Lo que ellos saben

2534 Words
Clarísimo está que mis amigas y yo somos gente divertida, pero ya puestos hasta aquí, deben estar preguntándose por el lado masculino de las cosas. Por ejemplo, ¿decirle a tu familia que llevas más de treinta años escondiéndote en un closet que has creado como si fuera el muro de Berlín, revestido con hierro, cemento y un montón de metal de púas para que nadie sospeche? Hablar de tu incapacidad para aceptarte y llenarte de amor, aceptar una parte de ti y respetarte, el autoestima le llaman, de una forma u otra. Los últimos meses para Manuel habían estado llenos de trabajo, y de esa forma lograba mantener el cerebro ocupado, la mirada baja. Él había perdido a su abuela, que no es que fuera una señora que le amara o le prefiriera, siempre era rápida en juzgar a todos los que la rodeaban. Pero al final de cuentas, al igual que Consuelo, él creía que tenía más responsabilidad en causarle un infarto que el ver a ella y a su hermano fornicando. Martín, simplemente estaba cansado del drama, porque yo no lo culpo. En su lugar, yo hubiese tomado una maleta, mi dinero y me hubiese internado en una selva a ayudar a tribus desatendidas con su causa por salvar la flora de la Amazonas. Eso suena a una responsabilidad enorme, todo el peso del oxígeno y el calentamiento global. Y si usted considera que salvar el mundo es complejo y básicamente imposible porque estamos acostumbrados a una vida contaminante, bueno, a él eso le parece más fácil que el tira y encoge con Consuelo. En la cabeza de alguien que no había recibido amor incondicional en mucho tiempo, en la cabeza de alguien que fue rechazado por su familia materna desde que se enteró que estaba en el útero de su madre, hasta el día que descubrieron que su padre era el prometido de su tía, él siempre se había sentido rechazado. Y de su historia con Consuelo entendía un par de cosas: la quería y la deseaba mucho más que a cualquier mujer. La persiguió hasta enterarse que su hermano estaba en medio y saldría lastimado. Sin embargo, la segunda cosa que entendía y la más importante es que Consuelo le había rechazado. Ella tuvo dos opciones, lo conoció primero, lo tuvo dentro de su cuerpo antes que a su hermano, y lo eligió a él. Eligió ser novia de Manuel, luego, eligió casarse con él, y para Martín el matrimonio es el sello de toda historia de amor profunda. Por último, estaba ahí gritándole que le amaba. Luego estaban metidos en el drama, comiéndose a besos, llenándose de promesas y de placer, y después de que su abuela le descubriera, Consuelo salió a defender y apoyar a Manuel, y estaba seguro de que no le amaba, pero sabía de todo eso que ella nunca le elegiría como la primera opción. Ramón, siente sus propias dudas, pero es obvio que no puede compartirlas conmigo. No quiere compartirlas con su padre porque él se las contará a su madre, y en esos momentos siempre viene bien un amigo, alguien que sanamente nos conozca a los dos y siempre va a velar por nuestros mejores intereses. Ramón había decidido invitar a Damian a comer después de mi arranque de limpieza y el desayuno que Ramón calificó como un desastre. Su amigo le vio divertido mientras caminaban por la ciudad y buscaban dónde almorzar, cuando eligieron un restaurante de carnes a la parrilla. Damian preguntó —¿Qué te preocupa? —Nada. —¿Es por Gretta? —No... sí, un poco, es como si le diera vergüenza. Siento que la estoy obligando a que esto sea algo temporal o que me lo inventé yo. —¿Quieres que te escuche o que opine? —Ambas. —Titi, es muy insegura de toda la vida. ¿Recuerdas cuando empezó a escribir? Pasó un año con un cuadernito que nos turnábamos, pasándonos capítulo y le daba vergüenza. ¿Recuerdas cuando empezó a actuar? Nos pedía que no fuéramos al teatro porque le asustaba. Gretta es muy insegura, es como pensar que es frágil, su inseguridad la hace distante. —Inalcanzable. —Mi esposa sufrió de abandono... —comenta Damian. —Y yo siempre he sido alejado, así que cuando tengo un problema me alejo. Un día volví a casa y Brenda estaba enojada, puteadísima, me gritó y me dijo que no podía irme, que no podía tener mi time out y que si me pesaban las bolas podía dormir en el sofá en la habitación de la par, la alfombra, pero ella no podía con la incertidumbre de no saber si estábamos bien o mal. Gretta, es una escritora, y una persona ultra estructurada de toda la vida, escucha con atención sus palabras, escribe sus propias instrucciones y trata de no poner pesos inexistentes. Lo más importante ahora es que disfrutes. —Gracias. —Y a veces cuando crecemos, por más que queramos a un amigo, hay