«Si no se modera tu orgullo, él será tu mayor castigo»
Dante Alighieri.
Mi tío Leo Salvatore, el esposo de mi tía y consigliere se quedó a cargo de la organización en Sicilia. Leonel y yo aterrizamos en suelo Estadounidense, precisamente en la ciudad de Las Vegas hace dos días. Mi amigo Lionel se acaba de entra a mi suite con una sonrisa de oreja a oreja. Desde que le dije que nos tomaríamos unos días para descansar estuvo más que encantado con la noticia.
— ¿Quién eres y que hiciste con mi mejor amigo? Tú, don controlador máquina del trabajo y el más amargado del mundo… Claramente no lo eres. Dime, Theo ¿Cuándo fue la última vez que te tomaste un descanso? — Deje pasar unos segundos y negué con la cabeza. — Exacto, nunca.
— Lo sé, ya deja de hacerte el chistoso.
El león greco, mi mejor amigo tenía planes para los días que nos íbamos a quedar en esta ciudad y ninguna de ellas implicaba trabajo, al menos no hasta los últimos días.
—No me hago el gracioso, hay muchas cosas de las que nos hemos perdido por estar cumpliendo con nuestras obligaciones. Vayamos en busca de algo que nos entretenga, divertirse no estaba en nuestro vocabulario y quiero hacerlo, nuestra juventud se fue a la mierda y no sé si te lo he contado, tu tía me está buscando esposa, lamento informarte que a ti también ¿Quieres seguir perdiendo el tiempo?
—No me casare con quien ella quiera. Está loca si piensa que voy a aceptarlo.
El solo sonrió, sabe que tiene razón, pero aun así, prefiero aprovechar estos días con lo que sea que se le ocurra.
— Entonces quítate ese traje, pareces un empresario multimillonario o un mafioso…
— Soy Multimillonario, soy empresario y un capo mafioso.
— Exacto, hoy no lo eres. Al menos no ejercerás tu trabajo. Puedes gastar lo que quieras.
Es de extrañar que Lionel tome esta actitud, siempre es serio y responsable y sobre todo, es más amargado que yo. A las mujeres las trata como damas, las consiente y las usa para luego no llamarlas jamás. Es un bastardo, pero un caballero también… Hoy no tiene pinta de serlo.
—¿Quién eres tú y que hiciste con mi mejor amigo? — Hice la misma broma.
—El mismo de siempre, el que te ha salvado y protegido el culo desde que tenía trece años. Quiero divertirme aunque sea una sola vez antes de contraer matrimonio. Tú también deberías, aunque tia Tessa luego de negarte a casarte quiera cortarte los huevos.
Lo hare…
—¿Qué planes tienes?
Al llegar la noche había dejado atrás los trajes, me sentía desnudo. La costumbre a veces puede hacernos sentir incomodos. Fui de compras por la tarde, compre ropa casual pero fina y después cene con Lionel. Me veía mucho más joven con mi nuevo atuendo, el corte de cabello me gusta como quedo. Le dije adiós al clásico corte de cabello y el barbero me dio a elegir entre los miles de cortes modernos, recortando mi barba y una de mis cejas.
Me veo bien, me gusta el reflejo que me muestra el espejo. La vieja Sicilia necesita más de esto. Algo que no cambié fueron los tomos negros y oscuros. Jeans, camisa y zapatos negros, todo en equilibrio, un reloj de oro blanco y mi cadena combinan. Si antes las mujeres se me tiraban encima esta noche…
Golpean mi puerta y entran sin que me dé tiempo a contestar. Como Siempre Lionel, esa costumbre que no deja.
—¿Tenías que vestirte igual que yo? — Pregunte fastidiado al verlo con las mismas prendas y colores. De no ser porque yo soy castaño y el rubio, dirían que somos parientes.
—Siempre puedes cambiar tu camisa negra por una blanca o de otro color. — Se encogió de hombros. Obviamente lo hice para después salir a donde sea que iríamos. — Por cierto, me gusta tu cambio.
Un club nocturno, The Light estaba a reventar. Afortunadamente había reservado un Vip y con rapidez subí las escaleras, me agobia estar tan rodeado de personas, siento que su miseria se me quedará pegada. Nunca fui fan de la plebe.
Antes de llegar a nuestro reservado veo a una mujer preciosa, tenía un pequeño vestido color vino, zapatos dorados y adornaba su cuello una cadena con dije de diamantes, es lo más hermoso que he visto hasta ahora. Clave mis oscuros con el verde de sus ojos regalándole una sonrisa sugerente pero ella… Me miro como si fuera un contenedor de basura, me rebajo con la mirada y se volteó para continuar su charla con una rubia igual de bonita que ella. ¿Quién mierda se piensa que es?
— Veo que ya fichaste a tu víctima. — Lo miro con el ceño fruncido, la mujer me miro como si fuera un pedazo mierda.
— ¿Acaso viste como me miro? Debe ser ciega, o lesbiana.
— En cambio a mí, la rubia me devolvió la sonrisa. Hay muchas más mujeres aquí, que una en la vida te ignore no va a matarte.
NO ME IMPORTA QUE HAYA MAS MUJERES, DE TODAS LA QUE HABIA VISTO DESDE QUE LLEGUE, ESTA ES LA QUE LLAMO MI ATENCION. DEBE SER UNA PRESUMIDA NIÑA DE PAPI. PERO, NO SABE QUIEN SOY YO, A MI NADIE ME MIRA ASI, NI ME RECHAZA.
La sala de al lado se iba llenando de gente al igual que la nuestra. Muchas mujeres se ofrecían para bailarnos y entretenernos, los tragos y las botellas de licor no paraban de circular, pero mi mirada estaba fija en la chica que vi primero. Ella desvía su atención y fija sus ojos en los míos que no habían dejado de observarla. Me mira con desdén y vuelve a lo suyo.
No sabes con quien estás jugando.
Decidí hacer de cuenta que no la había visto, que no existió esa chispa que me obligaba a no quitarle la vista de encima y detallar cada curva de su hermoso cuerpo. Hice de cuenta que no estaba en el apartado de al lado, tome una bonita pelirroja y la senté en mis piernas. Ella no dejaba de acariciar mi pecho y de hablarme al oído. No le ponía atención a lo que decia, la verdad no me interesaba.