CAPÍTULO V Las apuestas en la cocina son de que se casará con ella antes de la Navidad. —Cuando el señor Turner entró en la habitación, ella estaba sentada en la cama de Su Señoria, como si fuera lo más natural. —Su doncella dice que tiene un genio del demonio, cuando se enfada. —No hay un solo sirviente en Londres que dure con ella más de un mes. —Hasta dicen que ella…— al llegar Arabella la señorita Fellows bajó la voz, por lo que la joven no pudo escuchar el resto de la oración. Sentada en el suelo, jugando con Beulah, no podía dejar de sentirse divertida por lo que escuchaba todos los días. Por alguna razón desconocida, mientras los amos actuaban como si sus sirvientes fueran sordomudos, éstos a su vez se portaban como si los niños no existieran, bajo la suposición de que nunca c