Al día siguiente me levanté temprano, dormí pero no tranquila, aunque sabía que nada raro iba a pasar. Ramsi aún seguía durmiendo, cuando despertara me iba a escuchar.
Despertó y por un momento se quedó sentado en el sillón mirando a su alrededor y confundido.
– Buenos días – dije de repente.
Miró hacia donde le estaba hablando y dijo:
– Nefertina…
– Creo que no hace falta que te explique porqué estoy aquí, ¿o no lo recuerdas? – dije un poco molesta.
– Realmente no recuerdo, ¿por qué estás aquí conmigo? – preguntó apenado.
– En realidad tú has venido a mí… ¿acaso no recuerdas lo que pasó anoche?
– No, ¿pasó algo?
Podía notar un poco de pánico en su mirada, probablemente pensará que tal vez hizo algo malo pero no recordaba y no parecía que me estuviera tomando el pelo.
– Anoche
