CAPÍTULO 7

1067 Words
Tania apartó al hombre que la besó sin su consentimiento. Al apartarlo intentó estamparle una cachetada, pero él le agarró la mano, la acercó y rugió. —¡Soy tu jefe y si llegas a golpearme te saldrá muy caro! ¡Es mejor que te hagas a la idea de que serás mía! —la soltó, seguido subió a su coche y se marchó. Tania limpió su boca, sus ojos se llenaron de lágrimas porque desde que llegó a trabajar para esa agencia, ese hombre había puesto sus ojos en ella y no había día que no la acosara. Ahora se había atrevido a obligarla a subir a su coche para llevarla hasta su casa, sobre todo, besarla sin su consentimiento. Decidió no subir al departamento y caminar por el jardín cercano. Se sentó en una de las sillas, se abrazó a sí misma dejando escapar las lágrimas. ¿Por qué tenía que pasarle a ella? Fabricio Turner era muy apreciado por todos los que trabajaban para los Turner, incluso Sammy se llevaba muy bien con él, porque ese hombre era carismático con todos, pero con ella quería algo más que una amistad. Si ella dijera que estaba siendo molestada por ese hombre, seguramente la despedirían, pues ante los demás, Fabricio era un excelente hombre. Tania limpió las lágrimas y subió al departamento. Al entrar vio a Sammy sentada en la sala revisando unas revistas. La observó, pensando en si debería hacerle saber lo que le estaba pasando. Había callado todos esos meses porque a más de miradas y palabras obscenas, no recibía nada más. Pero ese día había ido más lejos, incluso le aseguraba que ella le pertenecía. Cuando iba a hablar, a Sammy le ingresó una llamada, era el mismo Fabricio invitándoles a una reunión que tendrían en uno de los mejores club VIP de Miami. Ante la emoción con la que Sammy hablaba, Tania decidió callar y guardarse para ella lo que estaba sucediendo. Se levantó para irse, pero cuando se giraba, Sammy la detuvo emocionada. —Charles ha regresado de su viaje, nos reuniremos todos en el Club… —No iré… —¿Por qué? Fabri dijo que nos quería a las dos ahí porque todos irán. —Yo no iré —aseguró y se dirigió a la habitación, estando ahí dentro, unos mensajes le llegaron, los cuales apenas fueron leídos, también fueron borrados, pero no por parte de ella, si no por parte de él. Tania se vistió para asistir, pues el mensaje fue contundente “No vienes, no pasas a la siguiente ronda”. No tenía nada más que solo eso, si perdía esa oportunidad, perdía todo. Ya no contaba con su padre, menos con el apoyo de los Mancini, pero no era porque ellos así lo quisieran, si no que, ella así lo dispuso, mantenerse alejada de ellos era lo mejor, así no se enteraba de la feliz vida que llevaba Thomas Mancini. Reprimiendo las ganas de llorar y el temor que le causaba ese hombre, Tania asistió, esperando no alejarse de Sammy, pero cuando Austin apareció en ese lugar, tuvo que apartarse de ella. Rápidamente se unió a otro grupo, donde había algunos compañeros que la apreciaban. Ella sonreía animada, porque en verdad se divertía con ellos, pero cuando Fabricio se unió la sonrisa se le borró, más cuando ese hombre se paró detrás de ella y posó las manos en sus caderas, tocándola nuevamente sin su consentimiento. Minutos antes de que Fabricio se uniera al grupo, Sammy iba a buscar a Tania para irse junto a Austin, no obstante, Fabricio se encargó de evitar que se la llevara, asegurándole que él cuidaría de ella. Sammy lo dudó por un segundo, pero terminó accediendo ya que, ese hombre era el primo de su jefe, incluso se podría decir que también era su jefe, y hasta donde lo había conocido era alguien muy respetuoso y caballeroso. Como Charles nunca llegó decidió retirarse a un lugar donde estaría a solas con su novio. Pensaba llevar a Tania, pero al verla divirtiéndose con los demás compañeros decidió dejarla que continuara pasándola bien. —¿Puedo unirme? —Tania se alejó, dejando el paso para que ese hombre ingresara hacia donde los demás le palmaban el asiento, pero Fabricio se negó a sentarse, se quedó al lado de Tania para aprovechar cualquier oportunidad para abrazarla. Al momento que Tania le sacó con desdén el brazo que había rodeado su cuello y se alejó, todos se quedaron observándola partir. —¿Qué bicho le picó? —¿Está enojada contigo? Preguntaron dos de las chicas que conformaban el grupo. —No lo sé, pero lo averiguaré ahora mismo —siguió a Tania a la barra, se acomodó a su lado y cuestionó—. ¿Qué sucede pequeña? ¿Mi cercanía te tensa? —Mas bien, me repugna. Fabricio sonrió. —¿Sabes cuantas mujeres darían la vida por salir con un Turner? Muchas. Y tú que tienes la oportunidad de hacerlo, me rechazas. —¡No me gusta señor Turner! ¿Cuántas veces tengo que decírselo? —Fabricio apretó los dientes, quería echarla de la agencia de su familia por atreverse a rechazarlo, no obstante, la quería cerca, porque le gustaba, y es que le gustaba demasiado. —Vas a aprender a quererme —le tocó el cabello y Tania le esquivó. —No vuelva a tocarme sin mi consentimiento—. Bramó y se levantó para volver a alejarse de ese hombre. Luego de que Tania bebiera de esas copas que el barman le entregó, empezó a sentirse mareada y confusa. Se alejó de la multitud, buscando un lugar donde poder respirar y serenarse ya que había empezado a sentir calor. Se sostuvo de la puerta de metal, esta se abrió y Tania vio un callejón oscuro. El viento soplaba fuertemente chocando con su rostro, a pesar del frío, su ropa empezaba a molestarla. Dio dos pasos para alejarse de dicho lugar, tomar un taxi y llegar a casa para darse un baño, pero de pronto, dos manos se posaron en sus caderas. Ese toque la incomodó como cada vez que ese hombre la tocaba, al girarse y ver que era él, luchó por alejarse, no obstante, fue imposible, porque Fabricio Turner la trepó en sus hombros y la llevó a su coche que acababa de parquearse al final del callejón.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD