Capítulo 2JAELA arropó a Kathy en la cama y después se inclinó para darle un beso de buenas noches.
Para su sorpresa, la niña titubeó.
−¿No hay peligro en darte un beso? No me permiten besar a mamá.
−No hay ningún peligro− contestó Jaela−, pero bésame sólo si quieres hacerlo.
−¡Claro que quiero! Tú eres muy buena y cuentas historias muy bonitas.
Le echó los brazos al cuello y la besó en la mejilla.
Jaela no pudo evitar sentirse triste de que hubieran tenido a la niña alejada de su madre, aunque fuese para su propia protección, porque sin duda la Condesa, era la única persona de importancia en la vida de la pequeña.
La abrazó apretadamente y sintió el cuerpecillo tibio aferrarse al suyo. Entonces se dijo que haría cuanto estuviera en sus manos para que Kathy fuera feliz.
Mientras ce
