11: NUEVO PRESIDENTE

4023 Words
OLIVER La sala de juntas de Walker Company está llena, toda mi familia está aquí, excepto Paloma y Carlota que se quedaron en la oficina de mi tío para saltarse la parte “aburrida” de la reunión, los padres de Luke, los de Antonia y mi abuelo materno quienes son nuestros socios, y los ejecutivos de la empresa también están presentes, mi padre inició la reunión mostrando los balances generales, seguidos de cada jefe de departamento, hacemos nuestra exposición de cómo van los números, los clientes, los empleados a cargo, en fin, todo el estado de la compañía a la fecha. - Bueno, con esto cerramos a satisfacción esta junta directiva, haciendo constar en las actas que, hasta la fecha, la compañía muestra un nivel de endeudamiento cero, las inversiones han crecido un 40% y la rentabilidad se ha mantenido al alza – dice mi padre La puerta de la sala de juntas se abre y entra Paloma con Carlota en brazos, seguida de varios meseros que traen bandejas con copas de champagne, todos me miran sonrientes, una vez todos tuvimos una copa en la mano, mi abuelo toma la palabra - Oliver, hace 95 años mi abuelo y mi padre montaron en el garaje de la casa las oficinas de Walker Company – comentó con nostalgia – siempre tuvieron la visión que esta empresa fuera una compañía familiar y durante casi un siglo hemos conservado esa tradición, cada m*****o de la familia ha tenido que ver directa o indirectamente en el crecimiento de este, que es el patrimonio de todos nosotros, hemos contado con socios magníficos que se han convertido en familia – dijo viendo a los Walker de corazón - y hoy somos una de las compañías de desarrollo e inversión más importantes y sólidas del país, hace cincuenta años, mi padre me dio las riendas de la presidencia, hace veintiséis años se las entregue a tu padre y hoy, toda tu familia, te las entregamos a ti – alzó su copa – por Oliver, el nuevo presidente de Walker Company La sala se inundó de aplausos, felicitaciones, brindis y fotografías, firmé los documentos que me abalaban como nuevo presidente y me abracé a mi padre - Estoy orgulloso de ti hijo, ten – me entregó una caja rectangular, la abrí y saque una placa de vidrio grabado con mi nombre y mi nuevo cargo grabado – para que la luzcas en tu, ahora, oficina - Gracias papá – Después del brindis y las felicitaciones, los camareros entraron con bandejas de comida, tuvimos un almuerzo tardío en familia y después de eso se hizo una reunión con todo el personal del edificio, es un hecho, soy el nuevo presidente de la compañía. Tras horas de felicitaciones y de repasar las inquietudes de mis nuevos subordinados, por fin pude quedar libre, mi familia se retiró, unos a la casa, otros a sus oficinas. - Entonces amigo, ¿Qué se siente ser el nuevo presidente? – preguntó Luke entrando a mi oficina, se acercó a mi bar y nos sirvió un whisky a cada uno - Abrumador, emocionante, gracias – recibí el trago - ¿Si sabes que a pesar de que ahora tienes el cargo, tu papá y tu abuelo seguirán metiendo las narices por aquí verdad? – - Claramente, pero ahora seré yo el que firme sus cheques así que van a tener que comportarse – ambos reímos – oye, felicitaciones, Maggie ya me contó la noticia - Felicítame cuando pegue – dijo sentándose en el sofá de tres plazas que hay en mi oficina – el sábado tenemos la cita en el centro de fertilidad para hacernos los estudios y estar seguros de que todo esté bien en las fabricas - Espero no se tarden mucho, ya quiero malcriar a tus hijos – - Lo mismo te digo, ni creas que no te devolveré el favor – dijo con una enorme sonrisa - Hablando de eso – dije levantándome de mi silla para cerrar la puerta de mi oficina – hablé con Laila - Oh la señorita escapista se reportó – - Ninguna escapista – me senté junto a mi amigo en el sofá – no se fue porque quiso, mi abuela la echó de la casa - ¿Cómo dices? – - Gemma se inventó la excusa de la emergencia, pero fue una mentira, mi padre me confirmó hoy que la abuela si tiene un gran odio hacia la familia Viloria y ese día, lo descargó en Laila – - ¿A qué te refieres con eso? – - De alguna manera estamos emparentados, la prima de mi abuela, con la que se crio, fue la abuela paterna de Laila – - Definitivamente