Capítulo 6

1118 Words
Con una capa negra con capucha, salí de casa y como la misma me cubría parte del rostro, principalmente la parte de arriba, nadie podía ver mis ojos, solo la mitad de mi rostro. Llegando al palacio, mi hermano me llevó a su oficina, por los caminos menos transitados. Antes de entrar en la puerta, ante la mirada interrogativa de los guardias por saber quien era yo, les dijo que resultaba ser un aprendiz y como el sol afectaba mi piel, tenía que permanecer cubierta con esa capa negra. Sin preguntar más y como mi hermano le resultaba ser el escriba del faraón, lo dejaron pasar sin mayor problema. Así como decía antes, me llevó por los caminos menos transitados que se encontraban dentro de los jardines del palacio y así llegamos a la oficina. El lugar estaba lleno de pergaminos, guardados en estantes donde en la parte de bajo (según me parecía), indicaban a que pertenecían. Por ejemplo si los mismos eran de índole administrativo o político. Todas las ideas ahí escritas, obviamente no eran de mi hermano sino del faraón, él solo escribía lo que el faraón le dictaba, sea documentos de carácter político o administrativo. Miré alrededor y le dije: - Vaya hermano, si que tienes mucho trabajo. - dije mirando la montonera de pergaminos que había en cada estante. - Paso todo el día ordenando los documentos y leyéndolos. - Sí que te gusta leer. - dije riendo. Mi hermano respondió con la misma sonrisa. *** Más tarde cuando ya estábamos en ese lugar, el me dio un pedazo de papel, tinta, una pluma y en otro papel me escribió el abecedario. Como tal vez tengan entendido, las letras en el antiguo Egipto eran representadas, con bestias (o sea criaturas salvajes que viven la tierra), partes del cuerpo humano, algo relacionado a la naturaleza y utensilios que se usaban regularmente en la vida diaria. Hay que ver la gran variedad de cosas que usaban para representar por escrito sus pensamientos e ideas, usando básicamente lo que usaban diariamente o bien lo que veían en la naturaleza. Mi hermano empezó a enseñarme cual era cada letra y de que manera sonaban, de esa manera podía identificarlas. Lo que me costó bastante fue hacer los garabatos egipcios, pero después de tanta práctica pude lograr que más o menos quedara presentable y se entendiera, lo que más me costó fue hacer las bestias. Hecho este trabajo comencé a escribir mi nombre, pero como me resultaba muy largo solo escribí el diminutivo TINA, en varias ocasiones, encontrándome dentro de la oficina, mi hermano me llamó Tina, como una forma de acortar mi nombre. T: Era representada con un panecillo. Vamos que cuando lo vi no me pareció un panecillo, sino como una puesta de sol, solo que... le faltaba los rayitos por lo tanto me hizo dudar si era o no y realmente no era, la figura tenía como un arco unido con una rayita abajo, teniendo forma como de una [D] pero puesta de manera horizontal. I: Era representada con dos rayitas algo así // N: Esta letra era representada con una ondulación de agua. La misma era representada con rayitas, terminando en un triangulo a medio hacer algo así //// A: Y esta letra era representada con un Buitre, el [Buitre Egipcio.] Alguna de estas letras era complicada dibujarlas, otras no tanto. Realmente esto me llevo a un buen desgaste mental, por lo tanto al final del día me encontraba cansada, esto tendría que haberlo hecho de niña así no tenía que matarme ahora después de grande. "Ay Nefertina, Nefertina, ¿por qué no fuiste más emprendedora en esta vida? Me pregunto, ¿Dónde estará ahora? ¿Poseerá mi cuerpo? ¿O su alma se habrá desvanecido? La vida tiene muchos misterios, pero el más grande de ellos... es la muerte. Bien yo puedo haber muerto y reencarnado en este cuerpo, pero no estoy segura de ello." - Esto era todo lo pensaba Mi hermano terminó su trabajo y yo el mío, aún tenía mucho por aprender pero por ese día ya bastaba. Me acompañó hasta casa y luego despidiéndose de mi y de nuestros padres, volvió a la suya. Por suerte nada malo había pasado, todo transcurrió de manera muy tranquila. Así transcurrieron los días, yo junto con mi hermano iba todos los días al palacio, con mi capa negra y demás. Cada día aprendía una palabra nueva y eso me alegraba. La verdad jamás en mi vida pensé que algún día aprendería jeroglíficos esto era realmente muy gratificante y me alegraba un montón. ¿Debería agradecer a Dios por esta oportunidad o qué? Seguí así con mis estudios de escritura y mi hermano estaba muy satisfecho con mi trabajo, sobretodo sorprendido por mi manera rápida de aprender. - Pronto podrás escribir en papiros todo lo que sabes y ves de nuestro reino. - A que sí - dije sonriendo - Estoy muy emocionada. Mientras hablábamos tranquilamente y reíamos de vez en cuando, se me paralizó el corazón cuando escuché unos pasos acercarse a la oficina de mi hermano. Casi nadie entraba allí ni siquiera los soldados, así que sospeché que se trataba del faraón. Me oculté detrás de unas estanterías y por un espacio a penas abierto, podía ver quién ingresaba a la oficina y hablaba con él. La puerta se abrió y apareció un hombre, con su traje bien ataviado, su capa de color azul, la parte de arriba de color gris con algunas rayas negras y la falda que usaba de color blanco. Porque claro, los antiguos egipcios no usaban pantalones, sino como una falda, sostenida con cinto ancho, tanto de tela como también de cuero se puede suponer. El de faraón era como de cuero, adornado con brillos dorados y una hebilla bastante ancha, también con un adorno dorado. La capa de color azul también tenía en lo que sería el borde de la misma, unos pequeños adornos colgantes como de platino o de plata que la hacían más glamurosa. Y en su cabeza su típica corona de oro, como adorno en la parte del frente, la cabeza de una serpiente, más bien de la cobra (la típica serpiente que vive por esos lados) y obviamente la corona acompañada con una tela del mismo color de su capa, actuando como una peluca. Escondida tras las estanterías, escuchaba todo lo que le decía a mi hermano sin mirar la mesa donde yo estaba escribiendo, pero cuando la mira se la queda mirando confundido... él no le había dicho a su escriba que escribiera algo por eso le pareció muy raro encontrar diversos papeles, con diferentes escrituras y probablemente distinta letra...
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