CAPÍTULO 9

1748 Words
Sintiendo las mejillas sonrojarse por la mirada profunda de Thomas, Tania se cubrió más con la cobija, tras de eso el arrepentimiento llegó, y es que ella lo vio como si fuera un sueño, nunca pensó que lo que estaba sucediendo era en verdad. Thomas dio un paso hacia ella con la intención de hablar, pero Tania, envuelta en una sábana se levantó y solicitó. —No te acerques —su piel blanca estaba roja como un tomate de la vergüenza por lo que había sucedido. —Tania, anoche… —Lo de anoche ha sido un error. —¿Error? Cuestionó mientras la veía agarrar las prendas. —Si, un error. Algo que no debió pasar. Thomas estaba por hablar cuando el teléfono de su habitación sonó. Apartó la mirada de Tania para posarla en el teléfono, ante ese descuido ella se introdujo en la ducha. Mientras Tania se duchaba, Thomas contestaba el teléfono. La recepcionista le informó que la policía lo solicitaba. Thomas se cambió de inmediato, seguido se dirigió a la puerta, bajó a recepción donde la policía lo cuestionó con su nombre y le habló sobre la denuncia que había realizado Fabricio Turner. —Tiene que acompañarnos. El señor Turner está gravemente herido y lo acusa a usted de ese hecho. —Ok, los acompañaré, pero antes iré a la habitación. Pensaba despedirse de Tania, informarle que saldría un momento, no obstante, el policía no le dio chance a regresar a la habitación pensando que querría escapar, por ello lo esposó y obligó a ingresar a la patrulla. Los Turner tenían mucho poder en esa ciudad, por eso aquel policía actuaba de esa forma con Thomas. Pero cambió su forma de tratarlo cuando leyó los nombres completos del joven, descubriendo así que era nieto de alguien tan importante como los Turner. Y es que cuando Iker Lanús vivió en Miami, dejó una huella imborrable en esa ciudad, como en todas las que pasó. Se ganó el respeto y lealtad de muchos en todos los lugares por los que pasó. Pero Thomas jamás hizo uso del apellido de su abuelo, menos el de su padre para librarse de cualquier problema. Lo primero que hizo cuando le quitaron las esposas y le pidieron unas disculpas fue, llamar al hotel, solicitar le trasfieran la llamada a Tania, pero está ya no estaba, había abandonado el hotel apenas él se marchó. Tania había salido del baño, pesando encontrarlo ahí, no obstante, Thomas se había ido. Ella también abandonó el hotel. Caminó por las calles transitadas con la mente perdida en los recuerdos, recuerdos que ella los consideraba sueño. Y es que aún no se lo creía, le parecía que todavía continuaba dormida. Se sentó en una banca, continuando con los pensamientos perdidos. Estaba sumida en ellos cuando de pronto dos hombres vestidos de n***o se pararon a su lado, seguido la tomaron de los brazos y la introdujeron dentro de un coche. Tania tembló al ver a Fabricio Turner lastimado. Otra vez los recuerdos la atraparon, en esta vez recordándole que ese hombre la drogó e intentó llevársela. Una lívida sonrisa se formó en sus comisura al verle el rostro de esa forma. Le satisfacía que Thomas lo haya dejado de esa forma. —¿De que te ríes? —Señor Turner ¿Qué le ha pasado? Fulminándola con la mirada refutó. —¿En serio no lo recuerdas? —Solo recuerdo que colocó droga en mi bebida para aprovecharse de mí, pero un extraño lo impidió. —¿Droga? No sé de qué hablas. —Lo sabe muy bien, señor Turner. —¿Quién va a creerte? Nadie, porque ni siquiera rastro de ella encontrarán en tu cuerpo, sobre todo, desapareceré toda prueba, incluso el infeliz que se atrevió a golpearme. El miedo se hizo notorio en Tania, pues ese hombre estaba hablando de Thomas, lo que significaba que su ex estaba en peligro. —¿Te importa? Claro que te importa de lo contrario no te pondrías así, más aún, él no te defendería como lo hizo. ¿Por qué no nos habías dicho que eras casada? ¿Por qué escondes a tu esposo? —No tengo esposo, menos lo escondo —intentó abrir la puerta, pero estaba asegurada—. Déjeme salir… —Intenté de todas las formas, te di el suficiente tiempo para que decidieras estar conmigo, pero no quisiste por las buenas, ahora lo estará por las malas. Tania negó, empezó a golpear el vidrio solicitando auxilio, sin embargo, nadie pudo liberarla en esta vez. Fabricio Turner le cubrió la boca y la asfixió hasta que perdiera el conocimiento. Al despertar, Tania se encontraba en una habitación que no era la suya y completamente desnuda. Sentada presionó sus puños al mismo tiempo varias lágrimas cayeron de sus ojos. —Ya despertaste —Fabricio Turner ingresó con una bandeja de comida y una sonrisa dibujada en sus labios—. He traído algo para que cenes —se acercó a Tania quien le miraba con desprecio. —¿Qué hizo conmigo? —Nada aún —acomodó la mesa de mano en un costado—. Solo tomé unas fotografías de los dos juntos —lanzó las fotografías en