Noah había acabado de salir de la habitación del rey y la reina después de llevarles la comida. El rey Arthur ni su esposa la reina hablaron demasiado con él, solo tocaron temas puntuales como, por ejemplo: ¿Qué tal había amanecido, como estaba su hermano? Y otras preguntas superficiales similares, mientras él les dejaba la comida en su mesa y sus doncellas los atendían. Noah agradeció esa superficialidad en los reyes porque no tenía demasiadas ganas de hablar, así que, al terminar, el rubio aspiró profundo, llenando sus pulmones de aire porque sentía que estaba a punto de entrar en aguas profundas. Noah sabía que Leif le iba a preguntar sobre lo que habló con lord Levi ayer, y en esta ocasión ya no tenía intenciones de ocultar su verdad, él estaba dispuesto a decirle todo al príncipe con