Mientras tanto en el reino de los humanos La reina Sarah se encontraba en su lugar de oración, estaba arrodillada, en posición de plegaria, sintiendo como la culpa crecía en ella en lo más profundo de su ser con cada día que pasaba. Ella sentía mucho cargo de conciencia por lo que le hizo a su hermano Karl; esos tres años que había durado en prisión ella siempre preguntaba cómo se encontraba, pero al mismo tiempo “ayudaba” en hacerle la vida imposible a su hermano dentro de aquel infierno en la tierra donde el joven habitaba, pidiéndole a los guardias que fueran más duros con él, que lo privaran de comida, que lo castigaran por pequeñeces, todo para acelerar su muerte. Debido a eso, en la actualidad a Karl no le asustaban ni tampoco le afectaban los castigos ni las golpizas, él ya estab