Capítulo 5

1332 Words
Al día siguiente me levanté temprano, tal como le había prometido a mi hermano. Me lavé la cara, cepillé mi cabello y cuando me miro en el espejo... no podía creer lo que veía. Mis ojos habían cambiado de color... No podía estar tan mal, estaba más que segura que los mismos eran de color n***o la primera vez que me vi en él y ahora sin saber de que forma, los mismos se me teñieron de color miel. ¿Qué significa esto? - me pregunté a mi misma - ¿Cómo puede ser esto posible? Estoy completamente segura que mis ojos eran de color n***o, no podría haber estado tan mal para no darme cuenta que mis ojos eran de otro color... Este hecho extraño me sacó de contexto, tanto así que mi hermano había llegado a casa y yo todavía me encontraba aún en la habitación sin saber que me pasaba. Tenía entendido que existía una anomalía que leí por alguna página web en mi vida pasada, la misma se llamaba Heterocromía del Iris, este hecho se desarrolla cuando una persona tiene un ojo de cada color, pero claramente este no era mi caso. Ambos ojos habían cambiado de color, por lo tanto, eso estaba totalmente descartado en mí, así que realmente no sabría decir lo que me pasaba, no tenía en mi mente algo que explicara este hecho. Ante la impaciencia de mi hermano, salí de mi habitación, nada podía hacer frente a este suceso y obviamente no habían lentes de contactos para disimularlo como en el presente. A parte seguramente tampoco me pondría lentes de contactos ni siquiera en el presente... ponerme esas cosas en los ojos realmente me daba cosa, incluso imaginándolo. Con mi vestido color celeste claro llegué a la cocina - comedor, mi hermano al verme se le fue la impaciencia, pero su rostro mostraba espanto. ¿Esa era la reacción que tenía al verme con los ojos de otro color? Realmente pensé que mostraría sorpresa no espanto, por lo que su reacción me dio a entender que no era la primera vez que me pasaba esto y por lo que veo... no parecía ser nada bueno. ¿Sería una mala enfermedad que tendría que luego me dejaría ciega? Por ahora veía todo normal, no me dolía nada ni tampoco veía mal. - Otra vez tus ojos cambiaron de color - se agarró la cabeza cuando me dijo eso. - ¿Acaso es algo malo? - pregunté confundida. Mi hermano me miró confundido, obviamente esa pregunta lo sorprendió. Claramente eso era algo que tenía que tener muy presente y saber que era lo mal que estaba en mí, pero claro como me reencarné en este cuerpo no sabía nada de esto, ni siquiera se me venía a la mente el más mínimo recuerdo acerca de este tema. - ¿Es enserio hermana? No tienes ni idea de lo que conlleva ese color de ojos tan extraño. ¿Extraño? A mi me parecía un color de ojos de lo más normal, pero claro el problema podría venir por el tema del cambio, de negros a color miel. Ante está afirmación tuve que decirle la verdad o por lo menos parte de ella, entrelazando los hechos que habían transcurridos en este mundo y darle una respuesta convincente. - Es que... - dije un tanto afligida - No les había dicho nada, pero... desde ese golpe en la cabeza que me di, mi mente está llena de espacios vacíos, no recuerdo ciertas cosas de mi vida, incluso... me costó reconocerlos. Mi madre me miró preocupada y dijo: - Pero hija... ¿por qué no nos dijiste eso antes? - Pensé que recordaría más tarde todo, pero ya veo que no... Mi hermano se rascó fuertemente la cabeza en señal de desesperación, ante esto... aproveché a preguntar. - Pero dime hermano, ¿es algo grave el cambio de color de ojos que poseo y porqué me pasa esto? - Siéntate hermana, te lo explicaré... Mi hermano me explicó que ese extraño efecto en mis ojos los tengo desde niña y no saben la razón, tampoco pensaban que era una maldición. Jamás me llevaron a un hechicero o un curador para que me revisara, pues cuando esto pasaba yo no mostraba ningún problema, podía ver perfectamente ni sentía dolor alguno aparte luego de un tiempo, mis ojos volvían hacer negros como siempre. Temieron que cuando creciera esto me perjudicara de alguna manera, pero al pasar los años todo seguía normal para mí. Pero a pesar de esto (que era bueno saberlo), tenía otro problema... Cuando salía a la calle el color exótico de mis ojos, me hacía atrayente, pues era algo que no pasaba comúnmente en la región, para ellos yo resultaba ser una belleza de otro mundo y al crecer esto me trajo pretendientes no deseados. Incluso los padres de algunos jóvenes, ofrecían cierta cantidad de dinero para que yo en un futuro me casara con sus hijos. Obviamente mi padre no lo aceptaba, primero porque era muy niña para contraer matrimonio y segundo, porque decía que yo merecía a alguien mejor que ellos, esto me resultó bastante ambicioso y en un futuro podía traer ciertos problemas a mi vida, por lo tanto está información me serviría para estar precavida y planear un plan de escape por si a mi padre se le antojaba casarme con un noble. Por lo tanto, cuando me pasaba esto no podía salir a ninguna parte, como ya tenía catorce años (me enteré de mi edad en esta conversación), corría más peligro, no solo por el hecho de atraer a pretendientes no deseados, sino también por la posibilidad de atraer personas mal intencionadas. Esto ya era una tranca para mí, ahora por esto mi hermano no se animaría a llevarme al palacio porque estaría expuesta a miradas no deseadas. Tendría que esperar, pero... ¿Cuánto tendría que esperar? ¿Y si ahora este efecto de mis ojos no se va? No señor de alguna manera iría al palacio y aprendería a leer. - ...Hermano, entiendo todo lo que dices, pero me urge aprender a escribir. No puedo esperar a que esto se me vaya, no puedo hacerlo. ¿Y si ahora por este golpe en la cabeza mis ojos no vuelven a la normalidad? Hermano de alguna manera tengo que aprender... por favor tienes que llevarme. - Hermana... - Me disfrazaré y nadie verá mis ojos, te lo aseguro. - Si fuera solo para salir al pueblo vaya y pase, pero... tienes que ir al palacio. - ¿Y qué sucede? - En el palacio se encuentra el faraón y si él te llega a ver con ese color de ojos... probablemente te convierta en su esposa y eso es lo que no quiero. - ¿Acaso el faraón está tan necesitado de mujeres que tiene que centrarse en mí? - dije molesta. Sé que esa no era la forma en la que tenía que hablar una señorita, pero es que me dio mucha rabia y me molestó. - No conoces al faraón... él es débil cuando se trata de mujeres y como en su harem no hay ninguna mujer igual a ti con esos ojos que encantan a cualquier hombre... te buscará hasta bajos las piedras y no descansará hasta tenerte con él. En solo escuchar eso, se me erizó la piel, ese hombre realmente era peligroso. Pero no por esto estaba dispuesta a dejar mi idea de aprender a escribir atrás... debía arriesgarme no me quedaba de otra, ya sabría como arreglármelas después. - Entonces haremos una cosa, hermano. A toda costa trataré de evitar al faraón, solo debes decirme que lugares el frecuenta para no encontrármelo y si un día llega a tu oficina... me esconderé. Tú confía en mí, tengo un buen oído, así que probablemente escuche sus pasos cuando esté cerca. Esto no tranquilizaba del todo a mi hermano, pero ante mi insistencia, no tuvo más remedio que aceptarlo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD