María Isabel se apresuró a explicar, consciente de lo mal que podía parecer la situación. —Papá, no es lo que parece. Tommy estaba ayudándome con una tubería que se rompió y ambos nos mojamos en el proceso. Nos duchamos para quitarnos el agua y el jabón. No es nada inapropiado —expuso con firmeza, tratando de calmar a su padre. Salvador no parecía convencido. Miró a Tommy con desconfianza y luego volvió su mirada a su hija. —¿Y por qué está él aquí en tu apartamento? —preguntó con sus ojos llenos de cuestionamientos. Tommy dio un paso adelante, queriendo aclarar la situación, decidido a defender a María Isabel, aunque sabía que ella no era precisamente la damisela en peligro, sin embargo, ahora él era un hombre nuevo y como un caballero debía dar la cara. —Doctor Arismendi, estoy aqu