Capítulo 43

2344 Words
Sentados en el balcón entre ambas habitaciones, Luther y Zac estaban almorzando tranquilamente, y tan bien como estaba resultando el momento, la bomba que le soltó su pareja tras terminar de comer si tomó desprevenido al lobo beta. —¿Qué? —Necesito que arregles las cosas para salir ahora y mañana en la tarde —repitió Zac tranquilamente, como si su petición no fuera nada descabellada. Soltando un suspiro, Luther se recargó en el respaldar de su silla y contempló fijamente a su pareja, sin creer que este quisiera salir simplemente porque sí. Hasta donde tenía entendido, su chico comprendió mucho mejor que los demás cuando se les explicó que no podrían estar saliendo a menos que fuera estrictamente necesario. —Si es difícil arreglar las cosas para hoy, puede ser solo para mañana, pero entonces tendríamos que estar saliendo más temprano y pasaríamos a otro lugar antes de ir al evento —comentó. Observando a su chico descansar tranquilamente en su asiento, el hombre lobo suspiro y pasó una mano por su mandíbula. —Encanto, necesito todo el contexto aquí, no me puedes simplemente invitar a almorzar y luego soltarme de la nada que estaremos saliendo hoy y mañana. —Puede ser solo mañana si se te dificulta. —Bebé. Observándole, Zac resopló y se acomodó en su asiento. —Para comenzar, yo no te invite a almorzar, tú apareciste cuando me senté con mi comida en el balcón, así que no lo hagas sonar como si lo hubiera usado como chantaje —indicó—. Y segundo... Necesito asistir a un evento benéfico. —¿Por qué? —Porque es mi trabajo. —Quedamos en que todos pausarían sus actividades por el momento —indicó. —Ya han pasado días desde el escape de Courtney y nada peligroso ha ocurrido. —Porque todos han seguido las instrucciones. —Pero nosotros fuimos al cementerio a visitar a mi madre y nada sucedió —argumentó. —¿Olvidas la parte en que alguien nos persiguió devuelta? —indicó el lobo beta. —¿Y olvidas la parte en que lograron deshacerse de ellos? Sin contar que fue bastante obvio que nos perseguían pensando que se trataba de mi padre, por algo nos dejaron tranquilos tan pronto como se acercaron lo suficiente para verme. —Zac... —Además, me dijiste solo anoche que hablaste con Caden y este te dijo que ya han avanzado en el caso. —Que sepan el lugar donde se está escondiendo Courtney no significa que ya estás a salvo, siguen esperando que se comunique con su cómplice para poder atrapar a todos juntos —le recordó Luther—. ¿Por qué repentinamente quieres salir? —No es que lo haya decidido repentinamente, fue ayer, pero por el estúpido encuentro que tuve con mi padre me frustre y ya se me olvido contarte —explicó. —¿Y por qué quieres salir? —reiteró. —Necesito tomar unas fotografías de un importante evento benéfico que estará organizando Maxwell Ellingwood —anunció. Luther negó en silencio. —No puedo dejar salirte solo por eso. —Me ayudaste a salir cuando te pedí que me llevaras a ver a mi madre. —Exacto, era algo importante para ti, esta salida sería solo por trabajo, algo que me prometiste que dejarías hasta que la amenaza pasara —indicó. —Pero no se trata de cualquier trabajo, es un evento de caridad muy importante del cual todo el mundo está hablando —argumentó—. Ya hasta utilicé la carta que había conseguido con Maxwell para conseguir esas entradas, tengo que ir. —Te estarías arriesgando innecesariamente. —¿Arriesgando? Estarás conmigo, que se supone que me puede pasar —argumentó Zac, cruzando sus brazos. Y a pesar del orgullo que sintió de que su pareja ya confiara en él en tal nivel, aun así el hombre lobo negó. —Estás jugando sucio, no puedes intentar convencerme con esas palabras. Observándolo fijamente, una ladina sonrisa apareció en esos labios de cereza. —Es la verdad, me has protegido todas las veces en las que he estado en peligro, ¿por qué sería diferente ahora? —Encanto, me halaga toda la confianza que estás depositando en mí, pero realmente no quiero que te expongas de esta forma solo por unas fotos —indicó—. Y antes que te enojes, estoy viendo por ti y tu seguridad porque me importas. —¿Y si te digo que no me estaré exponiendo? Luther bufó, obviamente sin creerle. —Bebé, quieres ir a un evento benéfico el cual me acabas de decir que todo el mundo quiere asistir. Encuentro muy difícil que no estés exponiéndote así —argumentó. —Por favor, no soy tan idiota como las personas que viven en esta mansión —resopló. Levantándose de la mesa un momento, Zac entró a su habitación y recuperó su teléfono antes de volver al balcón. Tomando su silla, la corrió al lado de Luther y tomó asiento. —Aquí, mira. Observándole, Luther cogió el teléfono y observó una especie de blog que estaba hablando del evento. —¿Qué se supone que me dice esto, encanto? —Que investigué. La participación de Asher Malloy fue revelada anoche en el evento, y con esto, el nombre de Caden apareció también. Mientras Maxwell organiza todo con sus hombres, tu jefe estará a cargo de la seguridad de todo el evento, lo cual significa que se volverá el lugar más seguro al cual asistir por su chico. No muy feliz, Luther leyó con atención el artículo y su mandíbula se tensó al leer que su encantador elegido tenía razón. —Sigue sin gustarme esto. Observando al hombre lobo, el humano bufó. Tomando su teléfono, lo dejó en la mesa y se movió para sentarse a horcajadas en el regazo de Luther. —Así está la cosa. Quiero ir a ese evento. Ya utilicé la carta que tenía con Maxwell para conseguir entrada para ambos, por lo que no la desperdiciaré. Ambos estaremos yendo a ese evento —anuncio lo más claro posible—. No me obligues a ir solo, cariño, porque sabes que soy capaz de hacerlo, pero no soy tan idiota y no me quiero arriesgar innecesariamente cuando puedes ser un buen guardaespaldas e ir conmigo —explicó. Luther observo a su pareja no muy feliz, y Zac rió ante los pucheros del contrario. Tomando el rostro del hombre lobo entre sus manos, el humano se acercó y besó ese estirado labio inferior. —Solo hazlo por mí, ¿sí? —¿Realmente intentarás convencerme de esta forma? —¿No lo sé? ¿Está funcionando? Luther observó esos verdes ojos y alzó su mano para apoderarse de esa estrecha cintura. —No lo sé, pero vas por buen camino. —Voy por buen camino —repitió Zac y una malvada sonrisa surgió entre sus labios—. ¿Y si te concedo un deseo por llevarme? El interés brilló en aquellos ojos azul mar. —¿Un deseo? —Uhm, más bien, digamos que podría cumplir con una de tus fantasías —anunció—. Una que involucra directamente nuestros cuerpos desnudos. Luther gimió ruidosamente y atrajo a su pareja para abrazarle y seguido ocultar su rostro en la curvatura de su cuello. —Estás jugando muy sucio, bebé. Zac rió bajo ante el tono quejoso del contrario. —Solo digamos que sé lo que quiero. Deseo ir a ese evento. Pero no soy tan idiota como para arriesgar mi vida para ello, razón por la cual te quiero a ti conmigo en ese lugar —expresó sincero—. Además, un respiro de este lugar me iría bien y lo sabes. —Lo sé, me sigue sorprendiendo todo lo que has soportado estar en este lugar con lo que me has contado —suspiro. Zac torció sus labios. —No me harás decir algo cursi, ¿cierto? Con interés, Luther salió de su escondite y observó fijamente a su encantador chico. —Oh, vamos. Tú eres el tipo que siempre dice cursilerías aquí, no yo —se quejó. —Podría considerar salir juntos ahora. —Pensé que con lo de la fantasía s****l te había convencido —indicó. —Me convenciste para asistir a ese evento, no al supuesto lugar que querías ir hoy o mañana antes de ir al evento —argumentó el lobo. Zac resopló. —¿Quién está siendo el tramposo ahora? —Aprendí del mejor —sonrió. Gruñendo, Zac observó hacia un costado y cruzó sus brazos. Como su pareja solo se mantuvo en silencio, el lobo beta realmente pensó que no diría nada, por lo que le sorprendió cuando esos hermosos ojos verde jade le observaron. —Escucha bien, porque solo lo diré una vez —advirtió—. He soportado tanto en está estúpida casa con esas estúpidas personas, porque tú estás aquí y me ayudas a llevarlo, ¿bien? Sonriente, Luther besó esa arruga nariz irritada y luego fue por esos labios, lamiéndolos y besándolos hasta que estos se relajaron, dándole acceso a esa boquita dulce que por supuesto, recorrió tanto como Zac la suya. —Eres tan dulce, bebé —pronunció sobre sus labios. El humano gruñó y Luther volvió a juntar sus bocas en