—¿Entonces a que se debe tanta ternura? —Ver tu rostro es algo que me conmueve. —No mientas. —No lo hago. Frederick estaba como suspendido en el tiempo luego de despertar y ver a Danielle de pie junto al marco de la puerta, mientras sostenía una bandeja llena de comida. Logró ver un vaso de jugo de naranja y aquello fue más que suficiente para que la deseada cerca. Esa niña pensaba en todo. —Lamento lo de anoche —Frederick no podía mirar a Danielle. —No se de que me hablas. —Si lo sabes, pero eres demasiado condescendiente conmigo. —Supongo que fue un error. —Eso fue…una bestialidad de mi parte. La noche anterior Frederick y Danielle habían cumplido con el compromiso de asistir a una gala benéfica. Estaba prevenido porque sabía que tendrían todas las cámaras y ojos puest