Para el momento en que Luther volvió a la sala de espera en la cual toda la familia Di Montelroso y sus respectivos guardaespaldas que lo protegían se reunieron esperando tener información del estado del juez, el hombre lobo inmediatamente detectó cierta tensión en el ambiente que no lo gustó. La mayoría en aquel lugar, incluyendo a sus hombres, estaban observando no exactamente con una buena mirada a su encantador elegido, quien mantenía su mentón en alto enfrentando a todos. Y aquella situación, no le agradó tanto a su lobo como al mismo Luther. Ciertamente se había perdido lo que podría haber puesto a todos de aquel humor, pero eso no significaba que simplemente iba a dejar que todos observaran de aquella manera a su chico. Cruzando rápidamente la distancia, se detuvo al lado de Zac