LAILA
CAPÍTULO 18: VOLVIENDO A LA OFICINA
Luego de ponernos al corriente con los asuntos pendiente y asignar las citas del mes, las mellizas me dejaron sola en la oficina, mi celular sonó y vi el nombre de Oliver en la pantalla, no pude evitar que una sonrisa se extendiera en mi rostro.
Hablamos un poco y me invitó a la recaudación de fondos de la fundación de su familia, estábamos poniéndonos un poco melosos cuando entro Loren a mi oficina y no tuve más remedio que colgar
- Me encanta verte así de enamorada –
- ¿No crees que es demasiado rápido? –
- Cariño, en cuestiones del amor no importa el tiempo sino los sentimientos –
- Me siento en las nubes con el pero aun así siento miedo de dar todo de mí y nuevamente salir herida –
- Lali, estamos con vida, mientras estemos con vida siempre va a haber el riesgo de lastimarnos, no te dejes frenar por los miedos – Loren señalo el maletín que estaba en mi escritorio – hablando de miedos, ¿ya revisaste eso?
- No, iba a hacerlo apenas, ¿te quedas? –
- Siempre -
Abrí el maletín de Adolfo y adentro encontré los informes de los investigadores que habíamos contratado para seguir a mis padres y encontrar a mi hermanastro.
Había unas fotos que me llamaron la atención, reconocí al jardinero de mis abuelos que entraba a un centro de rehabilitación y luego estaba también saliendo de una tienda de comestibles junto a la antigua ama de llaves.
Le envié un mensaje a Adolfo preguntándole que significaba, en el reporte solo había datos de seguimientos, pero nada que me llevara a una teoría
- Crees que ellos planeen llamarlos al juicio? –
- No se Loren, pero no creo que sea buena idea –
- Yo creo que podría ser una buena idea -
Mi celular se iluminó dando paso a la llamada de Adolfo, conteste casi de inmediato
- Hola preciosa, ¿cómo te fue en tu cita romántica? –
- Hola precioso, me fue muy bien gracias por preguntar, y tú, ¿cómo estás? –
- No tan bien como tu claramente, ¿en serio lo llevaste al atelier? Apenas y me dejas entrar a mi allí - la diversión en su tono era más que palpable
- No puedo creer lo chismosas que son las mellizas y que tú las secundes – dije mirando a Loren quien se hacía una aureola con el dedo sobre su cabeza
- Oye no las culpes, merezco saber dónde está mi hermanita favorita las 24/7, ¿revisaste todo lo del maletín? –
- En esas estoy, pero me llamo mucho la atención las fotos de la señora Berta y el señor Leonard, que tienen que ver ellos en todo esto –
- Mis hermanos creen que podrían ser testigos de los malos tratos y el abuso que recibiste, además que podrían tener información sobre el paradero de tu hermano, los investigadores van a revisar hoy el centro de rehabilitación donde los han visto seguidamente –
- Loren cree algo parecido ¿Crees que Roman pueda estar en ese centro? –
- No lo sé cariño, esperemos a que me pasen el reporte ahora al finalizar el turno de la tarde –
- Esta bien, Adolfo, necesito otro favor tuyo –
- Lo que necesites preciosa –
- ¿Podrías investigar a Cordelia McGuire? – Loren me dio dos pulgares arriba
- ¿Por qué quieres investigar a la novia de mi asistente? Ustedes tres andan raras con ese tema, ¿qué tienen en contra de ellas? –
- Nada en contra de Sonia realmente, pero la tal Connie ha resultado una joyita y quisiera saber dónde estoy pisando ahora que estoy con Oliver –
- ¿Y el que tiene que ver en esto? –
- Resulta que era el prometido de Connie –
- Espera, ¿El que? No Laila, eso no es posible, Sonia y ella llevan años juntas –
- Pues si lo es, la tipa esta tenía engañado a todo el mundo, por eso quiero saber que esperar de ella, por cierto, Adolfo, Sonia va a necesitar unos días de vacaciones, terminaron y está bastante mal – Loren articulo un “maldita perra”
- Con razón se veía deprimida esta mañana cuando te dejé el maletín con ella, pero no pude preguntarle nada porque mis hermanos me tenían el celular encendido llamándome porque iba tarde –
- Como cosa rara en ti –
- Oye no fue mi culpa, ellos dijeron a las diez de la mañana y resulta que era a las nueve y eso que iba a llegar a las nueve y media para que no me dijeran que era impuntual –