el mundo es un pañuelo – - Ni que lo digas, la historia es larga, el punto es que su marido la golpeaba y al parecer está implicado en su muerte, el padre de Laila siguió sus pasos y es un desgraciado y los rumores que hay alrededor de ella y de su hermano tienen a mi abuela colgada del techo – - Si algo de eso sé – - ¿La investigaste? – - Magnolia me pidió que lo hiciera, quería a como diera lugar su número de teléfono o su dirección – dijo encogiéndose de hombros – encontré muchas cosas menos esos datos - Te los cambio – dije sacando mi celular - Cobre algunos favores aquí y allá y pude averiguar que efectivamente tiene un hermano, es seis años mayor que ella, está desaparecido desde hace más de una década, nadie sabe dónde está, si vive o no, pero todos los que lo conocían de su adolescencia dicen que tenía problemas de drogas, de ella se dice que por sus excesos en el extranjero ha llevado a su familia a la ruina, lo más extraño es que hay un documento supuestamente firmado por ella donde renuncia a la herencia que su abuelo materno le dejó, es absurdo, si es una mujer de excesos, ¿Por qué renunciaría a su herencia? Que, dicho sea de paso, era enorme - No tiene coherencia – - Lo mismo dije, hay otras tres cosas más interesantes que encontré, encontré un reporte de una niña, Laila Marie Viloria, de doce años de edad cuando la reportó desaparecida su tía Juliette Viloria, la niña nunca fue encontrada, el caso sigue abierto - - Eso es inverosímil, como puede estar desaparecida y luego aparecer para firmar documentos y seguir desaparecida, ¿es la misma Laila? – - Según su número de seguridad social, si – - Cuales son las otras cosas interesantes que encontraste – - Laila demandó a sus padres, para recuperar esa herencia a la cual supuestamente renunció, la acusación está por estafa, calumnia, robo, daños y perjuicios morales y de imagen, el juicio tiene fecha de inicio en dos semanas, la defiende nada más y nada menos que Adolfo Latham – - Latham & Sons – afirmé, Luke asintió - Uno de los hijos del viejo Latham, hace consultoría en el negocio familiar pero también es el abogado de una constructora que es relativamente nueva, pero está pisando fuerte en el mercado, LLL Corporation, aquí viene la otra cosa interesante, una de las L, es por Laila - - Me suena ese nombre – - Debería porque el año pasado, Walker Company le suministro materia prima de primera calidad y el alquiler de la maquinaria para la construcción de unos condominios de lujo en Atherton, California, el negocio lo cerramos con las hermanas Arévalo – - Las mellizas que mandaron a volar a los gemelos por ser bebés, claro lo recuerdo – - Ellas mismas, las otras dos L, Loren y Luisa Arévalo – - Como fue que encontraste todo eso y no su número de teléfono y dirección – - Justamente porque todos los caminos conducen a la constructora, al parecer a Laila la conoces en una fase avanzada del proyecto, ha mantenido un perfil muy bajo durante años, es difícil de rastrear – - Y vengo yo y me la encuentro en un cementerio – - ¿El destino? ¿Un regalito de mamá? – - Tal vez, quien sabe, lo importante es que la conocí – - Bueno, ya yo solté la sopa, dame la información que necesito para calmar a tu hermana – Le envié el contacto a su w******p junto con la dirección - ¿En serio vive allí? – - Fue la dirección que me dio para que la recoja esta noche, la invité a cenar y aceptó, por cierto, no le des sus datos a mi hermana hoy, espera a mañana – - Vaya, vaya, vaya, presidente al acecho – - Te dije que me gustaba, nunca una mujer me había hecho extrañarla tanto sin siquiera saber algo concreto de ella, me intriga, me atrae – - Bueno, ahora sabes más – - Si, pero no quiero que ella sepa que se todo lo que sé – . No Oliver, no hagas esa estupidez, si de verdad te atrae tanto, se siempre sincero con ella, no le ocultes cosas, si surge el tema, dile la verdad – - ¿Qué la loca de mi hermana la mando a investigar y el loco de su marido de cosa y no averiguó la talla de sus zapatos? – - ¿Por qué no? Ella conoció a Magnolia, no le extrañaría y tu quedarías como un príncipe que es sincero y además sabe romper el hielo para que ella misma te cuente el resto de la historia, matas dos pájaros de un solo tiro - - Lo