La Traición del Alfa

Capítulo 2

–Es el Rey Alfa.

–El Rey Alfa está aquí.

–¿Qué le sucedió? Vean como viene.

–Parece que algo le sucedió.

Esos eran los murmullos que se escuchaban mientras todos se inclinaban cuando Lucián pasaba frente a ellos, no veía a nadie, estaba sin camisa, sucio con los músculos tensos y su presencia emanaba un aura atemorizante, sus ojos dorados iban directo a Skyler, siempre que la veía estaba feliz, pero está vez no había ningún rastro de felicidad.

Skyler sintió el aroma de Lucián y cuando se dio la vuelta lo miró, primero estaba sonriendo, feliz de que finalmente él hubiera llegado a su lado, pero cuando él se acercó y vio su aspecto su sonrisa desapareció.

–Rey Alfa, ¿qué le ha sucedido? – preguntó Skyler cuando se acercó levantando su mano para tomarlo del rostro, pero él le sujetó la mano con firmeza.

–Dime que no es cierto.

–Me estás lastimando, Lucián –expresó ella al sentir la presión en su mano, incluso su loba estaba atemorizada por la forma en que Lucián las veía –. ¿Qué está pasando?

–Ya debes de saberlo –gruñó al soltarla y le dio un leve empujón.

Todos alrededor los estaban viendo, Skyler se dio cuenta que estaban llamando la atención, Lucián estaba demasiado alterado y necesitaba tranquilizarlo, seguramente lo podría hacer en privado, ella era su paz, su centro, nunca habían discutido incluso desde antes.

–Lucían, deberíamos ha…

No pudo terminar de decirlo porque él levantó su mano y le dio una bofetada en la mejilla, el sonido se escuchó en toda la sala, eso fue una sorpresa para todos, incluso para ella, Skyler retrocedió, con la mano temblorosa se tomó el rostro, las lágrimas salieron por sus ojos, le costaba respirar, su loba estaba sollozando por dentro, no sabía qué hacer, no podía moverse, Lucián nunca la había golpeado, no peleaban, no la ofendía y mucho menos la había tratado mal en toda su vida, todo esto no pasaba ni en sus peores pesadillas.

–No me vuelvas a dirigir la palabra, mald*ta traid0ra.

–¿Qué?

Los murmullos se escucharon en toda la sala, cuatro ancianos entraron y se detuvieron frente a Lucián.

–Estamos aquí, Rey Alfa, justo como lo pidió.

Skyler los reconoció, eran los ancestros de la manada, eran convocados cuando algo grave pasaba en la manada y ellos debían aprobar una decisión difícil.

–Lucián, ¿qué pasa?

–Sabes bien lo que sucede –exclamó él y alzó la voz –. ¡Ella! ¡Su Reina Luna ha traicionado a su manada! Hemos tenido una batalla en la frontera contra los brujos, ellos sabían cómo entrar, quitaron el muro, pasaron nuestras defensas, llegaron a dañar una parte de la ciudad en dónde mi hermano Garry perdió la vida, aún así logramos detenerlos y cuando seguimos sus pistas para saber cómo llegaron a obtener los conocimientos de nuestra manada, las pruebas nos llevaron a la Reina Luna –señaló a Skyler –. Por eso yo, Lucián hoy rechazó a Skyler como mi Luna y compañera destinada para siempre.

Todos se quedaron asombrados de la situación, los murmullos se escucharon, los ancianos ordenaron que todos salieran y pidieron guardar la calma, intentaron interceder, eso no había pasado nunca, una traición, un conflicto entre los líderes, un rechazo entre la pareja destinada de reyes, un caos en la manada.

–Rey Alfa, la acusación que está haciendo es demasiado severa.

–Lucián, eso es mentira, yo no he hecho nada –sollozó Skyler, no entendía lo que estaba pasando, justo esta mañana estaba entre sus brazos y ahora la había golpeado, su cuerpo estaba temblando, le dolía cada uno de sus huesos, su loba estaba desgarrada por dentro por el rechazo.

–Mald*ta mentirosa –le gruñó –. Ella los guió, le dijo como hacerlo, tengo las pruebas y la quiero fuera de aquí, ¡AHORA!

–Rey Alfa, debe entender que tenemos reglas para eso, debemos analizar las pruebas y luego dictar una sentencia.

–No la soporto un minuto más aquí –gritó Lucián y luego se dirigió a Skyler –. Acepta el rechazo y vete de la manada.

–¿Irme? –sollozó ella.

Eso era aún peor.

Irse.

¿A dónde? Ella solo conocía a la manada, ahí había crecido, ese era su hogar, su destino, no conocía nada más.

