¿Con quién r@yos me casé?

La más perra

Marita recordaba que las ventas y la crítica de la colección de pinturas de su esposo habían sido un fracaso, que habían invertido en una galería muy famosa para presentarse, que habían estado apretándose el cinturón porque para ella no era una opción correr hacia su papá cada vez que algo no iba bien, y que después de tres meses de flagelación y autocompasión que inundó la vida de su esposo y después se fue contagiando hacia sus hijos, después de meses de cargar Marita con todas las responsabilidades, criar casi sola a sus dos hijos porque su papá no salía del estudio de pintura en el tercer piso de su casa, la mujer subió con una cubeta, cepillo y un trapo. Le tiró el agua con jabón a su esposo y comenzó a tallarle con rabia mientras le obligaba a mantenerse despierto y a escucharle berrear.

—Amo a tu padre Ramón, pero no es fácil estar casada con un hippie. No es fácil amar al amor de tu vida. Consuelo y tú necesitan entender que su papá no es perfecto, es un hombre al que amamos con locura, pero se ha equivocado con el dinero, con el trabajo, con mujeres. Y me ha tocado muchas veces ser el hombre de la casa, la cabeza, el cuerpo, la mamá y en mi plan de sacar a la familia adelante he hecho todo, regañarlos a todos, ser enemiga número uno y mejor amiga. Me tocó criar al hijo de mi suegra, por eso, te crié para ser el hombre que soñé que alguien más disfrutaría, te di la oportunidad de disfrutar de una relación completa porque nadie tiene que formarte.

—Lo siento mamá.

—Mi amor, no hay nada que sentir. Nunca me burlé del arte de tu papá, siempre veo lo mismo —reconoce y Ramón se ríe. —Lo que quise decir es que puede fracasar, pero yo, como mujer necesito poder admirar a la persona a la que le entrego mi corazón. Mi matrimonio no puede funcionar sin admiración, respeto y apoyo mutuo.

Marita le hizo una seña a su hijo para que se acercara, le dio un beso y un abrazo largo y lleno de cariño, calor y amor.

—Eres hijo mío, no cometas mis errores, criar a un hijo no es lo mismo que criar a un esposo.

—Gretta se ha criado sola.

—Y en el fondo es una niña chiquita, escondiendo un matrimonio y una pareja.

—Es su peor trauma, no tengo miedo de ir despacio —Responde Ramón a la defensiva.

—Siempre he sido más dura contigo porque tú eres 100% yo Ramón, eres mi espejo y Consuelo la de tu padre.

Escucharon golpes en la puerta y dejaron pasar a Lina, la cual les preguntó si estaban bien con unos chilaquiles en sala verde.

—Suena espectacular.

—Mi hermana cocina exquisito.—Asegura la joven y Ramón se ríe, le da un beso en la mejilla a su madre y la toma de la mano.

Ramón se sirve un poco de café y se inclina para darle un beso en la mejilla. Los dos escuchamos a su madre entrenar a Lina para negociar su prenupcial.

Mi suegra tiene todos los puntos , le da una clase magistral; cuánto cuestan parir los hijos, cuánto de la casa debe ser suyo, si la custodia o sino, si viven aquí o en otro país, el impacto de la maternidad sobre su carrera, y me parece fabuloso, de verdad, me encanta que mi hermana cuente con esa clase de asesoría, pero para mí no tiene sentido.

— ¿Cuánto le amas? —preguntó.

— ¿De qué estás hablando…?

—Si mañana tienes un bebé y te pones gorda, con estrías, y tienes las tetas mojas de leche, no hay acceso a niñera, viven en una casa de un cuarto porque Rod lo ha perdido todo y papá me ha heredado todo el dinero. Si se presentan las adversidades, ¿Te quedarías?, ¿Es la persona a la que elegirías?

—Esa no es nuestra realidad.

—Vale, la realidad de la mitad de las esposas ricas de Mainvillage aquí, si tienes todo este dinero, este estilo de vida, la fama y el reconocimiento, pareja del año, siempre en la cima, los focos sobre ustedes, pero Rod tiene una amante, ¿Te quedas a pelear o haces maletas y te vas?

—Por supuesto que me voy, pero la diferencia es que no me marcho con las manos vacías.

—He vivido los mejores cinco meses de mi vida con Ramón, si mañana descubriera que tiene una amante, puede que le monte un espectáculo a cada uno, pero no voy a dejarlo de la noche a la mañana, lo que siento por él no se apaga con un botón.

—Son siete años de mi vida, Gretta, y estoy apostando por diez más, pero esto es un juego de poder y si mi marido o su madre sienten que estoy entrando débil, estoy sentando un precedente.

—Desde mi punto de vista, un prenupcial es como la firma del divorcio antes del matrimonio.

—Es un tema económico.

—Bueno, pero es un mal presagio.

—Lina, si lo amaras de verdad no importaría. Todo lo que ha pasado en los últimos días es porque quieres una boda, estás encaprichada con la idea de ganar, no con la de amar, y la verdad, esperaría que después de siete años y un anillo de compromiso, el hombre con el que te vas a casar hubiese enviado flores y chocolates, no un abogado.

—Esta es la vida real, no una de tus obras de teatro —responde Lina y se pone en pie—. Marita, ¿me acompañas a la oficina?

—Yo no me casaría —comenta su hermana gemela. —Gretta tiene razón, él asumió que ibas a quedarte. No me casaría por amor, si es por dinero, saca la mitad de todo, un millón por hora, solo así van a compensarte.

—No entiendo por qué les cuesta tanto a las dos apoyarme.

—No nos cuesta, a ti te cuesta ver que estás equivocada —comenta Rina.

—Tú llevas equivocada toda tu relación.

—Sí, pero abrí los ojos y estoy afrontándolo.

—Eso no quita que seas la amante de alguien y —Acusa a Rina e incluso mientras las palabras emergen de forma aireada e hiriente por su boca,Lina, sabe que ha dicho algo que nuestra hermana no quería que nadie más supiera. Como adicional busca la manera de herirme:—Tu estés llenándote la cabeza con cuentos de Adas, al final, todos terminamos como mamá y papá; entre los dos elijo ser ella.

¡Qué perra es!

Lo peor es que la crié yo.