Después de oír a Katherine, molesta, Aixa volvió a sentarse con una gran cara amarga, por no darle importancia y tener que quedarse.
Ella estaba muy molesta conmigo. Jack y los demás reían en silencio, al ver el rostro molesto de Aixa.
Sin embargo, Abby y Jessica estaban felices por estar cenando, todos juntos en un buen restaurante, como en los viejos tiempos.
En un momento de descuido, Abby se abalanzó hacia mí, delante de todos, y me besó muy apasionadamente.
Todos conocemos los prejuicios de las personas cuando ven algo que creen que no es correcto, solo porque un libro y algunos líderes religiosos o políticos lo dicen.
A mí no me importaba lo que dijeran, pero Aixa y las demás molestaban todo el tiempo, diciendo que solo debía estar con una de ellas, a los ojos de todos, para guardar las apariencias.
Al ver esto, el joven enamorado de Aixa se sobresaltó rápidamente.
Al ver a Abby besarme, corrió desde su mesa, muy molesto, para regañarme por lo que había visto.
Al llegar a nosotros, él joven miró a Aixa con decepción en los ojos y dijo: "Aixa, ¿cómo puedes permitir que este sujeto tan despreciable te engañe libremente, delante de ti?". Aixa estaba completamente avergonzada.
Ella estaba por decir algo cuando el sujeto me tomó de la ropa y gritó: "¡Maldito! ¿Acaso sabes lo que yo daría por que Aixa sea mi esposa? Ella es una mujer increíble; tú no la mereces. Vete de aquí antes de que te haga echar a patadas".
Yo no estaba sorprendido por su arrebato. Al verlo desde el inicio, supe que él moría de amor por Aixa.
Ella era muy lista e increíblemente hermosa; quién no se volvería loco por ella.
Así que no podía culpar a este pobre idiota por enloquecer por ella. El problema es que ahora él estaba atentando directamente contra mi físico y tendría que ponerlo en su lugar si no me soltaba.
Cuando estaba a punto de decir algo, Aixa gritó muy fuerte: "¡Benjamin, suelta a mi esposo ahora! ¿Quién te dio el derecho de intervenir en mi vida? ¡Lárgate a tu asiento y déjanos en paz!".
Después de oír a Aixa, Benjamin soltó mi ropa.
Él estaba muy sorprendido por lo que sucedía. ¿Cómo podía ser posible que alguien tan inteligente y hermosa como ella estuviera bien con un hombre tan promiscuo y pecador como yo?
Después de soltarme, él simplemente bajó su cabeza y dijo: "Lo siento, Aixa; creí que no estabas de acuerdo con lo que sucedía y que este idiota te amenazaba, por eso soportabas lo que estaba sucediendo. No volveré a intervenir a menos que me lo pidas".
Después de sus palabras y sus arrebatos, las preguntas llegaron. Pero, para sorpresa de todos, las preguntas no eran mías.
Katherine fue la primera en enfrentar a su madre: "¿Mamá, por qué este tipo cree tener derecho a intervenir por ti? ¿Acaso engañas a papá con él?".
El rostro de Aixa estaba lleno de asombro por lo que oía.
Pero eso no fue todo. Tayler también aportó lo suyo: "¿Mamá, lo que Katherine dice es verdad? ¿Acaso es por eso que no quieres que papá llegue al hospital? ¿Este hombre es tu amante?".
Benjamin estaba sorprendido por las palabras de los niños.
Máx no se aguantó más y empezó a reír a carcajadas.
Claro que Alice se molestó con él por reírse. Ella estaba por quejarse cuando el pequeño Vincent dijo: "Tía Aixa, no engañes a mi papá como mi mamá con el tío Máx. ¿Acaso no ves que ahora mi papá no le hace caso a mi mami? Él la odia y también te odiará a ti si le haces lo mismo que ella".
Máx y Alice casi cayeron de espaldas al oír a Vincent.
Estaba claro que los niños crecieron y había muchas cosas que empezaban a notar. La curiosidad de los más pequeños empezaba a surgir, y aunque eran muy listos, había cosas como éstas que debíamos hablarles.
El rostro de Jack y Jade se puso rojo al oír la voz de Wendy: "Tía, no molestes a papá. Él puede ser muy malo a veces, pero te ama. Si él se marcha por tu culpa, te voy a odiar, ¿oíste?".
Los rostros de todos estaban rojos; algunos de vergüenza, otros de odio. Mientras que el mío estaba lleno de grasa. Yo seguía comiendo sin prestar atención a lo que los mocosos decían.
La pequeña Aurelia, después de oír a Wendy, empezó a llorar.
Ella saltó sobre mí, sorprendiéndome. Luego, desde mis brazos y entre llantos, decía: "Tía Aixa, si mi papá se va por tu culpa, también te odiaré. ¿Por qué quieres dejarme sin mi papá por un hombre tonto como este?".
Después de oírla, la abracé y empecé a reír a carcajadas.
Limpié mi boca, bebí algo de vino y luego dije: "Niños, dejen en paz a Aixa. Ella tiene derecho a elegir con quién compartir su vida.
Si ella quiere estar con este hombre, puede hacerlo. Claro que tendría que separarse de mí antes; ella no tiene permitido tener amantes. Sabe bien que si la descubro, mataría a su amante y luego le enviaría pedazos de ese hombre todas las navidades".
Jhon empezó a reír después de oírme. Él miró a Aixa y dijo: "Jefa, estás en problemas; espero que puedas salir bien librada de esta".
Aixa y Lucía miraron a Jhon y al unísono dijeron: "¡Cállate, Jhon!".
Después de oírme, Benjamin quiso sacar ventaja y dijo: "Aixa, ¿por qué soportas todo esto? Este asqueroso ser tiene varios hijos con otras mujeres. Yo te daría mi vida solo a ti, si me lo permites".
Aixa sonrió al oír a Benjamin y dijo: "Benjamin, hay cosas que no entiendes. Pero si llego a separarme, serás el primero en saberlo. Ya que, pese a criar a mis hijos con mucho esfuerzo y dolor, parecen elegir a su padre. También tengo sobrinos muy chillones que no dejan de molestar, y a mi esposo parece no molestarle que me vaya; así que tal vez algún día lo haga".
Todos quedaron sorprendidos por sus palabras. Benjamin tenía una enorme sonrisa en el rostro; él creía que Aixa le estaba dando esperanzas de que algún día estarían juntos.