Llevo otro trozo de tarta a mi boca reflexionando en sus palabras. En parte tiene mucha razón, era lo que mis padres hicieron por mí por muchísimos años, pero me enseñaron de otra manera. —No con esto quiero decir que la mujer debe de estar de esclava en una cocina todo el día, por supuesto que no. La mujer debe de tener su tiempo para ella, y más si es una profesional como tú, con ambiciones y sueños por cumplir… el punto es que, si tienes una ayuda extra, aprovéchala, si no la tienes y te gusta hacer todo por tu cuenta, sigue adelante. —Concuerdo contigo. —Me pongo de ejemplo. Aprendí a cocinar de todo con los mejores chefs, pero me gustaba más mi trabajo, así que no me quejaba porque otro lo hiciera por mí en esta casa. Ahora, que prácticamente selecciono con cuidado mis clientes, pa