Parado frente a su ventana, oculto entre las cortinas, Zac observaba con un extraño sentimiento como el guardaespaldas espía que envió su padre, pasó otra vez toda la noche frente a su departamento metido en su auto. Cuando Luther le comentó que lo mantendría a salvo haciendo guardia a su edificio, Zac pensó que se trataba simplemente de una exageración y que se iría tan pronto como se quedara dormido. Pero, cada vez que se levantó y revisó la ventana, se encontró con el automóvil del hombre detenido en el mismo lugar. Fue tanta la sorpresa del humano, que tan pronto como observó que el hombre dejaba su vehículo un momento para hacer Dios sabe que cosa, Zac bajó y colocó una nota en su parabrisas que lo llamaba acosador. Había esperado que tras encontrar aquella nota, Luther se molestar