Ainara
Cuando desperté, parecía que todo había sido parte de una película que soñé, pero al centrarme en los hermosos ojos de Camilo, supe que era todo realidad, a pesar de que las cosas se dieron de la manera más inesperada, todo esta como si realmente lo hubiéramos planeado, no puedo decir que las cosas después serán de color de rosa, pues eso no es cierto, pero si nos hay esfuerzo de ambas partes, todo resultará mejor. Claro ahora debemos hablar, aunque al volver a hacer conexión sus ojos con los míos, causaron cierta electricidad, que dio paso a una nueva ronda de besos, y después de los mismos vino la repetición de lo ocurrido horas antes.
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Estábamos rumbo a un bonito lugar que Camilo me mencionó que sería el adecuado para poder hablar, sin que nadie nos interrumpa, me parecía una idea buena, pues debemos tomar en cuenta algunas cosas, pues que en nuestros encuentros sexuales no habíamos tenido cuidado alguno, y para rematar de los males, por una cosa y la otra nos olvidamos de comprar la pastilla del día después, así que estamos fregados, y pues lo mejor es que una de las cosas que debemos tomar en cuenta que podríamos tener sorpresas un poco después.
Conversamos, me contó muchas cosas, entre ellas de donde conocía al individuo a quien golpeó días atrás, también mi increíble parecido a la joven de la cual se enamoro por primera vez en su vida, y algunas cosas más, en fin se abrió a mí, expreso todo lo que guardaba, lo que tenía en la garganta atorado, y después de eso dijo que se sentía aliviado, tranquilo, como si un peso se le hubiera ido de encima, por mi parte también le comenté alunas cosas que me habían sucedido, y también el que ahora entendía por que el tipo se había obsesionado conmigo.
Nuestra platica de confesiones fue buena, relajante y sobre todo en cierto sentido indispensable, pues era como si cerráramos el ciclo que nos afecto por tanto tiempo la vida, y si deseábamos comenzar alguna otra cosa eso era lo principal por hacer.
Camilo
Le conté todo de mí a Ainara, le dije sobre mi reacción cuando ella llegó a la oficina, también el porqué de la golpiza a ese individuo, también de mi mala relación con mi primo Benito, de la persona que me llegó a buscar y me drogo, entre otras cosas. Pero también le dije que deseaba hacer las cosas bien, que, si me enamoraba decirlo a los cuatro vientos, pues el silencio en diferentes ocasiones daña, y deja que suframos en manera inimaginables.
Ella también me contó sobre su vida, lo que le ha tocado pasar y lo que tiene en mente hacer, sus metas, sus deseos a futuro. Terminamos confesándonos que nos gustábamos, y que esa electricidad que sentíamos cuando nos topábamos era única, la que nos mantenía con ese sentimiento bonito, ella también me comento que era virgen, que nunca había tenido relación alguna, pues no porque no haya querido experimentar en su vida sino más bien por falta de tiempo, consideraba que si mientras estudiaba tenía una relación, sus metas se verían truncadas.
Antes de irnos, le propuse intentarlo, que aceptara ser mi novia, que, de ser afirmativa, sería una relación donde la comunicación debe reinar, no callarnos nada, todo decir sea esto del agrado del otro o no, pues a mi la vida me enseño que es lo mejor, y yo me lo prometí.
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Un año después…
Camilo
“Las sorpresas que da la vida”, eso dice una canción en una de sus estrofas, y pues es algo que de verdad a mí me ha ocurrido.
Ainara aquella vez que hablamos, termino aceptando ser mi novia, tuvimos una relación tranquila y bonita, seguíamos trabajando juntos, y teniendo nuestros encuentros deliciosos, justamente cuando cumplimos tres meses de relación decidimos dejar de cuidarnos con preservativos, y acudir a la ginecóloga para que le de algún método inyectable u oral, para que todo fuera mucho mejor, pues ansiaba volver a sentirla completa, sin ninguna barrera, pero para nuestra suerte, mi hermosa novia se encontraba embarazada de 11 semanas, bueno casi 12, eso quería decir que ella quedó en nuestra primera vez juntos.
Ahora tenemos una preciosura de tres meses de edad que nos tiene cada vez más feliz, a mi madre la tiene de cabeza, pues se ha vuelto la super abuela consentidora, y ni que decir de mi padre, mi hermosa Mila, ha tenido una leve mejoría en todo este tiempo, y lo mejor es que está feliz porque he cumplido mi promesa sin prepararme demasiado, solo siendo yo.
Le pedí matrimonio a Ainara cuando tenía 6 meses de embarazo, y me acepto, nos casamos en una boda sencilla, pero no menos bonita, estuvieron las personas que amamos, y sobre todo estábamos muy felices, que era lo importante. La luna de miel la dejamos reservada para cuando Annie tuviera unos meses de vida, pues no la queríamos dejar sola por mucho.
Tomamos el nombre de mi buena amiga Annie, y se lo pusimos a mi hija, mi hermosa hija con ojos color cielo, y muy parecida a mí, ha robado cada uno de mis pensamientos, ella junto a su madre son mi mundo, son mi respuesta a las súplicas por deseos de hacer las cosas mejor, por no callar cuando debía hablar y expresarme.
La relación de pareja es excelente, pues no dejamos en ningún momento de lado la comunicación, siempre nos comentamos todo, sea esto bueno o malo. Ainara aun trabaja conmigo, bueno ahora esta de descanso de maternidad, y cuando este termine ella retomara sus labores, es algo que le gusta hacer, le gusta valerse por si misma, y es algo que me encanta de mi esposa.
De Benito no supe mucho, unos meses después de que fue a mi oficina, supe que estaba en la cárcel, pues había estado en negocios ilícitos, y a su “socio” lo habían asesinado, pues el hombre no solamente hacia trances chuecos, sino que también era un maltratador de mujeres, y tal parece que, hasta asesino, un familiar de una de sus víctimas, lo encontró y finalizo con su vida, cosas que realmente resultaron espantosas, pero suelen pasar.
Tengo una vida bonita, tengo una buena familia, hasta ahora, pues nuestros planes son ampliarla cuando sea el momento oportuno, pero agradezco a Dios y a la vida haberme puesto esta increíble mujer en mi camino, hacerme ver que todo lo que un día calle, me daño, pero no al grado de no poder volver a sentir, quizá no era mi momento, ahora tengo mi recompensa, nunca más volveré a pensar en “lo que nunca dije”.