Me presente como era debido en la recepción, y les indique que tenía una entrevista, y de inmediato me dieron un pase, también indicaron que sería el vicepresidente de la empresa quien haría la entrevista para mí, me dispuse a subir el ascensor, siguiendo las indicaciones que me dio la señorita recepcionista.
Una vez que estuve en el piso indicado, otra amable mujer me atendió dándome a entender que estaba feliz por mi llegada, aunque no entendía mucho el porqué, tampoco me puse a preguntar. Llamó a la persona indicada, me pidió que espere unos minutos que enseguida me atenderían.
La persona que me atendió era el vicepresidente, me saludo e invito a que tomara asiento, yo con mucho respeto le trate y agradecí, me hizo un sinnúmero de preguntas, las que sin reparo alguno contesté sinceramente, justo cuando creí que todo era perfecto, me hizo una propuesta, que lejos de sorprenderme me causo un gran coraje, pues era prácticamente como si yo había ido en busca de alguien con quien acostarme, me llene de furia, y decidí salir, sin perder mi dignidad, le dije que había sido una perdida de tiempo, además que ahora entendía por que al llegar la señorita que me atendió me dijo que esperaba que yo si me quedara, pero lastimosamente yo no trabajo en un lugar donde me ven como una oportunista y trepadora.
Antes de que saliera hecha un bólido, dijo en voz alta que el puesto era mío, que lo disculpara por la prueba incomoda que me había hecho, pues muchas de las chicas al momento que les han hecho esa pregunta, lo primero que hacen es aceptar, lo que deja ver que no son profesionales, pero a diferencia de ellas, yo no me deje, y pues prácticamente lo había puesto en cintura, por atrevido.
Aunque dudosa acepte, condicionando que si ocurría de nuevo algún comentario de ese tipo, sin ningún problema yo me iría, él me dijo que no me preocupara por eso, pues no sucedería, y me indicó que debía comenzar de inmediato, como no fui preparada para poder quedarme, me dijo que al menos ese día firmara el contrato, y también me indicarían mis funciones, y efectivamente así fue, me llevo a la oficina del que sería mi jefe, cuando estuvimos ahí y nos dieron el pasé, me quería piñizcar para poder saber si no estaba soñando, pues cuando vi al Señor Rivera, de verdad que no me podía creer lo que mis ojos veían.
Camilo
Tengo documentos hasta el cuello, definitivamente necesito urgente mi secretaria, espero que mi amigo haya podido encontrar una para mí, pues no sé que haré si pasa más tiempo y no tengo ayuda.
Escucho la puerta, hablo para poder indicar que pasaran, el vicepresidente de la empresa llega, pero lo que me deja prácticamente helado, fue cuando veo detrás de él, la mujer que lo acompañaba era como si estuviera viendo a “Annie”, y justamente esa fue la palabra que salió de mi boca, me puse pálido inmediatamente, mi amigo lo notó, y se acercó a mí, ella no dejaba de mirarme y se mantenía parada en la puerta, como no sabiendo que hacer.
Luego de que me pase un poco la impresión, y con la finalidad de que ella no se dé cuenta que fue quien la causo, sino más bien podía decir que era por el exceso de trabajo, mí amigo procedió a presentarla, su nombre es Ainara Castillo, y por su acento sé que es latina, bueno es algo que no coincide con Annie, pero del físico de verdad que eran exactamente igual. Saque un momento los pensamientos que me ponían triste, y decidí darle la bienvenida, ella una mujer muy respetuosa, y procedimos a indicarle de lo que se ocuparía.
Cuando todo termino, se despidió y yo me quedé con mi amigo Alejandro, él notó que aún seguía raro, específicamente después de verla a la que ahora sería mi secretaria.
-Hermano, de verdad que no sabes disimular, te dejo en las nubes la señorita Castillo – dijo Alejandro.
-¿Alguna vez en la vida te a tocado ver a alguien exactamente igual a quien te robo el corazón? – pregunté.
-No, definitivamente no – hablo Alejandro un poco impresionado por mi pregunta.
Busque en uno de mis cajones una foto de Annie, que aun conservaba, justamente era de una semana antes de que ya no estuviera con nosotros, y se la mostré a Alejandro, este se quedó con la boca abierta por más de un minuto, y pues ahora entendía porque mi impresión, además me abrí un poco contándole sobre Annie, y el dolor que llevo por no decir las cosas, por callar mis sentimientos, coincidentemente él me dijo, que lo mejor y más saludable para mí sería que a la próxima vez que llegue a sentir algo bonito por alguien no vuelva a cometer el mismo error, pues eso me terminaría de destruir el corazón, y no por alguien más sino por mi mismo, yo seria mi propio enemigo en esos casos.
La conversación con mi amigo fue un poco larga, tanto así que la secretaria de él golpeo la puerta y nos dijo que se iba a su almuerzo, y que la señorita Castillo, había comunicado que estaría en unas horas de vuelta para empezar con las labores. Ambos asentimos y luego cruzamos miradas, de verdad no sabía como sería mi vida de ahora en adelante, se ve que ella no solamente se parece físicamente a Annie, sino que también en la determinación por el trabajo, en su dedicación por lo que ama hacer.
……
Efectivamente, Ainara ya estaba en el escritorio que había fuera de mi oficina, pues antes estaba dentro, pero como la ultima secretaria fue un caso, decidí que mejor estuviera fuera, ahora lo que más deseo es que eso no hubiera pasado, pero ni modo ya me toca aguantarme. Tuve que medio saludar y entrar de inmediato a mi oficina, pues no se que le paso a mi cuerpo, tenía mucho que no reaccionaba tan solo con una mirada, eso solo me lo causaba Annie, (bueno, pero no era algo que ella sabía), no quería que nadie se de cuenta de lo que estaba pasando en mis pantalones.