Ainara
¿Será que puede existir el hombre de tus sueños?, pues en mi caso, puedo decir que sí, hace mucho vi una foto de él, y sin duda alguna se metió hasta en mis sueños, pues uno que otro sueño húmedo he tenido por su causa, claro yo no he estado con ningún hombre, íntimamente pues como soy de las personas que se metió en la cabeza que compartiría cama tan solo con el que se quedara en los despertares, no solo por una noche, bueno mi lema era que todo se daría cuando estuviera casada, o al menos en una relación formal, no pienso regalarme como caramelo en las fiestas infantiles, pero como todas las personas, he tenido deseos, que he sabido reprimir o simplemente me toco un poquito para que se calmen, claro que siempre lo he hecho con la fotografía de ese papasito que ahora será mi jefe.
Me dio pesar verlo un poco mal, pareciera que el exceso de trabajo le está pasando factura, pues se encontraba pálido y como si le fuera a dar un colapso, su amigo fue en su ayuda, y cuando estuvo un poco más recuperado, hablamos, su voz hizo que sin querer terminara con mis bragas húmedas, quería que todo terminara rápido, para regresar a casa y cambiarme, pues debía volver para desde ya hacerme cargo de mis funciones.
Cuando ya estuve de vuelta, él no se encontraba, minutos después escuche el ascensor y era él, con su porte imponente, sin querer mire rápidamente a su entrepierna, pues el solo medio saludó, como si escapara de algo, pude notar su bulto un poco pronunciado, y mi cuerpo débil me volvió a traicionar, pero ahora la cosa era peor, hasta mis pezones se pusieron erectos, me levante al baño a lanzarme un poco de agua en la cara pues me sentía caliente.
Lo peor estaba por venir, cuando salí del baño ya un poco relajada, recibí una llamada por el intercomunicador, que mi jefe me decía que debía acompañarlo a una cena con unos inversionistas, estaba consciente de que eso se daría, pero no justo después de medio tranquilizar a mi cuerpo.
[…]
La cena fue un éxito, los inversionistas unas personas sumamente amables, era una pareja, se veían muy enamoradas, además de hablar de negocios, también tratamos temas personales, allí pude saber que mi jefe era soltero, que tiene 28 años, super joven, pero cuando le hablaron de si antes había tenido novia, el evito contestar esa pregunta y más bien cambio de tema, claro invadiéndome de preguntas a mí. Por mi parte, les dije que lastimosamente de ese tema no podía darles respuestas, pues no he tenido novio, que originalmente, tengo un concepto muy propio de esas cosas, y que espero llegue el indicado a mi vida.
Mi jefe se sorprendió, luego de terminar la conversación con los inversionistas, ellos se despidieron dejándonos a nosotros solos, tuvimos unos minutos más de conversación con mi jefe, ya era hora de volver a casa, él se ofreció a llevarme, después de una pelea mental entre mi conciencia y yo, decidí aceptar, le di la dirección de mi apartamento, claro quedaba un poco lejos de donde nos encontrábamos, y en el transcurso el recibió una llamada que lo dejó contrariado, pero no se retracto de llevarme, más bien me dijo que por favor lo acompañara al lugar donde debía ir gracias a la llamada que recibió.
Haciendo cosas dejándome llevar por quien sabe porque, acepte, pero antes de todo el me indicó que iríamos a ver a su familia, y me pedía un super favor, que le siga la corriente en todo lo que el haría o dijera, un poco asustada, termine aceptando, definitivamente yo tendría que estar mal de la cabeza, pues no se que me dio, apenas tenía horas de conocerlo, claro es mi jefe, pero no por eso debía acceder, pero ni modo, como dirían unas personas que conozco, “fregada por una, fregada por dos”, ya que, veamos que será todo ese show, espero nada más que no sea algo inadecuado, aunque ¿Quién no deseara todo con el hombre de sus sueños?, pues yo pienso que el milagrito se me hizo.
Camilo
Ni modo, ya que, como dirían por ahí, la suerte está echada, a quien quiero engañar, esta vez voy con todas, no me importa si solo tengo unas horas de conocerla, sé que es mi respuesta a mis plegarias, y que de esta manera podre resarcir mi error, ahora mi vida estará completa.
Mi mamá me llamo mientras iba manejando rumbo a la casa de Ainara, me dijo muy rápido que mi abuelita se había puesto muy mal, que necesitaba que estuviera con ella, pues a pesar de su situación preguntaba mucho por mí.
Hace unos meses atrás, tanto mi mamá como mi abuela me dijeron que debía sentar cabeza, que no era bueno que siguiera de libertino, por esa razón fue que decidí vivir solo, bueno no del todo pues mí nana no dudó en irse conmigo, aunque, a decir verdad, ella es como mí madre y abuela juntas, ambas deseaban nietos, ellas con muy amantes a tener una familia grande, mi mamá no sabía nada de lo que pasaba en mi corazón, solo mi nana y mi abuelita Mila, que de casualidad me escucho conversando algo con mi nana, y me toco contarle, claro no dejo de aconsejarme y de decirme que algo bonito la vida me daría.
[…]
Después de unos minutos llegamos a la casa de mis padres, papá se encontraba de viaje, pues el tenía algunas propiedades en otro país y ahora deseaba venderlas, pues quería únicamente dedicarse a disfrutar a lado de mi mamá.
Como era de esperarse, Ainara le cayó de maravilla a mi mamá, conversaron un poco, y más aún por que había temas que les interesaban a ambas, mi mamá rebosaba de felicidad, pues tenían muchas cosas en común, a diferencia de una de mis conquistas que traje por casualidad hace un tiempo atrás, pues habíamos estado cogiendo cuando mi mamá me pidió que fuera urgente a casa, y pues no me quedo de otra que llevarla, y pues esa si no le agrada ni un poco a mi mamá, según me dijo después que se veía muy por encima lo interesada que era, efectivamente, después la vi con un señor mayor muy adinerado, claro no más que yo, pero eso ella no lo sabía.
Cuando la conversación se terminó, le dije a Ainara que me acompañe y fuimos a donde se encontraba Camila, mi abuelita, esa es la razón por la que yo llevo por nombre Camilo, gracias a ella. Abrace a mi débil viejita, Ainara le sonrió y la saludó, los años no pasan en vano, además de las enfermedades, ella sufría una enfermedad degenerativa, eso la tenía postrada en la cama, me apenaba verla así, pero la muy pícara, me había hecho prometer que le traería a presentar a mi futura esposa y madre de mis hijos, y eso fue hace dos meses atrás, que coincidentemente se cumplían hoy.
-Te dije que la vida te daría algo mejor mi niño – dijo débilmente mi abuelita
-Tenías razón hermosa – hablé
-Pero aun tienes que cumplir tu palabra mi niño, ¿si la recuerdas? – expresó
Claro que la recordaba, pero antes de eso debía hablar con Ainara, y contarle muchas cosas, quizá después decida ayudarme, o no, solo le ruego a Dios que no se aleje de mí.