Capítulo 26

2375 Words
Antes de que la puerta se terminara de cerrar, Luther ya se encontraba moviéndose en busca de perseguir a su encantador chico. Por lo que, cuando Caden se cruzó repentinamente en su camino, y se interpuso cada vez que intentó pasarle, simplemente permitió que su animal emitiera ese gruñido enojado atreves de él por el otro hombre lobo. —Será mejor que te quites en este instante, Caden. Pero dicho hombre, solo enderezó sus hombros y cruzó sus brazos sobre su pecho. Dedicándole una severa mirada molesta el lobo alfa le observó fijamente, intentando someterle de esa forma. Y el lobo de Luther, solo soltó un resoplido molesto. Puede que ambos fueran una escala menor en la pirámide de los hombres lobos, pero eso no le volvía tan débil como un lobo omega que ante su rasgos sumisos, generalmente siempre obedecían hacia los más dominantes. Al ser un lobo beta. Luther no tenía por qué bajar su cabeza o escuchar, y aunque podría sentir el instinto en él solo porque Caden era mucho más fuerte que él, aun así le mantuvo la mirada con su cabeza en alto. —Es mi chico el que acaba de cruzar esa puerta cuando acaban de entrar a su departamento solo para amenazarle, Caden. Caden alzó una ceja ante su tono molesto, pero su expresión siguió manteniéndose tan estoica como siempre. —Relaja tu cola y dale algo de tiempo a tu chico. Se fue porque necesita aire y su espacio —indicó. —No me vengas con sermones en este momento —gruñó. —Solo te estoy devolviendo el consejo que me diste. E ignorando totalmente a su amigo, Caden observó a su alrededor y señaló a uno de los hombres que había llevado con él ante la llamada de Luther. —Tú. Sigue al chico, no lo pierdas de vista ni un segundo, pero no te acerques demasiado, dale su espacio —ordenó. Por supuesto, el hombre inmediatamente obedeció y abandonó el departamento para seguir al elegido de Luther. Ante ello, el lobo de este gruñó y se paseó nerviosamente molesto por su mente, sin agradarle ni un poco la idea de dejar solo a su pareja. La última vez que lo hicieron solo por unos minutos, un tipo intentó perseguirle al interior de su departamento desde la azotea. —Él me necesita a mí. —Creo que dejó bastante claro que deseaba un momento a solas —indicó y señaló a su alrededor—. Dale un tiempo para que despeje su mente. Créeme, que lo persigas y sigas insistiendo con cosas de las que no quiere obviamente hablar, solo lograras cabrearlo más. Molesto, Luther volvió puños sus manos y se alejó. Observando el desastre que había quedado en el departamento, se acercó a una ventana y su nariz se arrugó completamente al sentir el hedor a orina. Contemplando la cortina, una ardiente rabia e indignación le cegó tras descubrir que esos desgraciados orinaron en las cortinas. Molesto, tomó las cortinas y tiró de ellas. El fierro de la parte superior cayó arrojando al suelo todo. Alejándose hacia la cocina, tomó una bolsa de basura y volvió hacia la ventana. Con sus manos desnudas, arrojó todo en la bolsa. —¿Desde cuándo tienes este tipo de arrebatos? —indagó Caden, observándolo desde el mismo lugar en el cual le había dejado. —Desde que esos tipos orinaron en las cortinas de mi chico —gruñó—. Voy a matarlos —juró cerrando la bolsa. —Desagradable —pronunció Caden—. ¿Es el único lugar en el que ocurrió? —cuestionó alzando su voz para que todos le escucharan. —En la cocina escribieron con pintura de spray roja sobre los muebles —informó alguien—. Son amenazas hacia el juez Di Montelroso. —En el baño también lo hicieron —gritó alguien desde el segundo piso. Observando a su amigo, Caden suspiró y se acercó. Colocando su mano en su hombro, llamó su atención. —Subamos —ordenó. —No, tengo que arreglar todo esto para cuando Zac vuelva —rechazó. Cuando intentó apartar la mano de su amigo, Caden le apretó con más fuerza y se acercó. —Subamos, estás dejando que tu lobo esté muy presente —informó—. Deja que los demás se encarguen de revisar y ordenar este lugar. Y es una orden. Observando con molestia como el lobo alfa se alejaba hacia las escaleras, Luther obligó a sus piernas moverse una detrás de otra para seguirle. Subiendo hasta la azotea, ambos se pararon en el borde y contemplaron las calles. —Pensé que podías controlar mejor a tu lobo —comentó Caden. —¿Crees que podría controlarlo en esta