que pisarle los frenos. —¿Lo dices por Leo? —Sí... —¿Qué sabes? —pregunta ramón extrañado. Que no es secreto que no me soporto a Leonardo, pero que creo que su la primera vez que Ramón entiende que hay una razón más allá, a que es un aborto “guapo” de media. —Nada, solo... escucha a Gretta cuando dice que es un poco cabrón con ella. —¿Qué ha pasado? —No fui al colegio con ustedes, solo he escuchado rumores, algunos desagradables. —responde y se encoge de hombros. —Es como Garret y yo, hemos sido hermanos por años y él la tomó fuertísimo contra Brenda porque no tenía dinero. Estaba convencido de que ella era una cazafortunas. —Si, Damian, pero cancelase a un hombre que es casa tu hermano, ¿no te duele? —Lo quiero, compartimos na historia, crecimos, hicimos dos vidas aparte, disfruto de su compaña, le quiero como a un hermano, pero la quiero más a ella. No quiero dejar de lado a William, quien para empezar tiene un hijo enfermo, nuevamente, y él ha acordado con su expareja después de horas de gritos y cuestionamientos por parte el uno del otro, ver juntos a una psicóloga para intentar entender cómo el casi perfecto que tenían hace dos años parece haber desaparecido del planeta y se ha convertido en esta especie de ser que desconocen. Camila pone al día a la especialista con lo básico, le explica que su hijo es producto de una relación que iniciaron demasiado temprano en sus vidas, cómo han luchado por mantenerlo bien económicamente, académicamente y sobre todo de forma emocional. Wallace igualmente ha estado rehabilitándose por abuso de sustancias, alcohol, además de ser un estudiante de honor, ahora con esfuerzo llega al promedio y no hay manera de avanzar. —¿Es así la historia? —confirma con William, quien asiente. —Parcialmente. —¿Parcialmente? —preguntan ambas mujeres. —Sí, olvidaste decir que, en cuanto te casaste, limitaste mis visitas con mi hijo, que después de enfermara lo internaste y no me incluiste en el proceso, y que ahora vive conmigo unos cuantos días a la semana, pero aprovecho los días contigo para hacer y deshacer. —Estás sugiriendo que mi matrimonio es lo que tiene a nuestro hijo descolocado. Porque yo me casé después de un noviazgo de nueve meses, estar prometida por seis meses más, mi hijo conocía al que sería su padrastro, no como el papá, que se ha casado recientemente, y ha decidido que todos nuestros acuerdos previos no son lo mejor para dar paso a su nueva esposa. —¡Camila, así no fuero las cosas y lo sabes! —William, te limité porque estabas demasiado distraído, llegabas tarde por el niño, cuando querías, a veces no avisabas que no irías cuando te tocaba y a mi marido le molestaba impresionantemente. Necesitas entender que mi prioridad es William y en esa época estabas saliendo con esa Yelina, la mujercita stripper, es que no te ayuda. —Con eso se pagaba la carrera de leyes, Camila. —¿Entonces ahora vives con Yelina y con Wallace cuatro días a la semana? —Me casé con Simonetta hace tres meses, y desde antes de casarme mi hijo estaba produciéndose una pancreatitis, luego se escapó de su casa, bajón de nota, es que son un incendio y además, mi hijo y mi esposa tienen una buena relación. Wallace incluso llama abuelos a sus padres. —William, tu hijo tiene dos papás y un par de abuelos —William escuchó el dolor en la voz de su expareja y recordó cuán sensible era para ella que sus padres les abandonaran cuando ella quedó embarazada, y todavía era imperdonable que renegaran de Wallace. Los abuelos maternos de su hijo habían sugerido a Camila que les diera el bebé a los Donelly y ella renunciar por completo al niño. Es obvio cuál fue la elección de Camila y es obvio que imaginarse a Wallace con toda una familia nueva le pareciera doloroso. Will le tomó de la mano y dijo. —Para mí es importante que Wallace se lleve bien con Simonetta y su familia. Mi suegro le ha tomado cariño y mi suegra y él discuten temas afines. Yo tengo una nueva familia, pero no estoy cancelándote como mamá de nuestro hijo, no prohibiéndote verle, no quiero sacarte de la ecuación, es solo que nuestro hijo está haciendo cosas sumamente autodestructivas y sino hacemos algo ahora terminará mal. —Define la autodestrucción. —Mi hijo pasó de usar drogas, a alcohol hasta quemarse el páncreas, ahora tiene sífilis y mañana puede que se lance de un puente y no todo es culpa mía, no quiero ser grosero, pero mi hijo no se lleva para nada con su padrastro y su familia racista. —Nadie nunca ha maltratado a Wallace en la familia de mi esposo, William. —Ok, los dos quieren tiempo con su hijo, los dos quieren ser buenos papás, los dos