Pretendían tomar sus maletas y caminar, pero no les fue posible, por qué comenzó a llover. —Genial, lo que faltaba— Inquirió molesta —Por lo menos no estamos afuera mojándonos—respondió él con tranquilidad. Después de unos minutos el ambiente se tornó tenso, los dos se quedaron en completo silencio, pasaron al menos dos horas hasta que por fin llegó la ayuda para mover el gran árbol. Daphne había tomado una pequeña siesta y William solo estaba malhumorado. —Disculpe el atrevimiento ¿podrías darme tu número? — Inquirió un joven de unos 17 años a Daphne, el chico estaba con los hombres que habían ido a remover el enorme tronco. —Por si no lo notaste viene conmigo— exclamó William, el muchacho miraba a Daphne embelesado —No estoy hablando contigo anciano— respondió y Daphne soltó