Capítulo 35

2201 Words
Convocados en una junta obligatoria, en la cual incluso Caden y uno de los detectives a cargo del caso aparecieron y se reunieron en la extensa sala de estar de la mansión Di Montelroso, Zac se encontraba presente también, y no por gusto, claro. Parado lo más alejado de la perfecta familia, pero lo suficiente cerca para poder escuchar con atención cualquier cosa de la que hablaran, Zac mantenía su espalda apoyada en la pared con sus brazos cruzados sobre su pecho y una expresión de pocos amigos que lograba que nadie insistiera en que se acercara y tomara asiento con los demás. Y sinceramente, el humano no entendía que es lo que pasaba por la mente de la esposa de su padre, al ordenarle a las empleadas que prepararan aperitivos y sirvieran tazas con té helado para esa enfrentar esa calurosa tarde. En serio, iban a hablar un tema importante y la televisión seguía encendida mostrando las noticias las cuales contaban la huida de Courtney Wade, ¿en qué parte del mundo Sloane comprendió que se reunieron todos para celebrar una fiesta de té? Soltando un resoplido, Zac negó cuando una de las empleadas pasó frente a él ofreciendo unos aperitivos en una bandeja y observó hacia Luther, quien seguía hablando entre su jefe y el detective a cargo. —¿Cuánto tiempo más tenemos que esperar aquí? ¿No podría simplemente ir a mi habitación hasta que terminen con su junta? —interrumpió ya cansado de estar ahí parado como un idiota esperando. —Mantente en silencio, Zac, no ves que están ocupados —reprochó su padre. —¿Entonces por qué me hicieron bajar para ver cómo hablan? Ni que tuvieran rostros hermosos que me gustaría apreciar todo el día —bufó. —¿Por qué te quejas si ni siquiera tienes algo que hacer? Te la pasas encerrado en tu habitación desde que llegaste —bufó Anika. Zac parpadeó con sorpresa. —Perdón, ¿te estaba hablando a ti? —No, pero estoy diciendo la verdad —se quejó su hermanastra. —Y cuando pida tu opinión tal vez piense en escucharte —dijo Zac—. Ni que quisiera darme vueltas por esta casa para encontrarme con alguno de ustedes. —Zac, cariño... —No, será mejor que cierres esa boca —interrumpió Zac a Sloane. —Oye, no le hables así a mi madre —espetó Anika, levantándose de su asiento. —Bien, silencio. Ante la voz de Caden, absolutamente todos guardaron silencio y observaron hacia el hombre. Sintiendo de alguna forma, que debían de obedecer esa orden. —Ante los nuevos hechos, tendremos que aumentar nuevamente la seguridad y pedir que no salgan de casa a menos que sea estrictamente necesario —anunció Caden. —¿Qué? No pueden hacer eso, quede en salir con mis amigas a un spa porque tenemos una fiesta a la que asistir este fin de semana —exclamó Anika. —Con Maximo quedamos en asistir a importantes eventos que no puede declinar ahora —anunció Sloane y observó a su esposo—. ¿Cierto, querido? —Es cierto —afirmó el juez. —¿Qué sucede con mis clases en la universidad? —cuestionó Paxton. Los tres hombres de pie observaron a cada uno de los que hablaron como si fueran unos idiotas. —Ven con lo que tengo que lidiar al permanecer en esta casa —suspiró Zac. Anika le observó molesta. —¿Por qué lo dices así? —¿Así cómo? —Como si fuéramos estúpidos. —Tú lo dijiste, no yo —anunció Zac con una sonrisa. —Si comprenden en la situación en la que se encuentran ahora, ¿cierto? —preguntó el detective. —¿Qué diferencia hay con que Courtney lograra escapar? Las amenazas y atentados contra nuestras vidas seguirán estando presentes —argumentó Máximo. —Y mi marido los contrató para protegernos, es su deber mantenernos a salvo dentro y fuera de la casa —añadió Sloane. —Pero esa no es razón para que se estén exponiendo al peligro innecesariamente. ¿Qué clase de persona quiere salir para cumplir un compromiso, ir de fiesta o tomar unas clases cuando su vida corre peligro? —cuestionó Luther. —No te molestes en intentar hacerle comprender, su cerebro es tan pequeño como el tamaño de un maní, no sirve de nada razonar con ellos —explicó Zac. —Lo diré de esta forma entonces —anunció Caden—. Usted no asistirá a ningún evento en el que haya confirmado su asistencia. Tú no saldrás con tus amigas de compras o de fiesta. Y tú hablarás en la universidad para asistir a clases virtuales si no quieres perder esas clases —declaró y observó a Zac—. Y tú no saldrás a trabajar acosando a famosos. —Hey, yo no dije nada —se quejó. —Por si acaso. —No pueden ordenarnos permanecer en casa —refunfuñó Anika. —Su vida es la que corre peligro, y aunque contrataron a mi empresa para mantenerlos a salvo, no estaré arriesgando la vida de mis hombres por unos simples caprichos —espetó Caden—. A menos que sea estrictamente necesario, no saldrán de aquí. —Tal vez no comprendan, pero el escape de Courtney es más importante de lo que ustedes creen. Es un tipo peligroso que ya demostró que no tiene sentimiento alguno a la hora de matar, y por lo que sabemos, es fanático de la tortura antes de darle un fin a una vida —expresó el detective—. Con Courtney fuera de la cárcel, demuestra que tiene la inteligencia, contactos y poder suficiente como para haber logrado su escape, y todos esos recursos que utilizó para salir de ahí, los utilizará ahora para ir por ustedes. El silencio invadió la sala de estar con esas palabras, y por primera vez, el fotógrafo contempló algo parecido al pavor invadiendo los rostros de los demás. —Hablaré con mi secretario para que informe de mi ausencia en las fiestas —aceptó Máximo. —Y tú llamarás a tus amigas para informarles que no irás de spa con ellas ni las llevarás a esa fiesta este fin de semana —ordenó Sloane a su hija. —Hablaré con la Universidad para explicar mi situación. Si no me dejan asistir a sus clases de forma virtual, pediré que los profesores me manden la materia a mi correo —anunció Paxton. La mirada de los tres hombres recayó en Zac y este soltó un bufido y señaló su pierna. —Aunque intente irme por mi cuenta, esta cosa me retrasará lo suficiente para que Luther pueda traer mi culo de vuelta a casa —argumentó. —¿Puedo saber cómo es que Courtney escapó de la cárcel? —preguntó Sloane—. Creí que Máximo le envió a una de máxima seguridad para personas como él. —Fingió estar enfermo, tuvieron que trasladarlo a un hospital cercano y en el camino chocaron la ambulancia y se lo llevaron —informó el detective—. Por el momento, seguimos investigando si hubo alguna ayuda interna, pero ese no parece ser el caso. Y las personas que lo vigilaban, murieron en el proceso. —Pero, hay un lado positivo con su escapada —anunció Luther. —¿Hay un lado bueno con que saliera de la cárcel? —cuestionó Zac, alzando una ceja. —Con su huida, solo tenemos que rastrearlo para poder llegar hacia la persona que lo está ayudando con todo esto —explicó Caden—. Atrapando a todos los involucrados, especialmente a Courtney, podríamos dar por encerrado este caso. Ante aquella declaración, Zac se animó y se enderezó alejando su espalda de la pared. —¿Cómo cuánto más o menos tardarán en atraparlo y cerrar el caso? —cuestionó. —Ya estábamos siguiendo una pista de la persona que estaba ayudando a Courtney, por lo que no deberíamos de tardar mucho en rastrearlos si estamos en lo correcto —expresó el detective. —Estamos en lo correcto, mi unidad de cibernética e investigación no se equivocarían en algo como esto —indicó Caden—. Yo digo que en un par de semanas, sí que es Courtney está desesperado por ir contra de ustedes. Aquella información sacó una genuina sonrisa en el rostro del fotógrafo. —Pero aunque los atrapen, no es seguro que salgan de casa inmediatamente, ¿no? —preguntó Maximo—. Sus aliados podrían buscar represalias y tomarla contra nosotros. —Podría mantener a los guardias por un poco más de tiempo, pero atrapando a Courtney que es el principal responsable y la persona