Lo que nunca dije

El despertar

Camilo

Aunque tenía un deseo enorme de hacerle pagar a la inescrupulosa que me drogo, pero lo que paso después de ese evento fue lo más maravilloso que pude haber pasado.

Mi hermosa Ainara, fue mía, y fue una entrega sublime de su parte, aunque yo no podía contener mis deseos pues ese era el efecto de lo que me pusieron, consciente de él regalo que me estaba dando mi reina, espero que tengamos una próxima ocasión y sea aún más maravillosa, pues no tuvimos simplemente sexo, nosotros hicimos el amor.

Ahora yace recostada sobre mi pecho profundamente dormida, verla de esa manera es el paisaje más extraordinario que me está regalando la vida.

Espero que pronto podamos hablar de lo sucedido, y tener en claro lo que sucederá después, pues yo quiero ser el dueño de todos sus orgasmos, de todos sus gemidos, de toda ella en sí.

De alguna manera la vida me está enviando la respuesta a la promesa que le hice a mi hermosa Mila.

Otro detalle que no puedo dejar pasar por alto es que, no nos cuidamos, y eso podría traer consecuencias, claro que si se da yo sería muy feliz, aunque aun no sé qué piensa Ainara de todo eso.

Mis pensamientos me llevaron lejos, tanto que no me percate que unos hermosos ojos me miraban de manera tierna, como queriendo decirme algo, mi impulso pudo más y lo primero que hice fue atrapar sus labios y besarla de la manera más tierna posible, demostrando que no fue alguien de momento, que me sacó de un apuro o que yo tome ventaja de eso, sino que todo sería de una manera transparente, me había prometido esta vez ser diferente y expresar todas las cosas que llego a sentir, y pues si me enamoro de Ainara lo gritaré a los cuatro vientos. *no creo que sea algo que demore en sentir*