situación? Esos imbéciles se atrevieron a entrar en el departamento de mi chico y lo destrozaron por culpa de su padre. Zac se acaba de ir molesto y no me dejaste ir con él para protegerlo —acusó, lanzándole una mirada resentida. —Hazlo retroceder, puedo ver el dorado en tus ojos. —Te dije que mi lobo está más tranquilo siempre y cuando nos mantengamos cerca de nuestro elegido —gruñó. —¿Hace cuanto no sales a estirar tus patas? Luther gruñó ante la actitud tan calmada y desinteresada de Caden. —Eso no importa. Yo no soy como ustedes. No necesito ir siempre a Wise cover. Caden le observó como si fuera un idiota y presionó el puente de su nariz, soltando a su vez un profundo suspiro. —¿Qué? —Eres un idiota. No porque seas un lobo beta significa que tu animal no necesite salir y estirar sus patas como todo hombre lobo. No importa tu naturaleza, cada tanto tiempo tienes obligadamente que cambiar para gastar esa energía que se acumula en tu interior —explicó y le observó—. Cuando no lo haces y pasa mucho tiempo, te vuelves alguien irracional que comienza a responder todo con violencia, como te está ocurriendo ahora. —Eso no es cierto —gruñó. Y entonces, recordó como casi golpeaba aquel lobo omega en el gimnasio luego de este no aceptara su rechazo. Si no fuera por Zac, probablemente le habría golpeado. —Vamos. —¿Con Zac? —No. También necesitas un tiempo para ti mismo, te llevaré a Wise cover para que despejes tu mente y relajes tu cola —decidió. —No puedo hacer eso, tengo que estar con Zac —rechazó. —Probablemente llevas más de un mes sin cambiar, lo necesitas. Tienes que estar concentrado para poder proteger a tu elegido correctamente. Y ante la verdad de aquellas palabras, Luther dudó. Si Caden tenía razón, cosa que probablemente era así, si no estiraba sus patas pronto, su comportamiento seguía empeorando, y como fue bastante obvio que este no fue del agrado con su chico tras intentar obligarle cambiarse a su departamento, solo seguiría teniendo más encuentros con Zac, lo que... Podría arruinar todo lo que había avanzado hasta el momento. Como si ya estuviera al tanto de que había ganado, Caden se alejó y el lobo beta lo siguió sin una buena expresión. —Un guardaespaldas no será suficiente para cuidar de Zac, si lo reconoce, podría querer perderlo y tiene las habilidades para hacerlo, es bastante ágil e inteligente —advirtió bajando las escaleras. —Comprendo, enviaré a otro par para que lo siga. Llegando al primer piso, Luther observó a su alrededor y sus labios se torcieron en una mueca. —¿Realmente ordenarán todo? Caden abrió la puerta principal y le observó. —Buscaran en cada roncón en caso de que instalaran alguna cámara o micrófono. Luego ordenaran y cambiaran todo lo que haya sido dañado, lo que incluye esta puerta y la de la azotea. —No entraron por la azotea. —Pero el cerrojo estaba malo, seguramente lo forzaron para después poder entrar sin problemas —pensó. Y Luther soltó una maldición, ya que dejó pasar aquel detalle tan importante que podría haber puesto en riesgo a su chico. Tan disgustado como su lobo, finalmente salió del edificio y siguió a su jefe hasta que salieron. Cruzando la calle, fueron al auto de Caden y se subió en el asiento de copiloto. —No estaré mucho tiempo por allá, solo correré lo suficiente como para que mi lobo se tranquilice —advirtió colocándose su cinturón de seguridad. —No me interesa, solo quiero que corras y distraigas tu mente. No me sirves cuando piensas con todo menos tu cabeza, con la situación de tu chico, él te necesita cien por ciento en esto —expresó. Y Luther estiró su labio inferior en un puchero molesto, porque era verdad. Los ojos del lobo beta viajaron hacia el teléfono de Caden, el cual se encontraba en el soporte del tablero, cuando la pantalla de este se iluminó con un mensaje de Seline, la secretaria. —¿Qué sucede? Como estaba conduciendo, Caden desvió su mirada solo brevemente. Al encontrarse con un semáforo, se detuvo cuando este recién había cambiado a amarillo e ignoró las quejas de los demás conductores que iban detrás de ellos para revisar su teléfono. —Encontraron una pista a través de las cámaras de seguridad. Detectaron la furgoneta en la cual viajaron, capturando la patente. Y uno de los hombres no fue tan cuidadoso, ya que una de las cámaras logró