- Los amo, son tan geniales jugándotela, pero en serio, cuando puedas habla con ella, creo que deberías darle unos días libres -
Si, tenía ganas de regalarle un fin de semana de spa para su cumpleaños, pero creo que se lo adelantaré –
- Eso sería genial, estaba realmente conmocionada –
- La invitaré a cenar también –
- Si no mal recuerdo les ayudaste con un apartamento costoso con opción a compra para que ella y Cordelia vivieran juntas, ¿verdad? –
- Si, me imagino que ya no vivirán allí y la verdad le p**o bien pero no tanto para que pueda costearse ese apartamento sola y encima pagar las demás cuentas, ahora que lo recuerdo, Finn estaba buscando uno, podríamos renegociar un subarriendo y conseguirle un lugar bonito para que pueda vivir tranquila –
- Eso sería excelente, Adolfo, oye ¿y tu nunca has intentado tener algo con ella? –
- Para ser sinceros cuando la conocí si, Sonia es hermosa y muy inteligente, pero desde un principio se interesó más por mi secretaria de ese entonces que en mis insinuaciones, así que lo dejé así –
- Entonces ella si es completamente gay –
- Si, lo es, hasta Colton se le insinuó y no le dio ni la hora –
- Confirmado entonces, es imposible decirle no a Colton – Loren puso los ojos en blanco, ella y Colton no se llevaban tan bien como nosotros
- Ja, ja, ja, gracias por lo que me toca –
Ambos nos reímos, sabíamos que Colon Latham, el menor de los Latham era un casanova empedernido que no sabía recibir un no como respuesta, además era un encantador nato, muy diferente a Finn, el mayor, que era un hombre muy reservado, muchos podrían decir que era antipático, era bastante tosco también y jamás se le había visto con mujeres al azar, siempre habían sido relaciones serias, aunque ninguna tan seria como para hacerlo llegar al altar a sus 32 años, según Adolfo, Finn le había confesado que estaba enamorado de Loren, pero ella no le daba ni la hora, Adolfo me lo contó una de las tantas noches que se quedó conmigo cuando estuve internada y yo nunca había abierto mi boca, porque sabía que si alguien estaba enamorada de Finn era Luisa, así que, en boca cerrada no entran moscas.
Mi celular sonó dándome a conocer que tenía otra llamada, miré en pantalla y era Oliver, mi sonrisa se amplió y el corazón empezó a latirme más deprisa, me sentí incluso nerviosa.
- Adolfo, hablamos más luego, me están llamando –
- Ah claro, aparece un príncipe encantador y ahora me cuelgas – dijo indignado
- No seas tonto –
- Y encima ahora soy tonto – dijo indignado que me hizo dudar si su molestia era real o no
- ¿De verdad te molesta que cuelgue? Porque si quieres le mandó un mensaje para que me llame más tarde –
- No mi niña – dijo en su tono de hermano mayor conciliador - tranquila, solo estoy bromeando, hablamos más tarde, te quiero hermanita –
- Yo a ti – dije más aliviada, odiaba hacerlo sentir mal
Colgué y mi teléfono sonó enseguida con una nueva llamada de Oliver, Loren levantó la vista de su teléfono y sonrió ampliamente
- Aaaww que tierno, prácticamente acabas de colgar con él y ya te está volviendo a marcar -
- Hola Oli – conteste ignorando el comentario de Loren
- ¿Ocupada cariño? –
- No mucho, estaba hablando con Adolfo sobre unas cositas –
- ¿Problemas con el juicio? –
- No, eso va bien, es más, parece que nos estamos acercando más a encontrar a Roman, estamos esperamos el reporte del cambio de turno de los investigadores –
- Ojalá que sean buenas noticias –
- Si ojalá –
- ¿Cariño, tienes planes para mañana en la noche? –
- No que recuerde –
- Hablé con mis abuelos y me pidieron que te invitara a cenar –
- Sistema correo de voz… -
- Laila, por favor no te niegues, te prometo que mi abuela no te va a tratar mal ni hacerte sentir incomoda –
- Oliver, esa promesa me la hiciste el día que nos conocimos y ya sabes cómo terminó todo –
- Si cariño lo sé, pero ese día no estuve contigo todo el tiempo, pero esta vez no te dejare ni un solo minuto, no dejaré que nadie te haga un desplante –
- ¿Y a qué horas seria esa cena? – pregunté resignada, Loren levantó la ceja izquierda algo molesta
- A las ocho –
- Esta bien, tú ganas, iré –
- Excelente, paso por ti a las siete a tu apartamento –
- Ok, te espero a las siete –
- Estaré contando los minutos, adiós mi hermosa –
- Adiós amor –
Puse mi celular en mi escritorio y miré a Loren que seguía viéndome con la ceja hasta casi el nacimiento de su cabello
- Que, porque me miras con tu cara de perra –
- No le basto robarte toda una noche y una mañana y ya te quiere robar de nuevo? –
- No me está robando si yo acepto ir con el –
- Da lo mismo –
- Me acabas de decir que el amor no tiene tiempos ni horarios y ahora me vas a hacer una escena –
- Se lo que dije y se lo que digo ahora, solo digo, prioridades – dijo señalándose a ella misma
- Tu y Luisa siempre serán una prioridad para mí, pero ahora tengo novio, así que si, saldré con el de vez en cuando –
- Vamos a tener que hacer un horario –
- No empieces Loren –
Me reí mientras ella seguía haciendo pucheros, recogí mis cosas y salí con ella de mi oficina, la esperé en la recepción mientras ella buscaba sus cosas y buscaba a su hermana, quien apenas me vio hizo pucheros también, claramente había sido informada de mis planes
- ¿Hoy también cenaremos solas Lali? – preguntó Luisa al verme
- No sean dramáticas chicas y no es hoy, es mañana –
- Ya nos cambió por el señor polla mágica –
- ¡Loren! –
Por más que trate de callarlas y que me dejaran de mortificar, ellas siguieron molestándome hasta que llegamos a nuestro apartamento, hoy les tocaba la cocina a ellas así que me fui a mi habitación mientras ellas decidían que hacer, me desvestí y me metí a darme una ducha, cuando termine me quede envuelta en mi toalla de baño mientras me acercaba al espejo, era tenue, pero podía ver las marcas de los mordiscos que me dio Oliver en el cuello, recordarlo me hizo sentir caliente de la mejor manera, había pasado mucho tiempo desde que me había sentido tan bien con alguien.
Después del desastre de infancia que tuve me había cerrado a los hombres y con Jackson si, disfruté, pero muchas veces disimulé y fingí orgasmos en pro de hacerlo sentir bien a él porque sabía que nada de lo que me pasaba por la cabeza en esos momentos era culpa de él, tontamente me encerraba en mí misma y no me había podido soltar realmente en el sexo.
Con Marcus, mi segundo novio y quien hubiera sido el padre del bebe que perdí, tampoco disfrute al máximo, duramos casi dos años juntos y un desbalance en mis hormonas hicieron el trabajo, tuvimos que terminar nuestra relación porque a ninguno de los dos le iba una relación a distancia y tampoco es que estuviéramos realmente enamorados, realmente creía que íbamos en serio que íbamos a casarnos y sé que el también sentía eso, pero hasta no tener esa noticia de su traslado no nos habíamos dado cuenta de lo mucho que nos estábamos forzando a estar juntos, él tampoco tenía un pasado muy bueno con las mujeres, afortunadamente pudimos terminar en muy buenos términos pero unas semanas después de que él se fuera descubrí el embarazo.
Perder ese bebé fue un baldado de agua fría espantoso y para Marcus también, su demora fue arreglar un nuevo traslado, pero no alcanzó a meter la solicitud, mi cuerpo rechazo el bebé, de vez en cuando hablo con él, somos amigos, estamos unidos a un nivel de dolor que solo entendemos ambos y espero que Oliver nunca me ponga problema por esa amistad porque es una de las pocas que no me gustaría perder.
Oliver había sido una sorpresa en toda regla, tantas primeras veces en una sola noche, tantas emociones, tantos sentimientos, fue una avalancha, estaba abrumada, pero feliz, extasiada como nunca me había sentido, estaba más que segura que estaba enamorándome sin remedio de mi presidente favorito.
El suave toque en mi puerta me sacó de mis cavilaciones
- Lali, ya está la comida – la voz de Luisa fue amortiguada por la madera
- Me cambio y bajo –
- Vale, no demores –
Tomé una bocanada de aire para reorganizar mis pensamientos, me puse un pijama de algodón cómodo, me peiné el cabello y me dispuse a ir a cenar en compañía de mis locas hermanitas.