la cama. Tania bajó la mirada a aquella fotografía, seguido las tomó y empezó a observar cada una de ella—. Nos vemos bien ¿Verdad? —Estaba ella y Fabricio desnudos sobre la cama—. Cuando muestre esas fotografías, nadie va a creer en ti. Todos pensaran que te veías muy cómoda para haber Sido abusada. Aunque no tengo que llegar a ese límite para tenerte, soy muy paciente y espero que antes se que se termine el fin de semana decidas estar conmigo por tu propia voluntad, así lo disfrutarás al igual que yo. Llevó su mano al cabello de Tania, pero esta evitó que la tocara. —No voy a acostarme contigo por mi propia voluntad, tendrás que abusarme si quieres tenerme. Fabricio ya estaba arto del rechazo de Tania, no estaba dispuesto a seguir rogándole más, por ello usó la amenaza para amedrentarla. —Entonces no me queda de otra que usar la fuerza y obligarte a corresponderme. Se acercó a ella violentamente. Al verlo acercarse intentó escapar, pero ese hombre la agarró y la tiró a la cama. Tania deseo desde lo más profundo de su corazón que Thomas volviera a parecer, pero en esta vez él desconocía en el lugar que la tenían, incluso que estaba en peligro. Se encontraba en su coche, esperando que el hombre que había dejado cuidando a Tania viniera con noticias de que ella estaba en su departamento. —No está ahí, señor. —¿Estás seguro? —el joven asintió—. No debiste dejarla sola. —Tuve que seguirlo señor. Pensé que usted me necesitaba más que ella. Thomas decidió bajar del coche, increpar a Sammy que ingresaba al edificio y preguntarle por Tania. Al momento que ese hombre le habló, Sammy le miró con el ceño fruncido. Había visto una fotografía de Thomas, pero no estaba segura de que fuera él, lo confirmó cuando este le preguntó por Tania. Esta yacía en la cama, había recibido un golpe que la volvió a dejar inconsciente. Fabricio recorría su cuerpo, dejando marcas en la delicada piel de Tania. La deseaba, con todas las fuerzas de su ser, tanto que no podía resistirse a hacerla su mujer. Ahora solo quería poseerla, hacerla suya sin descanso, ya luego se encargaría de ese infeliz que se hizo pasar por esposo. … Cuando Tania se miró al espejo, unas cuantas lágrimas se desprendieron de sus ojos, las cuales rodaron por sus mejillas y se estrellaron en el suelo. Tocó su cuello, el cual estaba lleno de moretones, igualmente su pecho. Sollozó, seguido atrapó agua con sus manos y lavó su rostro, al salir del baño, la mujer parada en la ventana giró la cabeza y cuestionó. —¿Estás llorando? Esa mujer era la madre de Fabricio Turner, había recibido información de que Fabricio fue golpeado, por ello decidió visitarlo en la villa y al llegar lo encontró intentando abusar de Tania. Se acercó a la joven, se paró al lado y mirando con desdén recriminó. —No sé porque mis hijos ponen sus ojos en unas pobretona insignificantes como ustedes, mas aún, cometen locuras. —A mi no me interesa su hijo… solo quiero que me deje en paz. —Entonces lárgate, desaparece de su vida. Porque si no lo haces te mandaré a prisión. Agradece que no lo hago ahora, pero si te vuelvo a ver cerca de Fabri te destrozo. No quiero volver a verte, ni siquiera saber que continúas en la agencia. Desocupa el departamento hoy mismo, porque de lo contrario mañana tu vida se volverá un infierno. Tania abandonó la Villa de Fabricio Turner, se dirigió al departamento que compartía con Tania. Al llegar no encontró a nadie porque Sammy, Thomas y Austin estaban buscándola. Regresaron a casa cuando el vigilante que Thomas dejó les informó que ella había regresado. Al llegar la encontraron con la maleta saliendo del departamento. —¿Dónde vas? Cuestionó Sammy, pero Tania tenía la mirada posada en Thomas. —Mi contrato se ha terminado, me voy de aquí. —¿Qué? Sammy no lo creía, porque llegaron juntas y el de ella aún no se vencía. ¿Cómo era que el de Tania ya se había terminado. Tania pasó con la intención de irse porque no quería dar más respuesta, necesitaba partir antes de que Fabricio Turner volviera por ella. Pero Thomas la detuvo del brazo. —Tania, necesitamos hablar. —No tenemos nada de que hablar —ella se zafó, se despidió de Sammy y se marchó. Está le hizo seña a Thomas para que la siguiera—. Quiero que dejes de vigilarme —recriminó observando aquel hombre detrás de Thomas, ya que lo había visto en un par de ocasiones en los lugares que ella frecuentaba. —Solo cuido de ti. —No tienes que cuidar de mí, ya no soy tu esposa, ya no soy tu amiga, ya no soy nada tuyo. Porque mejor no vas a cuidar a tu hijo y esposa… —¿Hijo? ¿Cuál hijo? Tania le sonrió forzadamente, mientras tanto Thomas recordaba haberla visto con el celular en la mano. —Si hablas del niño de la fotografía, es mi sobrino. Es hijo de Dylan, mi gemelo.
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