—¿Amor? —solté una larga y honda carcajada, ¿de verdad estaba diciendo eso? O quizás tanto tiempo vivir fuera ha hecho que mis recuerdos se distorcionen—. ¿A qué juegas Diaval? Por favor, no me hagas reír —retrocedí unos pasos, con la plena intención de esta vez irme.
—Adelante, tienes lo que querías. Vete y burlate.
—¡Mira quien lo dice! El que habla de amor y burla, ¡Eres un hipócrita! ¡Tú nunca has dicho amarme! —ante mi respuesta, se quedó en silencio, mas sus ojos azules eran como pequeñas pelotas a punto de saltar—. ¿Ya te refresqué la memoria?
—Afortunadamente no nos casamos, porque hubiera sido un error —no solo lo había dicho con ira, su mirada fue fija en mis ojos, y la convicción era tan real, como cuando decía la verdad.
Pasé saliva, definitivamente no esperaba eso, pero por esta vez le daría toda la razón. Hubiera sido un grave error si nos hubiéramos casado.
—Pues es en lo único que concordamos. Adiós Diaval.
…
POV Diaval
—¡¿Qué ella qué…?!
—Mamá, por favor cálmate. Fue la decisión de papá —era el pedido de Brisa, mientras que yo mantenía la mirada sin un punto fijo, solo me mostraba de pie sostenido por el maldito bastón a que estoy sujeto.
—Debes estar loca. ¡Nos acaban de dejar sin nada! ¡Nada! —gritaba mi madre, sacudiendo a mi hermana por los hombros—. ¡Incluso tú! ¡Tú que tanto estabas a favor de tu padre! No te dejó ningún solo centavo. Ni mi hija, pareces.
—Mamá, me lastimas —se quejó con el miedo en sus ojos.
—¡No puedo creerlo! ¡Esa recogida! ¡Esa maldita!
—¡Suficiente! —haciendo sonar mi bastón contra el suelo, me di vuelta, provocando que todos quedaran en absoluto silencio—. He tenido suficiente en todo el día, solo quiero algo de silencio. ¡Ya basta con gritos de mujeres!
—Oh Diaval, amor —Hera colocó sus manos en mi hombro, dándome su apoyo—. Tu madre solo quiere lo mejor para ti y tu hermana, no seas duro con ella.
Exhalé largamente, ya me sentía cansado de esta situación.
—Solo quiero estar en silencio —la mano de Hera resbaló y yo me dirigí a las escaleras, subí peldaño a peldaño, teniendo los ojos de los demás sobre mí.
Y en la soledad de mi habitación, tiré el bastón con fuerza, dando pasos lentos hasta llegar a mi cama, donde apreté las sábanas con la rabia quemando en mi interior.
—¿De modo que esto era lo que querías? ¿Una hija? —me burlé—. ¿Con qué era solo una hija para tí? —dije amargamente—.¡Una hija con la que te casaste! ¡Debieron verme la cara de…! ¡Ah, qué asco! —solo de imaginarlo, se me revolvía el estómago—. La odio… Los odio ¡Malditos sean!
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POV Lys
—Oh linda, lamento oír eso —me responde la señora Evelyn, luego de que al estar preocupada, me llamara para saber sobre mi situación en este asunto legal.
—El abogado que tengo es muy bueno, agradezco no estar sola, y que usted me ayude al haberse hecho cargo de mi negocio.
—No tienes nada que agradecer, linda. Además, es probable que te encuentres a mi hijo. Me contó que está trabajando para una señorita muy guapa. No me dijo su nombre, pero es una mujer con gran determinación. Parece ser una excelente candidata para mi hijo, aunque me encantaría conocerla.
La señora Evelyn era una mujer muy amorosa, pero también podía ser muy graciosa. Si bien no tenía esa cercanía con mi madre, había logrado un hermoso lazo con ella.
—De todo corazón, linda. Ojalá pronto pueda ir a verte.
—Será un honor recibirla en mi hogar, aunque aún estoy acomodando algunas cosas.
—Oh, no te preocupes. Mi hijo ya me ofreció quedarme en su departamento. No quiero causarte molestias.
—¿Molestias? Es lo mínimo que puedo hacer por la ayuda que me brinda.
—Es muy lindo de tu parte, lo tendré en cuenta.
Conversamos durante largos minutos, entre risas y confianza, era agradable hablar con ella.
Entré a mi habitación, cayendo de espaldas y sacándome los zapatos de un solo movimiento de mis pies.
—¡Oh cierto! —me levanté de un solo movimiento, corriendo a saludarla—. Amorcito, perdón por olvidarte—. La encontré en el estante, por lo que al tomarla, la llevé directo a mi pecho—. Mi preciosa, niña —era un modo de tenerla cerca. El oso de peluche me daba esa sensación de no estar sola, él único objeto que me quedaba de mi hija—. Me encantaría llevarte conmigo a muchos lugares, pero no es posible. ¿Sabes? Mamí vio hoy a tu padre, perdón por no haberle contado sobre tí, pero es imposible. Estoy segura que ni creería que estuviste en mi vientre, y si dijera algo muy fuerte, no sería capaz de controlarme.
—Quiźas lo mejor sea que esto solo esté en secreto.
…
POV Inés
—¡Ah! —rompí la foto que tenía en mis manos, seguido de más objetos que encontraba en la habitación—. ¡Se salió con la suya! ¡El muy desgraciado lo hizo! ¡AHHH! —. Nunca creí que esto pudiera resultar así —mi intención solo había sido humillarla, ponerle fin a la historia que ella tuvo con Diaval… Y festejar el hecho de que ese engendro jamás nació.
—¿Señora? —tocaron la puerta—. Adelante —contesté—. Aquí está su té que pidió.
—¿Acaso eres estúpida? ¡Te pedí manzanilla!
—Oh, perdone, lo lamento mucho.
Molesta, resoplé.
—Ya no tiene caso, la servidumbre está cada vez peor. Dime, ¿él llamó?
—No señora.
Pensé en qué estaría pasando, para que él demorara en llamar, de modo que saqué mi celular para hacerlo, mas recordé su advertencia.
—Ya retírate, ve a limpiar algo en lugar de estar ahí parada.
—Sí señora —ella bajó la cabeza, desapareciendo de mi vista.
Al quedarme nuevamente sola con mis pensamientos, me paré orgullosa frente al espejo.
—Hice lo que era justo. Dios no iba a permitir que un engendro del infierno se mezclara con nuestra sangre. Dios está de mi lado y sé que hice lo correcto. Cumplí con lo que mi señor me mandaba, desaparecer a ese ser de este mundo.