–Rey Alfa, lo mejor es que se sigan las ordenes, si tiene razón y la Reina es culpable será ejecutada.

¡Ejecutada! Ahora estaban hablando de quitarle la vida, Skyler no quería m0rir. Ella podía esperar a que comprobarán las pruebas, no era culpable de nada, no sabía que estaba pasando, ni por qué su compañero de toda la vida la estaba tratando de esa manera, estaba segura que ella jamás haría nada en contra de su manada, pero si Lucián, su pareja que la conocía tan bien, no le creía, nadie más lo haría, ahora no podía demostrar su inocencia.

“No lo hagas, espera las pruebas” le rogó su loba.

“Nadie me creerá y estaremos muert*s antes del amanecer” le aclaró Skyler.

“Skyler, si me dejar hablar con ellos”

“No hay tiempo, Zita”

Entonces se limpió las lágrimas y se levantó del suelo con el cuerpo tembloroso.

–Yo Skyler acepto tu rechazo como mi Alfa y compañero de vida, Lucián.

Sintió agujas clavándose por todo su cuerpo, se preguntó si Lucián estaba sintiendo lo mismo, si lo hacía, lo disimulaba bastante bien.

–Reina Luna –murmuró uno de los ancianos.

–Es culpable –señaló otro –. Si ha aceptado el rechazo es culpable y debemos aplicar las reglas.

–Que se largue de aquí –contestó Lucián –. Ya no somos pareja, quiten la bendición de unión y Skyler queda oficialmente desterrada de la manada.

–Rey Alfa, esas no son las reglas.

–¡No la quiero aquí! –gritó Lucian.

Si la tenía un segundo más al frente se iba a arrepentir de todo, estaba seguro que la perdonaría, era capaz de todo por ella y por eso quería que se fuera, los ancianos temieron y se aproximaron a Skyler.

–Lo siento, Reina Luna –le murmuró uno de ellos antes de hablar –. El día de hoy, quitaremos la bendición de la unión de los reyes, Skyler hará entrega de su título de Reina Luna de está manada y líder de las otras Lunas de las otras manadas por traición a su imperio, ¿lo acepta?

–Sí.

–¿Aceptas que has fallado como nuestra Reina Luna? –repitió el otro anciano.

–Sí.

–¿Aceptas que fallaste y rechazaste a tu compañero el Rey Alfa?

–Sí.

–¿Aceptas que has traicionado a tu reino y serás exiliada para siempre? –preguntó el último.

–Sí –sollozó Skyler, ya no podía mantenerse en pie, le dolía cada parte de su cuerpo.

–Por el poder que nos ha sido conferido, te rechazamos como nuestra Reina Luna, como pareja de nuestro Rey Alfa y rechazamos tu presencia en esta y otras manadas para siempre –hablaron los cuatro al unísono.

Skyler sollozó al escucharlos, su corazón se estrujó con cada palabra, sus ojos estaba fijos en el suelo, su loba en el interior se retorcía del dolor, su mente era un caos, no escuchaba nada.

–Al menos puedo ir por mis cosas –suplicó.

–¡No te mereces nada de nuestra manada! –le gritó Lucián –. ¡Guardias, sáquenla de aquí!

Dos hombres llegaron, se disculparon con ella y la tomaron por los brazos arrastrandola por todo el reino hasta llegar a la frontera, nadie sabía lo que estaba pasando, sus padres la vieron siendo llevaba por los guardias, preguntaron desesperados qué estaba pasando, el rumor llegó rápido en respuesta, Skyler era exiliada por traición, muchos la observaron siendo llevada a las orillas de la manada, solicitaron permisos, los muros fueron abiertos, los vigilantes se hicieron a un lado y cuando llevaban una buena distancia lejos de la frontera dejaron a Skyler en medio del bosque.

–¿La dejaremos aquí? –dudó uno de los guardias mirando la densa oscuridad.

–Es lo que merece por traidora.

–Pero…

–Déjala, Roch, son las órdenes.

El lobo era joven, lo habían criado para cuidar a sus superiores, especialmente a las lobas de su manada, miró a Skyler indefensa y sollozando, su cabello largo y castaño, su vestido rosa que ahora estaba sucio.

–¡Roch! –le gritó su compañero.

–¡Ya voy!

Buscó rápido entre su cintura el cuchillo más grande y se lo extendió a Skyler, sus ojos dorados lo vieron en medio de la oscuridad.

–¿Qué?

–Cuídese mi Luna –le pidió al dejarle el cuchillo en la mano y corrió de regreso a la manada, no podía hacer más por ella.