LEO
Encendí la cafetera, fumando un cigarrillo mientras me apoyaba en la encimera, mirando hacia abajo, a mi brazo. La herida ya había desaparecido, pero el recuerdo permanecía.
Era una jodida psicópata, ¿quién cojones anda apuñalando a la gente con cualquier mierda que tenga a mano?
Reaccioné exageradamente.
Lo sé, joder, pero en el momento en que Corrado comenzó a presumir con su muñeca...
Quería que ella saliera de mi vida. Necesitaba que se fuera, pero también sabía que ella tenía razones que la obligaban a quedarse, ninguna de ellas me involucraba a mí.
Había algo de lo que ella estaba huyendo, y estaba seguro de que estaba relacionado con lo que cojones sucedió esa noche. Si lograba descubrirlo, podría ocuparme de eso y luego decirle que podía irse temprano.
Su teléfono. Nec