tendré en cuenta – miro la hora en mi reloj – ya casi son las cinco, tengo el tiempo justo para ir a casa, cambiarme y salir a buscarla - ¿Dónde reservaste? – - Ni loco te digo, después se aparece “casualmente” cierta persona por allá – - Oye, me ofendes – dijo tocándose el corazón fingiendo dolor - Te conozco amigo, en cuanto Magnolia te pone una mano encima, le dices hasta tus más oscuros secretos, recuerda, sus datos se los das mañana – enfaticé la última palabra - Hecho, pero solo hasta mañana, yo no tengo secretos con mi esposa, eso la hace feliz, esposa feliz, vida feliz – - ¿Esa es la clave del éxito matrimonial? – - Sinceridad, respeto, tolerancia, amor y mucho sexo – - Iugh que es mi hermana – - Tu preguntaste – contesta riéndose Luke y yo salimos de mi oficina y nos dirigimos al parqueadero, antes de despedirnos me hizo prometerle contarle todo lo que pasara esta noche con Laila, a la hora que fuera, lo bueno fue que no especifico de que día, yo también se encontrar vacíos legales. Conduje mi Aston Martin hasta la mansión, afortunadamente cuando llegué no me encontré a nadie en el camino y pude subir directamente a mi habitación, cerré con llave para evitar irrupciones como la de esta mañana, me di un baño y me vestí con un traje formal de corte clásico sin chaleco de color índigo, camisa blanca, corbata índigo, zapatos negros, me cambié el reloj por un Vacheron Constantin que me obsequió mi padre en mi cumpleaños número 25 y solía usarlo para ocasiones especiales, me aplique perfume y me peiné, una vez satisfecho, salí de mi habitación, son las siete, tengo el tiempo justo para ir a recoger a Laila. La casa sigue en silencio relativo, solo escucho la risa de Carlota al llegar a la sala, está jugando con su millón de cubos dentro de la guardería, Antonia le toma fotos, se ha convertido en toda una mamarazzi, y no la culpo, la mitad de las fotos de mi celular son de Carlota haciendo cualquier carantoña de bebé. - La reina de la casa será toda una arquitecta – dice Antonia haciendo un video – buen trabajo muñeca Salgo rápidamente antes de que se den cuenta de mi presencia, voy directo al garaje, allí me encuentro con Milcíades quien me saluda con un asentimiento, me quedo en la puerta de mi Aston y alzo la mirada encontrándome con la de el - Me mentiste – el me mira durante unos segundos y luego asintió comprendiendo a que me refería - Ella me pidió hacerlo, es una descortesía faltar a la palabra – - Debiste decirme que Gemma la había sacado de aquí a rastras – - Joven Oliver, con todo respeto debo decirle que por mucho que me haya agradado la señorita Laila, mi lealtad está con los Walker y los chismes no son mi área de competencia – - Aun así, le diste mi número personal – - Digamos que tuve una corazonada y decidí dejarle el beneficio de la duda al destino – dice sonriendo - ¿necesita que lo lleve a algún lugar o usted conducirá? - Lo haré yo, gracias y Milcíades… – - Ni una sola palabra se ha pronunciado aquí – me completó Asentí y subí a mi auto, marqué el número de Laila y esperé a que contestará - ¿Hola? – - ¿Ya estás lista? – - Casi, las mellizas transformaron mi habitación en una boutique de moda, ¿alguna pista de a dónde iremos? – - A uno de mis restaurantes favoritos – - ¿Formal? - - No mucho y si te sirve, mi traje es azul por si quieres combinar – - Genial, ya sé que ponerme, gracias por el dato, acabas de salvar mi vida – - Todo por tu felicidad pequeña, nos vemos en un rato – - Hasta pronto – Terminé la llamada y me concentré en el camino, faltando diez minutos para las ocho de la noche estuve ante las puertas del 19Dutch, un edificio lujoso en el distrito financiero de Manhattan, aparque el auto y entré al vestíbulo del edificio, me anuncié y para mi sorpresa fui conducido al elevador, subí hasta el piso 49 y fui recibido por una rubia quien me sonreía ampliamente. - El famoso Oliver Walker – - Ese sería yo y tu debes ser una de las mellizas – - Loren – dijo extendiendo su mano, la tome y me sorprendí que su agarre fuera bastante firme - cuando Laila nos contó sobre ti, tu apellido me quedo sonando, pero esta tarde que nos dijo que cenarían juntos nos pudo más la curiosidad e investigamos un poco y resulta que el año pasado hicimos negocios juntos, ¿aún son revoltosos los gemelos o ya maduraron? - No podría responderte objetivamente esa pregunta, pero si quieres puedes enviarles tu número real y no el de una pizzería del Bronx con gusto puedo ser el intermediario – dije siguiendo a Loren hasta la sala de estar - Oye, hacen buenas pizzas ahí – dijo soltando una carcajada – Lali está atendiendo una llamada, en un momento baja, siéntate ¿quieres algo de tomar? - No gracias – me senté en uno de los sofás de cuero, la sala era bastante espaciosa, de muy buen gusto, con ventanales que dejaban ver una hermosa vista de la ciudad - ¿Te gusta lo que ves? – preguntó sentándose frente a mí en una poltrona beige, asentí - bueno bienvenido a nuestro humilde hogar y no te preocupes, nadie va a echarte de aquí - Una disculpa por eso – dije un tanto avergonzado – mi abuela es a veces un poco intransigente - No te preocupes, estamos acostumbradas – - No digas esas cosas Loren – dijo otra chica entrando a la sala – hola Oliver, soy Luisa Me levante y salude con otro apretón de manos a la hermana de Loren y a diferencia de su melliza, fue suave, ella se sentó junto a mí en el sofá - Solo digo la verdad, vivimos en una sociedad condenatoria, no importa cuánto te esfuerces por hacer algo bien, las personas siempre te juzgaran por cualquier cosa menos por tu valía – - ¿Y cómo están todos por tu casa? – preguntó Luisa ignorando por completo el comentario de su hermana - Muy bien, mis primos les mandan saludos – Luisa sonrió – buenas pizzas, ¿el negocio es de ustedes? Ambas hermanas comenzaron a reír a carcajadas y no pude evitar unírmeles, de vez en cuando en casa también nos reíamos aún de eso - ¿A qué se debe tanta alegría? – Alce la mirada al escuchar a Laila y quede pasmado, se veía aún más hermosa de lo que recordaba, se había puesto un vestido azul rey que le llegaba hasta las rodillas y abrazaba todas sus curvas, acompañado de un chal plateado a juego con sus tacones de tiras que hacían que sus piernas se vieran más estilizadas, Dios bendiga los malditos tacones, su cabello estaba recogido en una cola de caballo alta y su maquillaje resaltaba en un ahumado sus hermosos ojos, voy a tener muchos problemas de autocontrol esta noche - Te ves preciosa – dije acercándome a ella - Gracias, tu estas muy guapo – Llegue a ella y tome sus manos dándole un beso en sus nudillos, sus mejillas se sonrojaron y una sonrisa floreció en sus labios - Nos reíamos de la travesura que le hicimos a los gemelos el año pasado – dijo Luisa acercándose a nosotros - El señor Piccoli hace unas pizzas increíbles, ¿cierto Lali? – se reía Loren desde su sillón – no todos son afortunados de recibir el dato de nuestra pizzería favorita - Ignóralas – dijo riendo - ¿No demoré mucho? - No – - ¿Todo bien Lali? – preguntó Loren quien se había acercado sigilosamente a nosotros, su mirada tenía un deje de preocupación que no me gustó - Si, todo bien, nos vemos más luego chicas - - Los acompaño al elevador – dijo Luisa quien también tenía esa mirada - Diviértanse chicos y no se preocupen que no hay toque de queda, si llegan después de media noche dejen los zapatos en la entrada – Riendo por las ocurrencias de Loren, tome la mano de Laila y la llevé a mi brazo, ella se agarró a mí y nos dirigimos al elevador siguiendo a Luisa, las puertas se abrieron y entramos. - Cualquier cosa me llamas ¿sí? – de nuevo esa preocupación - Si mami – contestó Laila con una risita divertida, Luisa solo le sacó la lengua antes de que las puertas se cerraran - ¿Todo bien? Se veían preocupadas – pregunté apenas estuvimos solos - Todo está bien, ha sido un año complicado y cualquier cosa les activa el gen de mamá gallina – - ¿La llamada que recibiste antes de que llegara? – - Si, era mi abogado – Llegamos al vestíbulo y salimos del edificio, la escolté hasta mi auto y le abrí la puerta del copiloto para que entrara, rodeé rápidamente al coche, me subí y puse en marcha el motor. - ¿Problemas legales pequeña? – - Uno que otro, pero se están solucionando favorablemente – - Si necesitas ayuda recuerda que mi cuñado es abogado y conoce a mucha gente que te podría ser útil – - Gracias, lo tendré en cuenta - - Por cierto, es muy probable que mañana tu teléfono estalle en llamadas y mensajes por parte de mi hermana – - Es bueno saberlo – dijo sonriendo - ¿Cómo están los esposos locos? - Más locos cada día – - Hacen una linda pareja, me encanta como se complementan – - Si, ese par siempre ha sido así, pero no son tan lindos cuando se confabulan en contra de alguien – - ¿Y Paloma? ¿Siguió metiéndose con tus miserias? – - No vas a olvidar eso pronto ¿cierto? – - No – dijo tratando de controlar la risa, pero fallando en el intento – lo siento, es que nos imaginamos toda la escena y fue muy graciosa - ¿Nos? – - Estaba con las mellizas cuando te llamé – - Bueno, entonces debo agradecer que ellas no lo mencionaran – respondí entre divertido y avergonzado - Les pedí que por ningún motivo lo hicieran, así que no te preocupes por eso – No demoramos casi nada en llegar al 28 Liberty Street, el rascacielos que en su piso 60 tenía uno de mis lugares favoritos por la preciosa vista de la gran manzana y porque me recordaba una época muy linda de mi vida, el restaurante Manhatta, aparque el auto en el estacionamiento, me baje rápidamente y fui a ayudar a Laila, le tendí mi mano y después que la tomo no la solté, la guie hasta el vestíbulo del restaurant y luego al elevador que nos llevaría a este - Si sabes que pude venir caminando hasta aquí – - No en mi turno pequeña – dije entrelazando nuestros dedos - Literalmente está a la vuelta de la esquina – - Y quedar tan poco elegante en nuestra primera cita, ni de riesgo – El elevador se detuvo en el piso 60 y fuimos recibidos por el maître quien nos guio hasta nuestra mesa, había pedido que el área junto al show kitchen fuera reservada solo para nosotros dos, la mesa estaba adornada con velas y en el centro había un sencillo arreglo con flores silvestres - Impresionante – - Ventajas de conocer al dueño del lugar – Nos acercamos a la mesa y le abrí la silla a Laila para que se sentara y tome mi lugar frente a ella, nos entregaron los menús y pedí unos momentos para poder elegir con calma - Señor Oliver – saludó el gerente del restaurante al llegar a nuestra mesa – es un placer tenerlo esta noche con nosotros, permítame extenderle nuestra más sincera felicitación por su ascenso a la presidencia de Walker Company, esta botella de champagne es cortesía de la casa El mesero que venía con el acerco a nuestra mesa una hielera con la botella - Muchas gracias – - Con permiso, que disfruten la velada – dijo sonriente y se retiró - ¿Presidente? – - Oficialmente desde hoy – - Felicitaciones Oliver, eso merece un brindis – Le hice señas al mesero y esté abrió la botella y nos sirvió dos copas - Gracias puedes retirarte – el mesero asintió y nuevamente quedamos solos - Por el nuevo presidente – dijo una Laila sonriente – que cada decisión que tomes sea motivo de éxitos - Gracias – dije correspondiendo su sonrisa y su brindis - ¿Sabes que más se merece? – negué con la cabeza – un abrazo – sonreí, puse la copa en la mesa y me levanté, ella me imitó y me abrazó Sus brazos rodearon mi cuello y los míos su cintura, su exquisito olor a lirios me llegó atrapándome, la suavidad de su mejilla contra la mía me envió escalofríos por todo el cuerpo, ella se separó un poco y para mi sorpresa, ahueco una de mis mejillas y me dio un beso en la otra. - Muchas felicidades presidente Oliver – dijo dándome una cálida sonrisa Sin poder contenerme baje mi boca a la suya y como la primera vez, ella me correspondió suavemente, mordí su labio inferior queriendo más y ella abrió su boca, deje que mi lengua bailara con la de ella unos segundos degustando el sabor de la champaña en sus labios, unos momentos más y usando todo mi autocontrol disminuí la intensidad hasta solo cepillar mis labios con los suyos, todo sintiéndose tan correcto. - ¿Atacando el postre primero señor presidente? – susurró en mis labios - ¿Estas prometiéndome tu boca como postre, pequeña? - junte mi frente con la de ella - No sé, tal vez – dijo separándose de mí, una sonrisa pícara iluminaba su rostro – pero primero debemos comer, ¿no te parece? - Por supuesto – dije retirando su silla para que se volviera a sentar y retomando mi lugar, disponiéndome a cenar con la bella mujer que me acompañaba.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD