Vidal es un hombre interesante, su vida está escrito para una comedia romántica, empecemos porque se enamoró muy joven de Francessca, su primera esposa, se casaron, tuvieron tres hijos y ella se cansó de que estudiara medicina, luego de su divorcio encontró a esta mujer maravillosa, una cantante, llamada Bella, mamá soltera, divertidísima y muy dulce, siempre y cuando pueda tenerle y ser libre al mismo tiempo y cundo el alcoholismo destruyó la poca paz mental de su familia, les abandono a él y a su hijastro de quien tuvo que hacerse cargo hasta que ella se rehabilitó y decidió llevárselo a otro país, se preparó como por diecisiete años para que su papá le dejase el imperio de familiar.
Nada en la vida de Vidal es pensó que sería, y la verdad, no le molestaba hasta que sentía que su falta de estabilidad estaba arruinando la vida de sus hijos.
Tessa tenía problemas alimenticios bastante serios, Xavier tenía problemas de ira y Anastacia su hija menor…tenía lo que parecía un cuadro ansioso.
Le dolía demasiado estar ahí sentado entre padres que podrían decir que sus hijas eran perfectas y sin dormir de defender realmente su hijo. Estaba pensando en como era la manera correcta de justificar la necesidad de tener sexo oral con dos compañeras en el baño del colegio, pero de verdad,no encontraba una sola manera de justificar a Xavier, su padre escuchaba al director y veía a su hijo impresionado por la magnitud de sus cagadas, este sería el segundo colegio del que lo expulsan en un año, y su exmujer estaba convencida de enviarle a un colegio militarizado.
—Buenas, perdón que llegue tarde—se disculpa Consuelo. —Cariño—saluda a Vidal. —¿Qué le ha pasado al niño?
Xavier ve a su padre divertido porque le parecía comiquísimo que viniera con toda la intensión de decir que el sexo era malo cuando su sabor del mes estaba ahí, en jeans ajustados, con ropa de marca.
—¿Señora Murdokmondragón, se le ha quedado algo?—Pregunta el director.
—No, no… estaba con mi pareja, conversando, ha sido su idea meter a las niñas aquí y escuché que algo va mal con su hijos. —Consuelo se gira hacia el adolescente.—¿Estás bien pequeño?—Xavier asiente.
—Su pequeño necesita que dos mocosas le soplen la polla.
—Está expulsado.
—¡No!—interfiere Consuelo. —No. Lo siento pero de nuestra parte no podemos aceptar ese castigo, no es la manera apropiada para educar a los niños.
—Señora Murdok, usted no es la mamá.
—No, pero, estoy preocupada por mi hijastro y su falta de educación s****l, los niños necesitan que les enseñen qué hay un lugar y un momento, la necesidad de protección. ¿Estabas usando un preservativo? Es ponértelo, pobres niñas han tenido contacto directo con su órgano reproductor masculino, ¿entienden los riesgos y las enfermedades? Este es el momento en que más necesitan educarse, imposible, ninguno de los tres puede irse a pensar nada en casa.
—Estoy de acuerdo—responde Vidal. —Voy a hacer una donación para iniciar un club de salud s****l, liderado y dirigido por ellos tres. Darán charlas semanales, abriremos una clínica de salud s****l aquí en el colegio y mandaré una enfermera para que asesore sobre contracepción y prevención e enfermedades de transmisión s****l, su activo será que todos sabrán qué han estado haciendo y vendrían todos los días a educar a sus compañeros sobre las consecuencias.
—Claro, no queremos una enfermera, lo queremos a usted, y tendría que pedir permiso a los padres y traer una propuesta formal. —Vidal ve a su hijo y asiente hacia el director.
Los otros tres padres parecen querer la cabeza de los Vidal, así como la de Consuelo, ella insiste en que ningún niño debería ser avergonzado por sexo y toda la sala se queda en silencio.
—¿Cómo se hicieron estos tres humanos si el sexo es inmoral y sucio?—pregunta Consuelo. —El sexo es saludable, cuando tienes la edad correcta, en un espacio apropiado, y sobre todo con la economía para afrontar sus efectos secundarios; un embarazo o los pinchazos de antibióticos y al carga emocional. A ver, yo tengo casi cuarenta y me arrepiento muchísimo de algunas parejas sexuales que he tenido y no me salió ningún brote herpético después fue emocional, el sexo no es malo es con quien lo tienen plan de vida se ve espectacular, es una tendtación tremenda, y parece que sabe una cosa o dos sobre portarse mal, pero les va a romper el corazón, las va a dejar sin lágrimas, las está poniendo a competir con su polla, nadie se merece tanta energía, ósea… no.
—Saquen ya a esta señora—pide la mamá de una de las niñas y consuelo toma su bolsa. —Ya me voy, me llevo a las niñas a comer, Tessa tiene un dolor de ovarios que se vomita y tiene diarrea la pobrecita. Me la llevo, y creo que deberían trabajar el autoestima de estos dos. ¿Hay psicólogo aquí cierto? Porque el eggo… de alguien no va a pasar por la puerta si no se lo cuidamos —comenta y le da una mirada a Xavier, Consuelo se despide agitando los dedos y Vidal no puede determinar si es su amiga o enemiga, pero los siguientes veinte minutos desea matarse porque no es opción desvivir al hijo que tanto deseó.
