Mike Phill cada día se supera a sí mismo. Está loco, realmente está loco, y yo creo que yo estoy más loca que él, por excitarme con semejante declaración. El domingo cuando llegamos de Las Vegas, que estuvimos aquí con su madre a pasar la tarde él quiso tocarme con ella ahí. Me tomó por sorpresa y me negué, pero sus palabras me quedaron gravadas muy claras en mi memoria: cuando el momento llegue, actuar con normalidad. ¿Podré hacerlo? Espero que si… —Déjame decirte que te ves radiante y hermosa, Arita. —Gracias… —por más que no quiero, sus pequeñas muestras de cariño me desestabilizan el corazón—, tu mamá se encargó de todo. —Te dije que no tenías nada de que preocuparte. En realidad sí. —¿Se puede saber cómo es qué mi panti llegó a parar en el rostro de la estatua, Mike? Lo veo e
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