Narrador…
Han pasado ya dos meses de convivencia, dos meses en los que han compartido muchas cosas, en las que se han conocido mucho, son dos personas sin preocupación alguna ni recuerdos del pasado cuando están juntos.
Tommy ha asistido a terapias cada día, Yoshi es su compañera en todo momento, inclusive algunas de las terapistas han llegado a creer que entre ellos dos hay algo más, pues se tratan con mucho cariño, y consideración.
Yoshi todos los días le prepara algo diferente de desayunar, comen juntos, luego lo lleva al jardín a que tome aire fresco, y conversan un poco sobre el clima, ella le lee una parte de algún libro que le ha llamado la atención.
Sol está en constante comunicación con Yoshi, y esta también nota que su amiga esta un poco cambiada, que se puede notar una alegría innata en su voz, y cuando tienen oportunidad de verse en videollamada, la nota con una mirada diferente, ya no esta llena completamente de tristeza y dolor, por eso cada día le dice que debe expresar lo que guarda, que lo haga antes que se ahogue con eso, y sobre todo para que pueda ser feliz completamente. También le insistía que vaya a donde ella lo antes posible, pues le habían ofrecido un trabajo y era el perfecto para ella, pero que no se olvidara de avisar que día exactamente iría.
Aunque han pasado, tres años y dos meses desde que Yoshi salió de su infierno, en el que supuestamente mataron a su verdugo, aun ella no se siente del todo tranquila, pues en muchas ocasiones él está en sus sueños atormentándola, y eso no la deja estar en completa paz como quisiera.
[…]
Yoshi
Hoy me siento diferente, ha pasado algún tiempo que no tenía mucho miedo como hoy, como si presintiera algo, o solo es mi falta de sueño la que me tiene así. Debo salir a comprar unas medicinas que recomendó el médico para Tommy, pues sus ojos han tenido una infección, y no quieren que los nervios se atrofien más.
Justo cuando terminé de comprar noté que un carro color gris oscuro, con vidrios polarizados, paró cerca de la entrada de la farmacia, mi instinto protector me hizo retroceder, para no ver quien bajaba de ese carro, no podía creer lo que veía, sin darme cuenta me encontraba arrecostada en un árbol y mis piernas empezaron a temblar, las personas que bajaban del vehículo eran la que creía mi amiga y mi verdugo, y este ultimo la tomo de la mano, cuando ambos estuvieron fuera, aunque eso no era todo, tal parecía que Sol estaba próxima a dar a luz, pues su barriga era enorme. Ahora entendía el mal presentimiento con el que me levanté, entendía el porque eran muy pocas las videollamadas, y la insistencia para que hable con ella lo que me guardaba, además de que deseaba que fuera lo más rápido posible a donde ella estaba. Pero el miedo era más, pues al imbécil aquel, yo lo vi tirado lleno de sangre, no entendía como había sobrevivido a eso.
Como pude salí sin ser vista por ellos, y me fui a la casa de Tommy, gracias a Dios nunca le di la dirección de la misma, pero para la gente mala, no hay nada que les resulté imposible.
[…]
Tommy
He notado que Yoshi esta nerviosa, está más callada, y la siento distante, como si estuviera solo su cuerpo aquí, pero su mente lejos, quisiera saber que le pasa, sé que es imposible, al menos que ella misma decida decirme.
-Tommy, ¿desea hacer algo diferente hoy? – preguntó Yoshi
-La verdad que no, hoy no me siento animado para salir a ningún lado, mejor quedémonos en el jardín y de pronto me puedas leer el final de la novela que no terminamos ayer – exprese animado.
-Sabe que, le quería pedir permiso un momento, es que de verdad que me he levantado con un dolor fuerte, y pues, aunque sé que es propio de las mujeres, de verdad que me siento indispuesta, por eso le preguntaba si tenía algún plan – comentó
-No te preocupes Yoshi, descansa, si te noto que no eres la misma de siempre, solo deseo que estes bien, yo me quedo en mi habitación, un poco de soledad no me hace mal – hable sonriente
-Muchas gracias Tommy, si solo es cuestión de descanso, un rato y estaré como nueva, pues ya me tomé una medicina también – comentó
[…]
Yoshi
Quería llorar, llorar y llorar, arrancarme de la mente lo que vi, me sentía como la peor estúpida, estaba confiando en una aliada de él, solo había algo que de verdad nunca entendí, porque me escogió a mí, porque me hizo todo lo que me hizo, ahora no sabía que hacer, ellos estarían buscándome, pues todo lo que yo vi y escuche mientras estaba bajo su mando, es información que no solo lo perjudicaría a él sino a muchas más personas, que aunque no las conozco, sus nombres se quedaron grabados en mi memoria.
Lo que nunca dije, me está cobrando lágrimas en este momento, lo peor que no tengo suficiente dinero para irme lejos y que nunca me los vuelva a encontrar.
No podía contenerme de todo lo que sentía, agradecía que Tommy, estuviera en el jardín, pues antes de subir a mi habitación me pude dar cuenta que el iba rumbo allá, y como no había nadie más, no podían escuchar mis lamentos.
Claro que no debí olvidar que el oído de Tommy esta un poco más afinado, y pues el llego a mi lado, cuando el llanto no me dejaba mantenerme en pie, ahora el sabía que no era por un simple malestar corporal, sino por algo de mi corazón, algo que deseaba que saliera, pero que no me atrevía a sacar, no sabia si era por vergüenza o por miedo a involucrar a más personas.
Me abrazo, me atrapo en sus cariñosos brazos, los que por primera vez sentí sinceros, los que me transmitían el cariño que siempre necesite, pues de mi papá no recuerdo alguno, ya que siempre estaba ocupado, y cuando no, yo estaba dormida que se yo.
-No es bueno guardarse lo que causa dolor, te lo digo por experiencia, quizá ambos estamos en la misma situación, pero yo he decido que pronto lo haré, ármate de valor y ponte esa meta, mereces salir de esa carga - hablo Tommy.