Vidal no sabía que decirles su hijo, no veía el punto de gritarle y mucho menos creía en la violencia física para educar, pero, era obvio que su hijo necesitaba una conversación con alguien apropiado.
Lo único que le ayudó a estar más tranquilo fue ver a Tessa sonriendo, su hija estaba riendo a carcajadas cuando finalmente llegó al restaurante, Vidal, le hizo una seña a su hijo para que le siguiera fuera del auto. El joven le siguió en silencio porque El joven le siguió en silencio porque lo último que quería era que su padre estallara en ira. Cuando llegó, vio a su hija con un montón de comida a su alrededor, Consuelo, y las niñas con un montón de pizza y ensalada.
—Hola.
—Pedí una pizza para Xavier, una sola para ti y pasta fresca en salsa de tomate —comenta y él le da un beso en la frente a su hija—. ¿Cómo fue con la expulsión?
—Bien, pero… habrá un castigo, monumental.
—Mamá está furiosa.
—¿Por qué eres tan chismosa?
—La madrastra de Lisa es amiga de mamá, le ha contado todo lo que ha pasado. Dice que esta vez te va a escaldar —comenta y sonríe—. Es más, te va a agarrar como a las papas calientes y va a quitarte la piel lentamente.
Vidal ve la cara de Alice y trata de reconfortar a la pequeña.
—No somos así, Alice, no maltrato a mis hijos, pero… tengo que hablarles y castigarles, tú deja de ser tan loca y chismosa, y tú, busca un intermedio, hijo, vuelve a tocarlas cosas que te gusten.
—Vuelve a pintar, papá.
—¿Pintas? —pregunta Consuelo.
—Somos los Vidal de las galerías —Responde Tessa.
—Ella no sabe nada de arte, más que hablar.
—No tengo habilidades pero tengo buen gusto —se queja—. ¿Papá?
—Eres… artística en tu propia forma. Eres supremamente inteligente, como yo y guapa.
—Estás pasadito… —Augusto aprieta la mandíbula y le da un golpe en el estómago pegado a su hijo o por debajo de la mesa.
—¿Qué ibas a decir?
—Estás preciosa, ¿sabes cuántas mujeres quieren todo lo que tienes? —pregunta su padre y Consuelo intenta no reírse.
—Literalmente eres mi papá, tu cerebro se alimenta de decirme eso. Y ya no se comenta sobre el cuerpo de los demás, flaco palo del culo sin chiste con pipí pequeño —Consuelo y sus hijas tienen que reírse por todos los insultos que ha soltado, ese que es comiquísima y demasiado dulce.
—Bueno, te voy a contar que a mí no me salían bubis y yo tengo un hermano gemelo insoportable, en la adolescencia él floreció y yo… me tomé más tiempo. Ramón me decía que tenía que hacer unos ejercicios y yo pasaba dándole a mis ejercicios, y comiendo todo lo que me dijeran, jarrete, huevo de tortuga, pollo en el desayuno… una cosa… tremenda. Me volví loca con mis comidas y los ejercicios, nunca me terminaron de salir. Yo hubiese sido feliz con tu cuerpo.
—¿De qué se conocen ustedes?
—Tu papá… fue mi médico y el de Alice.
—¿Cómo sigues, Alice?
—Bien, a veces me duele un poco la cabeza, pero todo bien, tomo té y unas pastillas que me da Consu y listo.
—Oye, Consuelo, yo quiero un celular —comenta Natalia y su madre la observa divertida.
—¿Yo quiero saber… no te enojes… si podemos tener un trabajo?—pregunta Mariana.
—Por supuesto que deben tener un trabajo y tu hermana para cubrir los gastos del celular que les voy a comprar para monitorearlas, sin embargo, ese celular tiene reglas.
—Te han llamado, Consuelo —comenta Xavier.
—Estamos adaptándonos, recientemente adopté.
—Me encantaría escuchar las reglas del celular.
—Oh… como es mío, viene con contrato, obvio, si lo pierden tendrán que pagar ese y el nuevo. Tengo que trabajar en detalles, pero, te mando la información en cuanto la tenga.
—Gracias.
—Papá este fin de semana las chicas pueden venir a casa y a estudiar. —Consuelo vio a sus hijas emocionadas y decidió no comentar sus planes, la joven vio a Alice apoyar la cabeza contra su costado, le acarició el pelo y le preguntó si estaba llena.
Ellas hacen planes entre sí y consuelo simplemente escucha lo que están hablando, su celular o deja de vibrar y Alice le pregunta porque no quiere contestar, Consuelo, simplemente lo deja sonar y llena a su hija pequeña de besos.
—¿Quieres que conteste yo?
—No, mi cielo, voy a apagarlo—propone la mujer y Vidal observa la tristeza en los ojos de Consuelo.
Vidal pudo leer el nombre masculino a pesar de lo rápido que Consuelo rechazó la llamada , la joven se quedó mirando con tristeza sus manos y élintentó descifrar cómo Consuelo pasaba de ser alguien con el corazón roto , volver y romper tan rápido, Vidal se consoló a sí mismo con la excusa que se inventaron los adultos después de tener un hijo, todo se hacía “en su nombre y su honor”, incluso arruinarles.
Dark, pero real…