All in

1887 Words
En el póker está esta frase: "All in". En español y en modo villano, irse con todo. Es curioso cómo en la vida siempre vamos por las ramas, evitando el riesgo de enamorarnos, comprometernos o continuar creciendo. Es como si las experiencias de quienes nos rodean simplemente nos predispusieran a dejar de vivir. Para las que no me entienden, se los voy a poner así: hay gente que vive por años juntos sin casarse y son plenamente felices; lo tienen todo, la casa, el carro, los perros y los hijos, y hay otros que se casan y viven peleando cada segundo de sus vidas por exactamente las mismas cosas que el grupo anterior disfruta: la casa, el perro y los hijos. No hay un punto medio, simplemente tienes que arriesgar tu suerte, como en el póker. Yo había decidido evitar vivir, sentir y sobre todo amar porque me daba miedo poner mi corazón en el fuego. Yo de primera mano vi cómo mi padre, que amaba con todo su corazón a mi madre, se obsesionó con ella, con lo que vivieron, y no pudo salir de ahí. Se divorciaron y en lugar de rehacer su vida, él se quedó esperándola, ella cuidando atentamente de mí y se olvidó de vivir su propia felicidad. Por otro lado está mi madre, ella... para ser honesta, creo que no sabe por qué lo dejó, pero tampoco supo cómo volver, y como resultado, nadie ha sido feliz desde entonces. —¿Estás bien? —pregunta Ramón y me acaricia el rostro. En niveles de placer estoy bien, en niveles de dolor es soportable, así que estoy bien, y en niveles de ¿Qué puñetas acaba de pasar? Bueno... para eso voy a necesitar semanas. —Me tengo que ir —respondo y me pongo rápidamente en pie, me visto a tropezones en mi camino hacia la puerta y Ramón continúa acostado en la cama. —Esto no tiene que ser incómodo, nos conocemos de toda la vida, el sexo es natural y ha sido consensuado. —No me has preguntado. —¿Pero de qué vas? —pregunta indignado y toma asiento en la cama. —¿Greta...? —Ya, estamos grandecitos, no pasa nada. —No me gustó la insinuación, Greta. Es obvio que les vas a contar esto a mi prima y mi hermana, no quiero que suene como si viniera como un monstruo y te violé. —Ramón jala la sábana y se cubre con ella, vuelve a ver hacia la cama y encuentra una mancha, me mira y después a la sábana, yo aprovecho que está desvestido para salir corriendo hacia la habitación y encerrarme. Este hombre enojado puede ser un peligro y a mí las confrontaciones no me van, eso sí, atormentarle y pincharle me encanta, que sí, fue todo consensuado, desde el momento en el que nos besamos y se abalanzó sobre mí, ¿Pensé por qué no? Yo no me estaba reservando para Dios ni para un hombre en específico, me estaba reservando de la crítica y la pregunta: "¿Tú tan mayor y tan virgen?" Y ahora, solo... soy mayor, mujer y con kilos de más. Bueno… Ahora hay dos mujeres en el pasillo mirándose confundidas la una a la otra. Y es que la pobre Consuelo ha pensado un par de veces en bajar y pedir ayuda. Al final es Las Vegas y pensarán que anda en un disfraz. Lo que no le encantaría es que una foto suya aparezca en la portada de una revista de chismes porque ya no tiene dieciséis y aparentemente le gusta su trabajo como mujer ruda de negocios. Yo, ¿qué les puedo decir? No solo he salido de la habitación de su hermano, de la cual ella ha estado escuchando gritos, gemidos y ruegos de placer, sino que llevo la camisa al revés. Mi amiga contempla hacer preguntas, comentarios y chistes, pero niega con la cabeza y me toma de los hombros. —Dime que solo dejaste tu dignidad en esa habitación y no la llave. —Tengo la llave. —Gracias a Dios, abre. —Necesito esconderme de tu hermano. —Préstame algo, voy por mi llave a la recepción y un montón de alcohol. Abro la puerta de inmediato y las dos nos metemos en la habitación. Escuchamos los golpes en la puerta y la voz de Ramón desesperado. —Greta, por el amor de Dios, ábreme que no quiero hablar de tu coño en medio pasillo. —Su hermana abre la boca mientras busca algo en mi maleta y me mira divertida. —Greta abre de verdad, el violentado aquí soy yo. Por qué putas me das tu virginidad y luego huyes, merezco consentimiento para ese tipo de compromiso. No puedes follarme como una tigresa, diosa del sexo y luego sangrar. ¿Estás con la regla? Porque eso puedo entenderlo y casi respetarlo. —¿Estás con la regla?