quieren que comparta saludablemente con sus parejas, los dos quieren detener esta conducta, pero necesitan trabajar en ustedes un poco. —Yo estoy súper bien, mejor que nunca —responde William. —Sí, para Navidad le vamos a dar el título de papá del siglo —responde su exmujer y los dos ruedan los ojos. —Entonces, los dos, ¿en quince cuándo te vea a Wallace? —confirma la doctora. —Yo tenía quince, ella dieciséis, y la pastilla falló. —Los condones nunca estuvieron presentes —responde Camila, la doctora asiente. —¿Cuántos meses fueron novios o estuvieron enamorados? —Ocho meses de novios, cinco años juntos, dos más entre sí y no —responde William. —¿Entonces no siempre se han odiado a muerte? Hubo amor, respeto y hay un hijo, ¿por qué no partimos desde lo que tienen y desde lo que quieren hacer y pensamos solo en la parte buena de su relación cuando se decían te amo y creían que iban a estar juntos toda la vida, cuando decidieron juntos que sí serían padres de un bebé precioso, que les da dolores de cabeza, por qué no llegamos a concesiones. —Estoy de acuerdo, lo que pasa es que William, siempre toma decisiones unilaterales. —No siempre, es que esta es mi vida, Camila, la estoy usando, no puedo dártela en un 100%, tengo que vivir un poco, tengo derecho a rehacer mi vida, encontrar una persona que me hace replantearme las cosas, que es buena, que me quiere, que quiere a nuestro hijo como si fuera suyo. ¿Por qué todo lo que hago está mal? —No quiero echarte la culpa de todo lo que pasa, pero haces cosas que nos afectan a los tres. —Casarme te afecta a ti. —No, tu ausencia William, básicamente te fuiste a perseguir una carrera, pasaste de Wallace, de mí y de todos, y ahora, si al señor se le ocurrió que él puede ser mejor papá que todos, y se lo lleva con él, eso no es justo. —Me explican esa parte de la historia. —Cuando dejé a mi novia adolescente embarazada, tomé un trabajo en la finca de chanchos de mis padres, iba por las noches a trabajar, en la mañana a estudiar y en las tardes boxeaba contra pros para ganarme dinero y mantenerla a ella, y a nuestro bebé, así los siguientes tres años. Cuando me gradué del colegio me salió la oportunidad de boxear profesionalmente, empecé a competir, y empecé a ir bien. Nos compré una casa, un auto, guardé para el futuro, seguí boxeando y me dieron una oportunidad de entrenar fue al del país, seis meses, en Estados Unidos, con un entrenador top. Ya habíamos terminado, así que propuse pagar los boletos de avión para el niño, y ella dijo que no, su madre se negó muchas veces cuando vine, se aseguró de decirme que era mi turno de ver a mi hijo. —Me estás vilipendiando, el niño sufrió William, para todo, nos dejaste y luego te fuiste del país. —Ni siquiera te dejé a ti, Camila, seguí pagando tu comida, te dejé en la casa en la que vives con tu esposo, te dejé todo, los visitaba, iba los domingos a comer en familia, simplemente no podía. No quería vivir con celos y majaderías, te quiero un montón, pero somos como una taza rota y por peor que le pongas no vamos a volver a estar como al principio porque la fuimos cagando. —Ya nos queda poco tiempo pero me gustaría trabajar con ustedes juntos cinco sesiones, una sesión adicional con sus parejas, voy a escuchar la versión de Wallace de todo esto y ver qué tanto me necesita o no. Creo que el primer paso es buscar la estabilidad de Wallace y eso significa preguntarle en cuál casa se siente más cómodo, por más doloroso que sea, que quiera estar con papá cinco días a la semana, cinco serán por ahora, luego, es importante trabajar en su relación con su padrastro y con su madrastra quiero que cada uno elija un rol para su pareja dentro de la vida de su hijo, un rol permanente, que Wallace pueda disfrutar, con el cual sus otros papás no se sientan ofendidos y con el que ustedes mismos se sientan cómodos. Por ejemplo, Simonetta va a ser quien se encargue de recogerle todas las tardes y su padrastro de dejarle todas las mañanas, eso para ir generando un vínculo, su padrastro evidentemente no son gente planeada para ser temporales porque están casados, pero lo más importante es que Wallace se sienta amado y escuchado, respetado y entienda que no se van a ninguno de los cuatro. Ustedes dos están resintiéndose demasiado y necesitan trabajar individualmente, eso en orden para criar efectivamente a su hijo, el cual ha estado escuchando quejas y molestias por años, podemos no pelear hasta que vea a Wallace? —los dos se comprometen a ello, pero la terapeuta sabe que lo mismo que ustedes y yo, es imposible.
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