbrado, tras un trayecto llegamos a su casa o mejor a su palacio, con una entrada imponente conformada por varias escalinatas hasta la puerta principal, la cual nos lleva por un camino lleno de estructuras de la arquitectura musulmana y rodeada de varias plantas, así ingresamos al vestíbulo donde nuestro anfitrión propone seguir a una sala donde está su familia, que apenas nos ven nos saludan. –¿Emma? Gracias por estar en mi casa, eres bienvenida–escucho decir a un hombre que asumo que debe ser el padre de Zhamir. –Le agradezco la invitación Mustafá, permita presentarle a mi hermano Lance. –Un placer jeque, gracias por recibirnos en su casa– le agradezco. –¡Muchacho! te pareces mucho a tu padre, eres su vivo retrato– afirma el jeque. –Todos opinan lo mismo, pero soy un poco diferente a él– le aseguro. Luego de todas las presentaciones la tarde transcurre en medio de charlas sobre su cultura, la importancia del islam en su vida, sus rutinas e incluso en la forma de vestir, aunque me incomoda un poco la charla y la llevo al plano de los negocios hasta que mi hermana se retira con Zhamir a los establos, me he quedado solo con la familia del jeque, tras escucharlos y no entrar en conflictos por su forma de pensar, me excuso para ir al baño. Amira Me siento feliz por el retorno de Zhamir de Mónaco, mi hermano es el que me apoya en todo, gracias a él mi padre me permitió estudiar una carrera universitaria y seguir con la labor de mi madre en las fundaciones. Estos días he estado un poco ocupada entre mis clases y la fundación intentando convencer al doctor Roberts que trabaje con nosotros, a pesar de todo, el otro día fui al mercado por unas especias, creía que sería una salida más, pero para mí sorpresa ese día perdí mi monedero y un rato después me lo estaba devolviendo un chico de rasgos anglosajones, de 1,80 cm de altura, cabello castaño oscuro, ojos marrones que me desnudo con su mirada, sentí que él pudo ver más allá de mis ojos. Desde ese día solo pienso en él, aunque me repetí que lo mejor sería olvidarlo, seguro es un turista más, además de tener una serie de problemas por ser de mundos diferentes. Cuando pensé que no lo volvería a ver nunca más, aparece ayer en medio de las mujeres que estaban con los niños en la fundación, diciéndome que era el doctor Roberts, en realidad no sé qué buscaba diciéndome mentiras, meterme en problemas, aunque es imposible no pensar en ese chico, sus ojos marrones me volvieron a mirar buscando algo en mí. Sera mejor olvidarme de él e intentar llegar temprano a la casa, pues mi hermano quiere presentarme a la mujer que le roba el sueño. Un rato después Lanci Estoy caminando por los pasillos luego de haber ido al baño hasta que veo una figura familiar, ni siquiera puedo creerlo, debe ser un espejismo causado por el clima, avanzo para confirmar mis sospechas y me cruzo en su camino. –Hola ¿Qué haces aquí? –logro decirle al ver que no trae el velo la chica de la mirada profunda. –¿Tú que haces aquí? ¿Me estás siguiendo? –la escucho decir con asombro. –No te estoy siguiendo, me invitaron a la casa del jeque…–le respondo mirándola a los ojos. –No deberías andar por los pasillos, es de mala costumbre andar husmeando en la casa de otro ¿No te parece? –¿Eres siempre así? Tan malhumorada. –No te pueden ver hablándome, está prohibido que este con un hombre a solas. –No te entiendo y el otro día en la fundación ¿Por qué hablamos sino puedes? –No estábamos solos, había gente alrededor nuestro además era diferente todos pensaban que eras el doctor que trabajaría en la fundación. –Eres muy hermosa, no entiendo porque ocultas ese bello rostro, deberías andar sin velo siempre– le aseguro. –Voltea a otro lado, no me puedes ver con el rostro descubierto– me pide ella. –No quiero hacerlo me gustas mucho, será mejor que inventes otra excusa– le soy sincero. –Permiso, mejor regresa con el resto de los invitados– me sugiere mientras se aleja. –¿Cuál es tu nombre? ¿Puedo saberlo? –le pido al verla alejarse a los establos. Decido seguirla hasta que se detiene a saludar a Emma y a Zhamir ¡Demonios! espero que no sea quien creo, no puedo tener tan mala suerte. Amira Aún estoy sorprendida por encontrarme al chico del mercado aquí en mi casa, nunca en mis sueños imagine esto ¿Tendrá algo que ver con mujer que le gusta a mi hermano? ¿Tendré tanta mala suerte? Son las preguntas que me hago mientras me dirijo a los establos intentando no voltear a verlo cuando me pregunta mi nombre. Doy unos cuantos pasos más hasta que veo a mi hermano besándose con Emma la mujer de la que está enamorado él, toso para llamar su atención. –Lo siento ¿Interrumpo algo? –les pregunto. –¡Amira!  Llegaste, te presento a Emma Mckeson– dice Zhamir. –Hola es un placer por fin conocerte, Zhamir me ha hablado mucho de ti– me asegura. –A mí también me da gusto conocerte Emma, Zhamir no para de hablar de ti, no tienes idea como me tiene loca. –Lo siento…no sé qué te conto de mí, pero seguro exagero– se disculpa. –En primer lugar, me dijo que eras muy hermosa, una excelente jinete y muy divertida– le expreso. –Definitivamente te mintió, soy un poco aburrida para serte sincera. –No lo creo mi hermano nunca se equivoca, además me gustaría averiguarlo yo misma, ¿Por qué no me acompañas? Te quiero mostrar algo, siempre y cuando Zhamir no sé moleste. –Por mí no sé preocupen, vayan– nos asegura Zhamir. Entre charlas y bromas con Emma, voy explicándole lo que hago en mis tiempos libres, así la llevo a la cocina, donde apenas entramos los niños que a veces traigo de la fundación la miran con curiosidad y confirmando mi instinto ella me propone cocinarles a los niños. A pesar de disfrutar este momento quiero sacarme la duda que tengo sobre el chico y me arriesgo a preguntarle lo que quiero a Emma. –Emma ¿Qué te parece mi país? ¿Cuál es tu opinión de nosotros? –Amira ¿Puedo ser sincera? Hablar lo que pienso sin ser juzgada. –Por favor Emma, quiero escucharlo. –Veo dos contrastes la Dubái muy avanzada en muchas cosas, pero a la vez la esencia de sus costumbres todavía los tiene en otra época, aunque respeto sus creencias y esa manera de vivir. –Te entiendo, mi mamá luchaba mucho por la igualdad de las mujeres y le termino costando la vida, en fin, hablando de familia ¿Tus padres y hermanos no vinieron contigo? –Mis padres volvieron con mis hermanos menores a New York, pero estoy acompañada por mi hermano Lance o Lanci como le decimos, incluso hoy vino conmigo, debe estar con tus tíos– la escucho terminando de confirmar mis sospechas. ¡No puedes ser! El chico que roba mi sueño es nada menos que el hermano de Emma, si antes estaba sentía que estaba en peligro solo con el hecho que él me mirara así, ahora más que me ha dicho que le gusto ¿Cómo hago si lo vuelvo a ver? No puedo dejar que mi corazón mande en mí.
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