—pregunta mi amiga. —No escuches a tu hermano. —¿Le diste tu virginidad a mi hermano a los treinta y seis? Greta, esperaba eso de ti a los catorce no ahora, tronca. Ese debe estar lleno de papiloma, sífilis y gonorrea, seguro tiene sepas desconocidas por la ciencia. —Consuelo niega con la cabeza y añade:—yo no uso el mismo paño que él porque te aseguro que hasta su ropa interior es contagiosa. Los dos estaban hablando demasiadas cosas que debí pensar como que él es demasiado activo sexualmente como para ir uno y simplemente abrirse de piernas, ¿¡Se imaginan?! Mi primera relación s****l y contagio sífilis, jum... o algo detectable de manera tardía como.... VIH. Es que de verdad decidir para toda la vida o bien no es o mío. Él está afuera recitando su derecho de declinarse a tener sexo conmigo si soy virgen o si no, express como se siente robado y ofendido y su hermana suelta una carcajada. La joven me hace una seña para que me esconda en el baño y toma la tarjeta para ir recepción por la suya. —Ramón... —Le saluda. —¿Dónde está Greta? —Acabo de cagar, fue a recepción a traerme mi tarjeta, voy a buscarla. ¿Quieres venir y hablarle de tu polla hiperdinámica en el lobby lleno de gente. —Prefiero esperarla aquí. —No, Ramón. Greta es el límite, es mi mejor amiga, es la mejor amiga de Simoneta y es tu amiga de toda la vida. Te puedes sentir solo, puedes pensar que tus chicos te han dejado y tienen familias, pero destruir una a mitad de ños como la que compartes con Greta al final del día no te hará sentir mejor, te hará sentir como un ser despreciable. Ella le empuja y camina hacia el elevador, su hermano le sigue, pero cada uno toma un transporte diferente, el de Ramón lo lleva a los brazos de otro hombre de pecado por el sexo y una mujer, ramón ve a su cuñado y este lo ve a él. —¿Quieres ir a ponerte pedo? —Sí. —Sé que es tu hermana. —Es una zorra. —Es la mujer de mi vida, pero sí, es una cabrona. —Vale, en eso estamos de acuerdo. Vamos a beber y fumar y ver mujeres sexys que nos miente, pero al mismo tiempo nos digan la verdad —propone Ramón. —¿Cómo va eso? —Si estás pagándole a una mujer por sobarse contra tu ropa sabes que es mentira que la tienes “Uhh... súper grande” —los dos ríen y camina por el hotel en busca de información. Específicamente el stripclub más caliente y cercano. Mi amiga pidió una última cena, todos los postres, el alcohol y las chucherías que nos gustan, nos acostamos en mi cama con el aire acondicionado para ver la televisión y ser patéticas juntas mientras intentábamos contactar con Simonetta, la cual había llevado la fiesta que inició en el baño a su habitación, o sea, imposible que se acordara que teníamos plan de amigas. El que montamos Consuelo y yo era sexualmente deprimente. Yo había tenido el mejor sexo de mi vida y ella nada, lo cual es totalmente inusual para ambas. —Entonces... eras virgen. —Lo era... —Ya... y qué estabas esperando. —Nada. —Greta, trabajaste en Hollywood. —Como personaje cuaternario. —Trabajaste en teatro, construiste dos obras, cómo puedes no haberlo hecho. —Al principio estaba esperando la edad correcta, luego el hombre, y por último... pasó el momento. Pensé, bueno... ya no. —Greta, eres divertida, inteligente y sexy. —Lo sé. —¿Lo sabes? —pregunta. La verdad es que no creo nada de eso, creo que soy divertida, sé que soy inteligente, pero sexy, guapa o atractiva es algo que me llaman los demás por lástima... no digo nada más que sí, pero la verdad no me siento bonita. Con respecto a mi aspecto, solo me he sentido identificada una vez, y fue cuando de casualidad leí un libro y describían a la protagonista como fea por asociación. Según la descripción de aquella novela de supermercado, si eres baja, gorda y tienes un cabello normal, eres la amiga fea por designación y la vida siempre encuentra una manera de empeorar el asunto, sumándote a un grupo de dos amigas espectacularmente bellas según la ciencia y la sociedad. Por ejemplo, Consuelo siempre ha tenido ese cabello largo y ondulado en las puntas, es la más alta de las tres, es delgada pero con los suficientes atributos como para llamar la atención y tiene una sonrisa espectacular. Al igual que aquella protagonista, podría vivir siendo la amiga fea por designación, pero jamás sin ellas. —¿Por qué no estás con Manuel? —Le dije que era virgen al principio y hace aproximadamente dos horas le dije que no, que se cancela la virginidad y que ingresaba la putería, pero... está muy molesto y no quiere verme. —¿Se cancela la boda? —No sé... ¿Quiero realmente casarme con alguien que no me hace sentir esa pasión impulsiva por la que te arrancarías la ropa frente a un pueblo entero con tal de sentirle un solo segundo más, ese arrasador sentimiento del deseo, la pasión? —Comenta en tono preocupantemente dramático ese que eso era justo lo que sentían William y Simonetta, deseo arrasador, no imaginaban una vida fuera de la habitación, lejos de sus caricias, sus besos y sus ruidos, la libertad de estar el uno con el otro, de necesitar el tacto del otro para dar la siguiente bocanada de aire. La pareja se mira mientras se besan y continúan moviéndose al unísono, mientras se desata e placer inexplicable en igualable del orgasmo, mientras su cuerpo se llena de endorfinas que hormiguean mezcladas de serotonina, por su cuerpo mientras su cuerpo se relaja de nuevo. Consuelo intenta explicarme que no querría compartir su vida con alguien sin poder disfrutar de la intensidad de ese tipo de magia. Yo me lancé al vacío, alguien a la sinceridad y la otra definitivamente en brazos de la pasión.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD