Daruma el campeónVigésima Era después de la Guerra Sangrienta, Tierra Desolada Se saltó el almuerzo que le habían dado los bárbaros, las horas pasaron en angustiosa espera. Talun dejó el grupo, sumido en sus pensamientos. Habían sido concluidos los trabajos en la arena que albergaría la pelea de Ado. No había rastro de Belkezen o su sobrina Mira. La tarde estaba llegando a su fin y Talun no insinuaba que fuera a salir de su trance. La media elfa entró en su habitación, el mago estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, ni un escalofrío, ni un aparente aliento, era como si su cuerpo hubiera sido abandonado por su alma. Rhevi se acercó por detrás de él. "Tenemos que salir de aquí, así podrás ayudarnos mejor. Siento lo que ha pasado, pero tienes que entrar en razón", susurró. El