capturar su perfil —informó. —¿Cuántos idiotas fueron en total? Caden envió un mensaje preguntando y a los minutos obtuvo la respuesta. —Cinco, aparentemente. Cuatro bajaron y uno se quedó en la furgoneta dando vueltas a la espera —respondió. Volviendo a colocar el celular sobre el soporte, Caden condujo tan pronto como el semáforo cambió a verde. —Pronto tendremos el dueño de la furgoneta y nuestro programa podrá reconocer el perfil del tipo que la cámara de seguridad capturó. —No servirá de mucho. Esos fueron unos simples secuaces, y al igual que el otro que capturé, se culpará de todo sin querer soltar nada de quien lo mandó o contrató. Para acabar con todo esto, necesitamos llegar con el verdadero contacto que tiene Courtney, ese tipo o tiene el dinero o la influencia para tener tantos hombres que molesten a toda la familia —indicó. —Lo sé. Con los detectives estamos investigando del tiempo en el que Courtney estuvo metido en la mafia, estamos seguros de que debe de haber una nota ahí, una pista que nos indique una persona cercana que haría este tipo de cosas por él —explicó Caden. Luther chasqueó su lengua y giró su cabeza para observar a través de la ventana. —Necesito que esto acabe pronto. Aunque fue una buena excusa para acercarme a Zac, no me agrada le idea de que estos idiotas lo estén molestando tanto —se quejó. —¿Ya le contaste sobre las parejas destinadas? Luther resopló ante la pregunta de su amigo y una pequeña sonrisa ladina creció en sus labios. —Apenas estoy logrando que no piense en mí como un espía de su padre, ¿tú qué crees? —Creí que pensaba en ti como un idiota playboy —le recordó Caden. —También, pero como que ya estoy logrando que comprenda que mi interés por él es real y que solo soy sociable. Y si, el consejo de Asher también me ayudó. Ya no soy amable con los que coquetean conmigo y lo corto enseguida. —La amabilidad siempre trae problemas, debes medirla —indicó. —¿No vas a preguntarme por qué Zac cree que era un espía de su padre? Caden le observó de reojo. —No hay que ser muy inteligente como para ver que esos dos no se llevan muy bien. Y desde que me pediste más información, supongo que descubriste el por qué —indicó. —No por el informe, eso es seguro. Escuché sin intención una conversación entre Zac y su padre cuando este estaba en el hospital. Resulta que la madre de Zac se suicidó producto del engaño del padre y mi chico lo descubrió gracias a una carta que le escribió la madre tras encontrarla él mismo —contó. Las manos de Caden se tensaron sobre el volante. —Su madre murió cuando tenía diez años. —Exacto —asintió Luther—. A los diez años la descubrió colgando del techo. Y como si eso no fuera suficiente, Maximo llevó a su amante e hijo a la casa meses después de su muerte y se volvió a casar con ella, ni siquiera esperó mucho realmente. Y sé que hay algo más que ocurrió en ese periodo de tiempo, pero Zac aún no me ha contado nada. —Todo es muy diferente a la información que encontraron. —Lo sé, Zac dice que su padre cambió todo antes de volverse conocido, razón por la cual él tampoco pudo exponerlo. —No me sorprendería que la razón de su carrera realmente resultó ser una elección por su padre —comentó Caden. Luther lo pensó y negó. —Nah, acosar y encontrar los secretos de otras personas es realmente lo que le gusta a Zac. Tomar fotos es su pasión, razón por la cual necesito encontrar esa cámara. —¿Fue lo único que le robaron? —No, hubo otras cosas que vi que faltaban, pero considerando el desastre que hicieron, no robaron demasiado —comentó. —O no alcanzaron —le recordó el lobo alfa—. Recuerda que la policía apareció creyendo que estaban discutiendo. Asintiendo, Luther contempló como el auto finalmente se detenía tras llegar a Wise cover. —¿No se supone que primero se le debe de informar al guardabosques? —preguntó quitándose el cinturón de seguridad. —Theron está de celo, por lo que no hay ningún humano en este momento en el bosque —informó—. Baja, corre por una hora, evita la cabaña cuatro y vuelve. El lobo de Luther presionó en su mente, queriendo cambiar y este suspiró. —Será mejor que nada le pase a mi chico mientras estoy en esto o me volveré en tu peor pesadilla —advirtió quitándose el cinturón de seguridad antes de bajar.
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