que le está ayudando, no habría más que tener —expresó el lobo alfa—. Por lo general, este tipo de grupo se disuelve cuando capturan al líder, o escogen a uno nuevo y se olvidan del anterior y su propósito. —Pero ellos son como la mafia, si es que no lo son, no estoy seguro de que estarán felices si atrapan a su jefe —insistió el juez. —No son la mafia, ya hemos investigado por nuestra cuenta y la que reside en esta ciudad, no se relaciona con hombres que violan, secuestran y matan a niñas —anunció el detective—. Dentro de todo, ellos tienen su propia moral dentro de su suciedad —dijo sin mucho gusto. —Perfecto, entonces me quedo aquí hasta que atrapen a esos idiotas y una vez lo hacen, me largo —expresó Zac, luciendo bastante satisfecho con ello. —No. Lo más seguro para ti sería quedarte algo más de tiempo, un mes por último —ordenó su padre—. ¿Olvidas la parte en la que interrumpieron en tu departamento a punta de arma? —¿Y tú olvidas que todo sucedió porque tu amada esposa quiso cinco minutos de fama en la televisión y me expuso al peligro? —bufó—. Será mejor que ni te hagas ilusiones, no estoy aquí por gusto y me iré tan pronto como atrapen a los malos —declaró—. Y no, no tienes la autoridad para obligarme a nada desde que soy mayor de edad y no dependo de ti de ninguna forma. Dando por terminada la conversación, Zac se retiró de ahí con una sonrisa satisfecha ante las noticias. Por supuesto, que Courtney lograra escapar matando a personas de por medio era una mierda, y tendría que soportar malos recuerdos al estar ahí, pero solo serían unas cuantas semanas y entonces podría volver a su vida normal lejos de todos esos idiotas que fingían ser su familia. —Zac, espera. Soltando un suspiro al escuchar la voz de Paxton, Zac se detuvo y se dio vuelta para enfrentarle. —¿Qué quieres? —¿No podrías considerar quedarte más tiempo en casa? —No. Intentando seguir con su camino, el fotógrafo observó molesto al contrario cuando este le rodeó y se interpuso otra vez. —Por favor, ¿podrías solo tomarte cinco minutos y considerarlo? —pidió algo irritado. —¿Por qué consideraría algo que ya sé que no haré? —cuestionó. —Pero si tan solo le dieras la oportunidad a papá, podrías ver que realmente ha cambiado. Zac le observó con fastidio. —¿Qué vas a saber tú si realmente ha cambiado o no cuando siempre tuviste al amoroso padre que estaba en las buenas y malas contigo? Aquel que festejaba absolutamente todo lo que hacías, que nunca te comparó con otros, te degradó, insultó o golpeó —espetó—. No me vengas con esas estupideces de que ha cambiado, porque tú no tuviste que pasar por todo el infierno que yo pasé. Tú eres y siempre serás el amado niño de papá que lo escucha en todo y yo el bastardo marica que nunca quiso. Eso no cambiará, por más que intente cambiar él ahora, para mí sigue siendo el mismo monstruo de siempre. —Eso... —No te atrevas a decir que exagero, porque cada vez que me comparó, maldijo, insulto o golpeó, tú estabas presente con tu madre para restregarme en la cara que tú eras querido —gruñó—. Así que se vaya a la mierda nuestro padre y su supuesto cambio. Tienes que entender, Paxton, que hay cosas que simplemente no se olvidan y te dejan marcado desde adentro, y lo que me hizo ese hombre y todos ustedes, fue así. Desde un principio me dejaron bastante claro que yo no era parte de su perfecta familia y yo lo dejé, porque tampoco deseaba hacerlo. Ahora ve y dile a papá que me deje de j***r, porque entonces diré todo, desde la forma en que murió mi madre, su engaño con Sloane, como se la trajo a vivir sin respetar a mi madre y por supuesto, todo lo que me hizo en la infancia —juró. Observando con molestia a su hermanastro, quien guardo silencio sin poder decir nada más, Zac resopló y siguió con su camino. Al pasar por su lado, lo pasó a llevar y subió a su habitación.
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