Capítulo 1
La vida de Skyler era perfecta, ella sabía perfectamente su propósito en este mundo desde que nació, al menos tenía esa convicción hasta que su esposo y compañero el Rey Alfa la desterró por traición.
…
Skyler se encontraba en su cama, el sol había iluminado parte de su habitación, empezó a tomar conciencia que debía levantarse y cuando intentó moverse unos brazos grandes y musculosos la devolvieron a su lugar, sonrió al sentir aquel cuerpo cálido y el aroma de Lucián, su compañero y esposo desde hace tres años, él aún tenía los ojos cerrados.
–Buenos días, mi Rey Alfa.
Lucián soltó un ronroneo cuando se acercó aún más y se inclinó a besarle el cuello, Skyler sabía que le encantaba cuando le decía así sintió la ligera caricia sobre su piel que llegó directo a su vientre.
–Es tarde, debemos cumplir nuestras responsabilidades.
–No le pasará nada a la manada por unos minutos.
–Nunca son unos minutos –le recordó ella.
Lucián ya estaba encima de ella cubriendola por completo con su enorme cuerpo, no iba a salir de ahí y lo sabía, la beso en los labios, la mejilla, bajó por al cuello mientras acarició su piel, Skyler empezó a moverse excitada por aquel toque, él sabía cómo provocarla.
Lucián y Skyler se conocían de toda la vida, ellos crecieron juntos, sus padres los educaron para ser el Rey Alfa y la Reina Luna de la manada Norte de los lobos. Cumplieron su destino cuando a los dieciocho años descubrieron que eran pareja y se unieron, la madre de Lucián le enseñó a Skyler como ser la mejor Reina Luna de la manada, hasta ahora los lobos tenían el territorio más grande en todo el mundo y había sido gracias a sus costumbres, unión y solidez, Lucián y Skyler llevaban dirigiendo la manada por casi tres años.
La puerta se escuchó, Lucián lo ignoró y continuo acariciando a su compañera, pero entonces el teléfono en la habitación empezó a sonar, parecía una urgencia, se separaron, Lucián fue hacía la puerta y Skyler contestó el teléfono, la noticia era la misma estaban atacando la frontera de la manada..
Skyler se alarmó, pero Lucián parecía tranquilo, se acercó a tomar algo de ropa y le dejó un beso en la frente.
–Lucián, no vayas.
–Estaré bien, volveré más tarde –le dijo antes de salir.
Pronto apareció Oksana, una omega que servía principalmente a Skyler, siempre estaba cerca de ella.
–Luna debemos cambiarla.
–Gracias Oksana.
Oksana se acercó y le ayudó a bañarse, siempre era su trabajo tallarle la espalda, lavarle el cuerpo, cambiarla, cepillarle el cabello, la Luna debía estar presentable y era su responsabilidad servirle, después de todo Oksana era casi humana, nadie creería que pertenecía a los lobos si no fuera por sus padres lobos, pero Oksana no había sido bendecida por un lobo como sus reyes, pero si le dieron el honor de servirle a la familia real y trataba de cumplir su trabajo a la perfección.
–He ordenado el desayuno, estará listo en cuanto llegue –mencionó cuando le cepillaba ese largo y abundante cabello castaño, por momentos miraba los ojos dorados de Skyler, su loba estaba alerta, seguramente porque el Rey Alfa estaba afuera –. Yo me quedaré a ordenar su habitación.
–Mejor iré a la oficina –contestó Skyler –. No puedo comer cuando sé que Lucián está fuera en una batalla.
–El Rey Alfa es fuerte –le aclaró Oksana –. Y recuerde que usted debe cuidarse para los futuros herederos –le insistió –. Sus padres le harán compañía, los he llamado, no quiere preocuparlos, ¿o sí?
–No –contestó –. Está bien, iré con ellos.
Oksana conocía perfectamente a su Luna, le había servido desde que eran pequeñas, Skyler pertenecía a la familia Real y se hizo amiga de Oksana o al menos eso creyó la omega porque pronto descubrió que había sido asignada como su sirvienta principal, no podía esperar más, ella provenía de la familia que servía en la casa de la manada.
Skyler fue a desayunar, sus padres estaban ahí, una familia de sangre fuerte que provenía de unos antiguos alfas y líderes de manadas pequeñas, abrazaron a su hija y la consolaron, ella seguía preocupada por Lucián, él estaba afuera y ella se había quedado, estaba arrepentida de no haberlo seguido.
–Debí ir con él.
–Es mejor que te quedarás –le aclaró su padre –. Si estás a su lado no podrá pelear bien, siempre va a querer protegerte.
–Pero yo también puedo pelear –aclaró ella, había tenido entrenamientos diarios donde le enseñaban a defenderse.
–Tu trabajo está aquí con tu manada –le recordó su madre –. Debes atender tus responsabilidades, sé una buena Luna.
–Sí madre, gracias por estar conmigo.
Skyler tenía una vida afortunada, sabía exactamente los protocolos a seguir, sus responsabilidades, podía recitar de memoria las leyes de su manada e incluso su historia, había sido instruida para una sola misión y la estaba cumpliendo, pronto tendría herederos y tendría una familia perfecta.
Esperó a Lucián durante el resto del día, pero no apareció, empezó a preocuparse cuando la noche llegó, sabía que los vampiros y los hechiceros se hacían más fuertes de noche, aunque no había información de quién había atacado, hasta ahora nadie sabía nada del ataque, la zona era lejana, le preocupaba no saber nada de él, nunca habían pasado tanto tiempo separados y mucho menos sin comunicación, intentó comunicarse con algún soldado, pero no pudo hacerlo, por la noche tenían una cena importante, no quería asistir sin Lucián pero no tenía opción, Oksana la preparó de nuevo, su trabajo terminada hasta que Skyler se fuera a dormir y está noche parecía que no iba a suceder.
Skyler ni siquiera le agradeció y está vez ni la miró, ella estaba preocupada por Lucián, sentía que algo no iba a bien, pero debía mantener la calma por su manada.
Lo que Skyler no esperaba es que en la cena de mi*mbros importantes cuando estaba hablando con uno de los Betas, apareciera Lucián, pero no con el propósito de acompañarla, sino de enfrentarla.