otro beso, sin poder tener suficiente de su chico. Cuando su lobo se removió pidiendo algo más en su mente, redujo el movimiento hasta que solo se quedó rozando esos perfectos labios. El momento en que tuviera a su elegido en la cama, sería porque Zac quería tomarlo, no porque tanto su lobo como él lo deseaban. —De acuerdo, hablaré para que envíen un equipo que nos lleve a donde sea que quieras ir ahora —accedió. Una sonrisa completa se estiró en los labios de Zac por haber ganado. Alzando sus brazos, rodeó el cuello de Luther. —Necesitamos ir a comprar unos trajes de gala para ambos y también pasar a mi departamento —anunció. —¿Qué necesitas de tu departamento? Pensé que ya te habría traído todo lo que deseabas. —Me trajiste ropa, pero para ir a ese evento necesito mi computadora y mi cámara —argumentó—. Pero como te dije, no soy tan idiota como para exponerme tanto, por lo que dejó a tu decisión si salir hoy o hacer todo mañana. Luther lo pensó observando esos hermosos ojos. —¿Qué tanto necesitas salir de esta casa? —No volveré a soltar otra cursilería —advirtió. El lobo beta sonrió y le besó castamente. —Entonces, ¿estaría bien si envió a alguien a tu departamento por las cosas que necesitas y mañana salimos por esos trajes y al evento? —propuso. —Bien, solo tengo que llamar para reservar los trajes, y pediré a domicilio unos lentes que necesito para mi cámara —aceptó. —Y luego bajaremos a nadar a la piscina juntos para pasar el calor —comentó Luther. —Gracias, pero prefiero evitarlo con la gentuza que está en ese lugar —resopló. —Ah, pero según tengo entendido, a las cinco la piscina estará totalmente desocupada, ya que la señora Sloane junto a su hija estarán recibiendo un spa en casa, Paxton estará en clases y tu padre en una reunión —informó. —Me gusta como suena eso —sonrió Zac. —Pensé que podría ser así. Pero, ¿estarás bien con tu pierna? Su humano resopló. —El médico ya dijo que estoy bien, no seas exagerado. —Y también dijo que no deberías de exigirte con el ejercicio. —Estaremos nadando, no follando a la orilla de la piscina —indicó. Luther se quejó ante la hermosa imagen mental. —¿Te lo estás imaginando? —pregunto Zac con una sonrisa. —Por supuesto que sí —gruñó y besó su mentón—. Estás siendo una cosita muy malvada hoy —reprochó. Su pareja rió tan libremente, que Luther sonrió de verlo así. —Pero hablando en serio, mi pierna ya está mejor, solo quedó una cicatriz —explicó y le mostró. Luther la admiró no muy felizmente. —Escuche que existen algunas cremas para borrar estás cicatrices —comentó. —¿No te gusta? —No me agrada la idea de que no pude protegerte lo suficientemente bien para evitarla —argumentó. —No seas idiota, tú también saliste herido por mi culpa —le recordó y observó curioso su brazo—. ¿Le pediste a ese médico que revisara tu herida? —Sí, ya está mejor. —Creí que tu herida era peor que la mía. —Te dije que esos paramédicos exageraron —mintió—. ¿Quieres bajar a la piscina ahora? —Tú solo quieres imaginarte cómo nos veríamos desnudos en la piscina follando —acusó. —Demonios, sí —exclamó. Negando como si fuera un caso perdido, Zac se levantó del regazo de Luther. —Vamos, me bañaré solo en bóxer para alimentar tu fantasía. Riendo ante el entusiasmo con el cual se levantó Luther, ambos abandonaron la habitación y bajaron encontrándose con la esposa de su padre. Pasando por al lado de ella, Zac inmediatamente detectó la forma en que llevaba sus manos hacia atrás, ocultando algo. Rápidamente, el humano fingió seguir de largo y giró. Alzando su mano, le quitó a Sloane la carta antes de que pudiera reaccionar. —Hey, eso es mío —reclamó e intentó quitárselo. Solo que Luther se interpuso entre ellos. —¿En serio? ¿Tuyo? No sabía que ahora habías cambiado tu nombre a "Zac" —se burló mostrándole claramente su nombre impreso en la carta. —Te la iba a entregar... —Claro, luego de hurgar en ella —resopló—. Tal parece que las malas costumbres de Anika fueron heredadas por cierta persona. —¿Qué estás insinuando? —exclamó, viéndose indignada. —Que la próxima vez que te metas en mis cosas, te arrepentirás —amenazó y observó a Luther—. Vamos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD