Esto no es delicado, esto no es con amor, esto es sexo rudo, y sin ganas de querer suavizarlo. Aria me ha dejado sin palabras. Incluso, creí que me estaba retando nuevamente, para luego salirse con la suya. Joder Esta mujer está hecha una fiera. Gime sin vergüenza alguna mientras mi pene se entierra en ella. No soy delicado, y al parecer, ella tampoco quiere que lo sea, y es lo que más me prende. Me deleito a probar su preciosa piel con cada beso, cada lamida. La penetro más duro en cada estocada, nada más para oírla gemir una y otra vez. Aria oculta algo. Ella no es la mujer reservada que yo conocí. No soy un idiota, y estoy comenzando a atar cabos. Ella ha hecho más, mucho más de lo que estamos haciendo aquí. Llevo mi mano a su cuello, y ahí ejerzo presión. Arita abre su boca y lo